Estoy convencido que una buena cantidad de personas no leen absolutamente nada y opinan sólo con el título del artículo o el titular de la noticia.
Se trata de un analfabetismo que no implica no saber leer, ni tampoco entender lo que se escribe; es analfabetismo por pereza.
La situación forma parte de la superficialidad con que nos movemos en la actualidad. Las redes sociales y los espacios de expresión fácil, del mundo digital, dan como resultado que el pensamiento que se expresa sea menos elaborado, no sólo en la emisión, sino también en la recepción. Dicho de otra manera al receptor del mensaje no le interesa la profundidad del mensaje, se queda con el título, y solo con eso forma su juicio.
Leer ya ni se considera un buen hábito. Leer se ha vuelto aburrido y en su lugar resulta mejor el audiovisual, ya que su decodificación no requiere esfuerzo intelectual. Se trata de un mal que llegó para quedarse, y amenaza con extenderse a todos los espacios que sirven para desarrollar el intelecto; es un mal que se ha enquistado en nuestras sociedades contemporáneas.
En otros tiempos las personas no leían porque no se les enseñaba a leer, y de eso se aprovecharon los grupos de poder para condenar a las sociedades a la ignorancia.
Cuando estudiamos lo que los historiadores han denominado el oscurantismo europeo, una de las características principales era una suerte de analfabetismo idiomático. La iglesia católica, en la época medieval, se propuso suprimir todo tipo de pensamiento e ideología. Así se adoptaban “verdades reveladas”, las cuales no admitían críticas, y si la gente no las reconocía como tal, eran obligados a recapacitar o perseguidos hasta la muerte.
De esta forma se monopolizaba el saber; y el trabajo no debía tener fines de lucro, sino la mera supervivencia.
Fue un periodo extenso de años en los cuales se podrían haber desarrollado muchos conocimientos si la filosofía no hubiera sido esclava de la fe.
Fue una etapa de hambre, miedo y represión, propiciando de esta manera educación para unos pocos.
En la actualidad estamos viviendo un fenómeno similar, causado por la falta de conocimiento y de posición crítica ante los poderes fácticos e ideológicos. Hoy estos poderes, que se manifiestan desde la oposición al Gobierno nacional, amenazan la democracia sin ninguna legitimidad y casi sin fundamentos sustentables. En ello están los poderes trabajando: la iglesia católica, los medios de comunicación hegemónicos.
Los medios de comunicación concentrados en todo el mundo con ideología neoliberal ejercen ese poder fáctico y en nuestro país mantienen una hegemonía desde siempre.
Quiero dejar en claro esto y lo señalo porque aún con gobiernos de ideología nacional y popular, estas empresas u organizaciones han tenido supremacía, alcanzando una tremenda efectividad para defender sus negocios, a partir del control de la prensa.
Debo decir que esta realidad está lejos de generar conciencia, para atender en la eliminación de la ignorancia.
El sistema neoliberal para lo único que es racional, es para provocar ignorancia; paradoja perfecta para autojustificarse y usar esta actitud como pretexto. Disimulan o niegan una realidad que está a la vista; por supuesto, la van a ver aquellos que no sean ignorantes.
Será el momento que todos los ciudadanos nos demos a la tarea de comenzar a informarnos por todos los medios, pero desde una actitud crítica responsable y comprometida.
Columnista invitado
Hugo Bayón Cervero
Técnico Químico y en petróleos; recibido en la E.T.I.E.C. (Escuela Técnico Industrial Emilio Civit) de Maipú, promoción 1971. Trabajó en la actividad privada desde 1972 a 1980: Destilerías de Alcoholes Orandí y Massera S.A.; laboratorista en Bogedas Arizu de Godoy Cruz; control de calidad en Embotelladora Pepsi Cola; en el laboratorio de Bodegas Sáenz, Briones y Cía. Desde 1980 a 1992 se desempeñó en la Municipalidad de Maipú en Control Industrial y Comercial; y como para técnico de veterinaria estuvo en el Frigorífico Vildoza y en el frigorífico de ganado menor Naser Hnos. En 1993 comenzó a trabajar en el Departamento General de Irrigación en el Control de Efluentes industriales y Cloacales, hasta llegar a ser Jefe de División, hasta 2018 cuando se jubiló en esa repartición del Estado. Participa en radio desde 1993 en F.M. Familia con temas de comunidad y sociales. En 1997 comenzó el programa “Argentina…Tierra Nuestra” por Radio Nacional, abordando temas ecológicos y ambientales. Con esta misma temática y desde la conducción estuvo en LV10 Radio de Cuyo. Por esa tarea fue nominado tres veces al Premio Martín Fierro del interior del país (2001, 2006 y 2008). Trabajó dos temporadas en LV8 Radio Libertador y en FM Carrodilla, obteniendo el premio Gaviota Federal de A.A.D.A. (Asociación Argentina de Artistas) como el mejor programa de rubro ecológico. También fue futbolista desde 1.971 a 1.984, en la primera división del fútbol mendocino, jugando en varios clubes.