Los “agujeros negros” de la Argentina
Como es mi costumbre, para ir introduciendo al tema que deseo tratar traigo a colación algunos texto se otros periodistas, que me parecen por demás decidores. No solo por la perspectiva que brindan sino también por los datos duros, los números, las cifras que comparten. Atendamos a estos textos que nos ayudarán a comprender los temas a tratar:
Argentina pierde al menos US$ 2 mil millones por año a causa de la pesca ilegal
Además, el flagelo constituye una amenaza a la conservación del ecosistema y las especies marítimas porque la actividad se realiza sin control, siendo el calamar, la merluza y el abadejo las más afectadas en forma directa.
La pesca ilegal (principalmente la que ocurre en las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur) y la no reglamentada en aguas adyacentes a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) representan, al menos, una pérdida para el país de entre US$ 1.000 y US$ 2.000 millones al año, según estimaciones de especialistas.
En diálogo con Télam, el director ejecutivo de la Organización para la Protección de los Recursos Pesqueros (Opras), Eduardo Pucci, indicó que “la pesca ilegal tiene tres componentes: la ilícita propiamente dicha, que se realiza en ausencia de permisos; la no declarada; y la no reglamentada”.
Los cálculos, elaborados en base a registros y estimaciones, indican que la captura de peces en los archipiélagos oscila entre 200 mil y 400 mil toneladas al año, y la pesca no reglamentada alcanza las 300 mil.
En relación a Malvinas, la explotación ilegítima de los recursos ictícolas por parte de Gran Bretaña se remonta al año 1986, cuando el gobierno británico dio autorización a los isleños para utilizar y comerciar licencias de pesca.
Desde entonces, la economía de Malvinas se reconvirtió y la actividad piscícola pasó a representar más del 90% del total de las exportaciones, generando ingresos anuales de al menos US$ 500 millones, de acuerdo a estimaciones brindadas por el secretario ejecutivo del Museo Malvinas, Juan Augusto Rattenbach.
Con la asunción del presidente Alberto Fernández y del canciller Felipe Solá, se ha vuelto a enfatizar el reclamo de soberanía sobre las Islas.
En particular, han tomado relevancia la decisión de discontinuar el intercambio de información pesquera con la administración británica que ocupa Malvinas y la sanción de la ley que crea un consejo consultivo sobre los archipiélagos.
También se adoptó la nueva demarcación de la Plataforma Continental Argentina, que implica la ampliación de 1.782.000 kilómetros cuadrados de nuestro territorio y había sido aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año 2017.
Asimismo, aguarda en el Congreso un proyecto de ley que prevé aumentar las sanciones por la pesca ilegal en territorio argentino, estableciendo como pena mínima el equivalente a 500.000 litros de combustible (que a valores actuales rondaría los $ 25 millones) y como pena máxima una multa de $156 millones de pesos, a precio actual, del gasoil.
Emiliano Bonanotte
Telam, Agencia de Noticias
23/8/20
El contrabando de soja ya mueve 3.400 millones de dólares en Argentina
“Paraguay produce 9 millones de toneladas de soja, pero exporta 12” se ufanó, sin sonrojarse, un diplomático de ese país. Se había sentado minutos antes a la mesa de un exclusivo restaurante de Puerto Madero junto a una importadora connacional y a un empresario argentino.
El contrabando es una realidad brutal que se desarrolla en varios puntos de los 1.699 kilómetros de frontera que separan a ambos países. Por tierra y por agua, los porotos de la oleaginosa se van de la Argentina vía Paraguay y también Uruguay y Brasil.
En las oficinas centrales de la AFIP hay investigaciones secretas con números alarmantes, a las que pudo acceder #BorderPeriodismo: el mercado negro de la oleaginosa logró evadir al menos 1.200 millones de dólares en 2014. Son unos 10.000 millones de pesos que no entraron al fisco.
Es el equivalente al 5,04 por ciento de los 23.779 millones de dólares que el sector agroexportador argentino liquidó legalmente entre el 1 de enero y el 23 de diciembre del año pasado, cifra por demás alarmante si se tiene en cuenta la fuerte necesidad de divisas de la Argentina para sostener su tipo de cambio, pagar importaciones y afrontar su deuda.
Esos mismos documentos oficiales indican que se fueron de la Argentina vía contrabando poco más de 9,1 millones de toneladas de soja, por unos 3.420 millones de dólares. Sí, el 18,7 por ciento de los 48,5 millones de toneladas cosechadas en la campaña 2013/2014 fue comercializado en forma ilegal.
Javier Álvarez
Border periodismo
5/1/15
Vaca Muerta no le conviene al país y es una imposición de las multinacionales del petróleo
Así lo afirmó el abogado y especialista en temas energéticos Félix Herrero, quien manifiesta que sostener el sistema de fracking significa importar la crisis de Estados Unidos, hecho que sirve para agrandar más los problemas que ya tenemos.
Para quien no conoce el tema en profundidad, fluye en el mundo una diversidad de opiniones sobre el fracking. Es la modalidad de explotación que consiste en sacar petroleo de la piedra sobre la que no pocos aducen que «está destruyendo nuestra tierra y nuestra agua». Además, sostienen algunos especialistas que «está causando estragos en la salud de nuestras comunidades». En este marco poco feliz también algunos estudiosos advierten que en Argentina “Vaca Muerta no le conviene al país y es una imposición de las multinacionales del petróleo”.
