Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia
En aquellos años de comienzos de la década de los ’70 había grandes grupos de estudiantes y jóvenes que eran militantes políticos con ideas liberadoras y con una convicción enraizada en la lucha por el cambio. Reclamaban salir del asedio de políticas imperialistas que ajustaban las políticas públicas de nuestro país . Habían despertado, advirtiendo la entrega y la dependencia al imperialismo yanqui.
Habíamos pasado de la situación de ser una colonia española -recordemos nuestra historia- a convertirnos en una colonia norteamericana; necesitábamos la recuperación de las riquezas nacionales. Estos revolucionarios tenían en sus manos un programa basado en la justicia social y una reforma agraria radical, porque mientras había cientos de miles de personas que trabajaban en el campo pero no eran propietarios de su tierra, había grandes latifundios norteamericanos o con su tutela, que nos hacían dependientes.
Se trataba entonces de hacer la segunda independencia, que todavía está pendiente. Son otros tiempos pero hoy existen los mismos actores, contando para ello aquí y en buena parte de América Latina con gobiernos antipopulares. Son gestiones puestas en forma golpista y siempre disciplinadas al poder del Norte para no dejar crecer en forma independiente y soberana a nuestra economía, nuestra política.
Por aquellos años estaba “a la vuelta de la esquina” la tan mentada revolución, que para nada les convenía a estos grupos económicos anti patria y genocidas. La revolución estaba basada en ideas éticas y humanas, reivindicando a las personas y su desarrollo. Había que frenar ese espíritu idealista y noble que quería una sociedad nueva: libre, justa y soberana.
El 24 de marzo de 1976 los militares dieron un golpe a la democracia y sofocaron a estos revolucionarios con violencia. No había para ellos otro modo que el golpismo; porque sentados a una mesa de diálogo no podían de ninguna manera defender las políticas entreguistas y colonialistas que querían ejercer.
Entonces lo más práctico fue comenzar con las detenciones, desapariciones, torturas, crímenes, violaciones y secuestros de hijos de jóvenes matrimonios. Esto lo viví en mis años de estudiante; por supuesto convencido de encontrarme con la esperanza de alcanzar la independencia de nuestro país. Perdí un compañero y su pareja y sufrimos en poco tiempo un sin fin de desapariciones
Esta vivencia aberrante y siniestra no terminó ahí. Con el comienzo de la democracia hubo indolencia e indiferencia para poner en claro estos hechos criminales de lesa humanidad.
Tengamos memoria, aún con la lucha de Alfonsín, fue tibia e incipiente la acción contra los represores. Luego sobrevino el absurdo y patético indulto firmado por Menem y más tarde el indiferente y cómplice gobierno de De la Rúa, que permitían que las políticas de Memoria Verdad y Justicia estuvieran adormecidas.
Tenemos que señalar que un tal Néstor Kirchner, se propuso poner las cosas en orden, enjuiciar y darle condena a los criminales, los genocidas de una de las más violentas y sangrientas dictaduras de América Latina y el mundo.
No termina aquí, hoy la oposición se encarga, como siempre aludiendo a su estilo y sentimiento fascista conforme con una sociedad complaciente, a actuar como descendientes de estos regímenes de facto; hoy modernizados pero no menos genocidas, porque promueven desde otro contexto actos de lesa humanidad.
Siguen encargándose de desvirtuar la política y sobre esa base, fundar la antipolítica muy al servicio del neoliberalismo, para propiciar en las mentes de los indiferentes e indolentes más desapego a la democracia.
Hoy estos muchos grupos, caminan entre nosotros y volverían a apostar otra vez, por este tipo siniestro de militares.
Ya ni siquiera son idiotas útiles, han dejado de ser útiles por completo, son solo marionetas embrutecidas sin ningún sentido para vivir.
Esto no admite debate; solo hace falta memoria e información y luego racionalidad. Sólo la verdad y la justicia nos liberará.
Columnista invitado
Hugo Bayón Cervero
Técnico Químico y en petróleos; recibido en la E.T.I.E.C. (Escuela Técnico Industrial Emilio Civit) de Maipú, promoción 1971. Trabajó en la actividad privada desde 1972 a 1980: Destilerías de Alcoholes Orandí y Massera S.A.; laboratorista en Bogedas Arizu de Godoy Cruz; control de calidad en Embotelladora Pepsi Cola; en el laboratorio de Bodegas Sáenz, Briones y Cía. Desde 1980 a 1992 se desempeñó en la Municipalidad de Maipú en Control Industrial y Comercial; y como para técnico de veterinaria estuvo en el Frigorífico Vildoza y en el frigorífico de ganado menor Naser Hnos. En 1993 comenzó a trabajar en el Departamento General de Irrigación en el Control de Efluentes industriales y Cloacales, hasta llegar a ser Jefe de División, hasta 2018 cuando se jubiló en esa repartición del Estado. Participa en radio desde 1993 en F.M. Familia con temas de comunidad y sociales. En 1997 comenzó el programa “Argentina…Tierra Nuestra” por Radio Nacional, abordando temas ecológicos y ambientales. Con esta misma temática y desde la conducción estuvo en LV10 Radio de Cuyo. Por esa tarea fue nominado tres veces al Premio Martín Fierro del interior del país (2001, 2006 y 2008). Trabajó dos temporadas en LV8 Radio Libertador y en FM Carrodilla, obteniendo el premio Gaviota Federal de A.A.D.A. (Asociación Argentina de Artistas) como el mejor programa de rubro ecológico. También fue futbolista desde 1.971 a 1.984, en la primera división del fútbol mendocino, jugando en varios clubes.