Malvinas: nn hecho para analizar y tener memoria
Si tenemos que hablar de Malvinas, por favor, sepamos mirar la realidad.
Nos informamos, leemos, averiguamos, todo esto es muy importante pero no salimos de ahí, estamos atados y cautivos a los informes que nos cuentan.
Algo que me pasa a mi, es que encuentro el vehículo, que me vuelve a decir que todo tiene que ver con todo, siempre y durante toda la vida.
Se debe informar lo que pasó, con miradas coherentes e independientes, respecto a la guerra de Malvinas. Se debe analizar en su momento y en su contexto mundial.
Lo primero es dejar en claro algo para aquellos que quieren o buscan un título: ¿héroes de Malvinas o víctimas de la dictadura?
Es duro encolumnarse en la mirada de víctimas de la dictadura, pero debemos hacerlo como le dice un padre a un hijo, a un ser querido, a tu mejor amigo. ” Te tengo que decir lo que pasó y cómo pasó”, con todo cariño, con todo el amor y con un discurso que no sea para adular o quedar bien. Necesitamos saber la verdad.
Estos tipos con el traje de genocidas querían seguir sacando provecho de su innegable condición de anti patrias.
Sacaron a relucir toda la calaña nefasta y volvieron a engrupir a la gente. Porque seamos sinceros, aún ahora muchos muerden el anzuelo diciendo que estos militares fueron patriotas; jamás señores, señoras, jóvenes, jamás. Están moldeados mal nacidos y es triste que muchos todavía vean la guerra como el hecho por el que jóvenes inexpertos dieron su vida y nada más. No los dejan advertir el otro lado fatídico y cómplice, con la entrega que se hacía no sólo de las Islas Malvinas si no también de todo nuestro país.
La euforia que provocaron en la población estos trasnochados militares, nos tiene que hacer pensar acerca del significado de la doctrina del shock, es decir “la doctrina que reproduce estos procesos paso a paso en su intento de lograr a escala masiva, lo que la tortura obtiene de un individuo en la sala de interrogatorios”. Eso logró que nos encolumnáramos y apoyáramos el salir a pelear; para colmo con una prensa que nos daba como ganadores y perdíamos por goleada.
Los últimos 38 años adquieren un aspecto singular, muy distinto al que nos han contado. Hubo, no solo aquí sino también en otros lugares del mundo, violaciones de derechos humanos, fruto de regímenes antidemocráticos.
En nuestro país, en la década del setenta, las sistemáticas desapariciones que las Juntas Militares llevaron a cabo dejaron un saldo de más de treinta mil desaparecidos. Estos crímenes se perpetraron para hacer una reforma social, política y económica, que permitiera concentrar la riqueza y el poder en pocas manos.
Lo mismo sucedió en Chile, con el terror que impuso el dictador Augusto Pinochet. En China en 1989, la masacre en la Plaza Tiananmen, fue el shock que desató oleadas de detenciones y decenas de miles de trabajadores quedaron demasiados aterrorizados como para exigir ningún derecho laboral. En la URSS de 1993, el primer ministro Boris Yeltsin envió los tanques al Parlamento, para impedir que los líderes de la oposición, fueran un obstáculo para la privatización fulminante que dio lugar a la nueva clase dirigente del país: los famosos oligarcas.
La guerra de las Malvinas en 1982, permitió a Margaret Thatcher superar la crisis de la huelga de los mineros, gracias a la excitación patriótica, que recorrió el país como un relámpago y así pudo aplastar la revuelta de los mineros y lanzar la primera gran marea privatizadora, convirtiéndose en un una antidemocracia occidental; gracias a que el nefasto militar argentino Leopoldo Federico Galtieri le diera pie para encontrarse con este propósito perverso.
A nosotros los militares querían dejarnos una imagen patriótica, a costa de nuevas muertes -en este caso de soldados-, sabiendo de antemano que actuaban en connivencia y complicidad con Inglaterra. Trataron de perpetuarse en el poder, cosa que sabían no iba a ocurrir; pero en la timba, si no salía a favor aquí, salía a favor allá, con la colaboración de E.E.U.U. y el gobierno de Chile, único país de latinoamérica, aportando datos estratégicos para el triunfo que obtuvieron los piratas en Malvinas.
El neoliberalismo aparece con una nueva forma en el mundo “La doctrina del shock”. En la década del setenta en Chile con el dictador Pinochet, que impulsa un paquete de medidas económicas. Los chilenos vieron como desaparecían las escuelas públicas reemplazadas por escuelas financiadas, una transformación capitalista extrema que jamás se había llevado a cabo en ningún lugar. Pinochet también facilitó como en nuestro país el proceso de tratamiento de choque, a través de múltiples formas de torturas, infligidas a todos aquellos que podían obstaculizar el camino hacia la transformación capitalista salvaje. Empobrecían a millones de personas y con la tortura castigaban a cientos de miles que creían y querían una sociedad distinta.
En los años ochenta, Latinoamérica y África estaban en una crisis impuesta a causa de la deuda, forzando a estos extensos territorios a privatizarse o morir, como dijo un funcionario del FMI por aquel entonces. Fueron devorados por la hiperinflación y también más endeudados, condicionados a aceptar exigencias de nuevos préstamos y por supuesto más dependientes.
Estos acontecimientos ocurrieron, son tangibles; nada es casualidad,; solo hay que seguir teniendo memoria. Lamentablemente aunque nos pese nuestros soldados fueron “víctimas de la dictadura”.
Columnista invitado
Hugo Bayón Cervero
Técnico Químico y en petróleos; recibido en la E.T.I.E.C. (Escuela Técnico Industrial Emilio Civit) de Maipú, promoción 1971. Trabajó en la actividad privada desde 1972 a 1980: Destilerías de Alcoholes Orandí y Massera S.A.; laboratorista en Bogedas Arizu de Godoy Cruz; control de calidad en Embotelladora Pepsi Cola; en el laboratorio de Bodegas Sáenz, Briones y Cía. Desde 1980 a 1992 se desempeñó en la Municipalidad de Maipú en Control Industrial y Comercial; y como para técnico de veterinaria estuvo en el Frigorífico Vildoza y en el frigorífico de ganado menor Naser Hnos. En 1993 comenzó a trabajar en el Departamento General de Irrigación en el Control de Efluentes industriales y Cloacales, hasta llegar a ser Jefe de División, hasta 2018 cuando se jubiló en esa repartición del Estado. Participa en radio desde 1993 en F.M. Familia con temas de comunidad y sociales. En 1997 comenzó el programa “Argentina…Tierra Nuestra” por Radio Nacional, abordando temas ecológicos y ambientales. Con esta misma temática y desde la conducción estuvo en LV10 Radio de Cuyo. Por esa tarea fue nominado tres veces al Premio Martín Fierro del interior del país (2001, 2006 y 2008). Trabajó dos temporadas en LV8 Radio Libertador y en FM Carrodilla, obteniendo el premio Gaviota Federal de A.A.D.A. (Asociación Argentina de Artistas) como el mejor programa de rubro ecológico. También fue futbolista desde 1.971 a 1.984, en la primera división del fútbol mendocino, jugando en varios clubes.