Feliz Herrero, dialogó con Conclusión y explicó que existen en el mundo cuatro países que encararon este tipo de explotación, Canadá, China, Estados Unidos y Argentina.
“La energía no es el único recurso natural que existe, pero dada la situación política e internacional se está convirtiendo en el recurso más importante, por lo menos el más conflictivo, porque es escaso. Esta es una conciencia que existe en todo el mundo -aunque en la Argentina muchas veces no la tenemos- porque es un recurso esencial para toda la actividad económica”, adelantó hace una década Herrero.
El especialista, que se desempeñó como consultor del Consejo Federal de Inversiones y fue presidente de Salto Grande, Yacyretá y Corpus en la década de 1970, apuntaba que “la escasez de energía tiene aspectos estratégicos en la economía internacional. En casi todos los lugares del mundo es así, excepto en la Argentina, donde parece que todavía sigue siendo un bien comercial cualquiera”.
Aldo Battisacco
Conclusión
30/6/20
La fuga de capitales superó los US$ 86.000 millones entre 2015 y 2019, según el BCRA
Más de la mitad de ese dinero se concentró en el 1% de las empresas y personas humanas que compraron dólares en ese período, según un informe realizado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a pedido del Poder Ejecutivo Nacional.
Puntualmente, el 1% de las empresas que resultaron compradoras netas de dólares adquirió US$ 41.124 millones en concepto de formación de activos externos y, en el caso de las personas humanas, tan sólo el 1% de los compradores acumuló US$ 16.200 millones en compras netas durante el período, un total combinado de US$ 57.324 millones.
Telam, Agencia de Noticias
14/5/20
Hizo falta recurrir a estos escritos periodísticos ilustrativos para poner al lector en la temática elegida y para poder medir así la grave dimensión que alcanza a nivel nacional.
En nuestro país, con la crisis de años anteriores, más los cuatro años de gobierno de Macri y el actual con la obligada recesión que impone la pandemia, hemos llegado a un índice del 44% de pobreza. Vale citar la conocida frase “un país que produce alimentos para 400 millones de personas, tiene a una amplia franja de su población pasando hambre”.
Recorriendo el esquema de poder en la Argentina, este hecho es explicable: la concentración de capitales se viene dando gradualmente desde 1955, pero más acentuado desde 1976. Se podría decir que fue lento, a lo que debemos agregar que fue así gracias a la existencia del peronismo, aclarando que en tanto y en cuanto ejecutó su programa histórico de soberanía nacional con justicia social entre 1973 y 1976, y entre 2003 y 2015, y no entre 1989 y 1999, donde favoreció la enajenación de gran parte del patrimonio nacional, contribuyendo a la concentración del gran capital.
Consideramos los cuatro “agujeros negros” expuestos: la pesca ilegal en el mar argentino; la pampa húmeda y el contrabando de cereales; Vaca Muerta como un lugar de alto costo para el Estado Argentino; y la fuga de divisas desde el oscuro mundo financiero.
Un país que tenga como proyecto histórico el lograr su liberación nacional definitiva en el marco de la unidad nacional latinoamericana, deberá atender con urgencia a frenar y controlar estos escenarios que contribuyen en gran manera a la expansión de la pobreza y la pérdida de soberanía. Porque en realidad son agujeros de pérdida de divisas, tan necesarias para llevar adelante las políticas sociales, de mejoramiento de la infraestructura (viviendas, caminos), de inversión en educación, salud, seguridad y justicia; y de fomento del crecimiento industrial autónomo, con desarrollo científico y tecnológico. En los citados momentos históricos pareció que este camino comenzaba a transitarse, a pesar de las dificultades propias de cada etapa (1973/76 y 2003/2015), pero la vuelta atrás inmediata impuesta por las políticas neoliberales y la presión del capital extranjero dejaron trunco el camino hacia la consolidación del estado-nación independiente.
Hay quienes sostienen que es difícil, casi imposible, revertir estas situaciones. A ese derrotismo debemos responder que para lograr soberanía hay que “caminar” hacia ella, ejercer la constante voluntad política de revertir estas y otras adversidades. Quizá, aunque lentamente pero con firmeza, con la clara voluntad política de conseguirlo. Política que saldrá a la luz con fuerza, obra de la constancia y entonces inspirará respeto en quienes creían podían seguir adelante con sus negocios ilegales.
Y el pueblo, siempre esperando paciente, se atreverá a asumir su protagonismo, a acompañar la firme política de soberanía nacional, llave de apertura para lograr justicia social y mejor bienestar en la población. Porque cuando se practica la consolidación de la soberanía nacional con firmeza, no solo los más humildes, sino todos los sectores sociales se benefician porque primero se estabiliza la economía, se consolida el mercado interno y entonces la economía crece, aumenta la actividad laboral, se acumulan divisas y se puede planificar el futuro con razonabilidad.
Alfredo Caferatta
Docente jubilado. Integrante de Carta Abierta. Militante social y político