Mercedes Sosa
Traigo un pueblo en mi voz
Primera parte
Desde el mejor camino, que es el de las percepciones, comienzo un breve recorrido por la rutilante carrera artística de Mercedes Sosa. Asomado al asombro, con el deseo de compartir juntos estas escasas pinceladas de su relato biográfico, algunas canciones y fotos encomiables. Casi como quien observa su ADN para advertir de qué estamos hechos, me mando a saborear a esta artista única.
No alcanzaré en modo alguno a transferirte sino unas pocas emociones, de todas las que me genera su recuerdo. Si bien sólo cantora, elaboró un repertorio que ya es sinónimo de la canción argentina. Sin escribir poemas ni componer canciones, las recolectó como la cosechadora audaz que, desde el cuenco de la Pacha tributó a los mejores creadores de la música popular, entonándolos.
Estoy tan emocionado escribiendo estas líneas como aquella vez que la vi, junto a miles, en el Estadio Pacífico de mi amada Mendoza, en la Gira 82 que la trajo de regreso del exilio. Todo era vibrante y partíamos del agradecimiento a través de los aplausos, hasta las sonrisas o las lágrimas que nos provocaba escuchar los primeros acordes de cada una de las canciones que tarareábamos junto a ella.
“El seno de su familia marca a Mercedes Sosa para toda la vida
“Hija de zafrero y lavandera, de familia muy humilde, de la provincia más chica de la Argentina. Ese duro entorno desde su inicio la forja para lo que sería en el futuro.
“Esa familia era el amor a pesar de las carencias materiales. Sus padres trabajaban el día entero y a veces alejándose de la familia. Pero esa familia lo pudo todo, incluso el haberle dado el sentido de pertenencia de clase.
“Esto le permitió asumir el compromiso con sus ideales, sueños y esperanzas. Hizo suya la palabra olvidada de los pueblos originarios, de las mujeres, de los trabajadores y de los niños. Con su canto logró un grito colectivo de verdad, justicia, libertad y dignidad.
“Su canto también la llevó a recorrer infinidades de ciudades en el mundo y ser premiada por gobiernos y organismos internacionales, ya no tan sólo por su arte; sino que también por su inquebrantable compromiso con los derechos humanos.
“Su voz permitió que todo un mundo conociera a los creadores de Latinoamérica, logrando el amor y reconocimiento de sus pares, y el agradecimiento de su público a lo largo de varias generaciones.
“Desde la partida de Mercedes Sosa, se han originado homenajes de reconocimiento y agradecimiento en todo el mundo. Parques, plazas y bosques. Calles, escenarios y festivales. Bibliotecas, Escuelas, Centros de salud y Centros culturales de todo el mundo llevan su nombre.
“Les invitamos a recorrer gran parte de su intensa vida y conocer aún más el valor de su legado y compromiso con la humanidad.
“El principio
“HAYDÉE MERCEDES SOSA nació en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935, en un hogar humilde. De esos años viene su apego por las expresiones artísticas populares. Recién salida de la adolescencia, le gustaba bailar y enseñaba danzas folklóricas. También cantaba.
“En octubre de 1950, quinceañera, empujada por el entusiasmo de un grupo de amigas inseparables, se animó a participar en un certamen radial organizado por LV12 de Tucumán. Oculta tras el seudónimo de Gladys Osorio, su incipiente calidad como cantante la hizo triunfar en un concurso cuyo premio era un contrato por dos meses de actuación en la emisora. Fue el principio…
“El nuevo cancionero
“Una década después, cuando se produjo una suerte de estallido en torno de la música folklórica, meramente consumista, el nombre de Mercedes Sosa ya estaba comprometido con el canto popular como integrante del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folklore, surgida en la provincia de Mendoza, que proponía dejar de lado las modas pasajeras, para poner el acento en la vida cotidiana del hombre argentino, con sus alegrías y tristezas.
“Entre los artistas fundadores y promotores de este movimiento estaban Armando Tejada Gómez, Manuel Oscar Matus y Tito Francia.
“Sus aptitudes artísticas y personales sorprendían a un público acostumbrado a otra cosa. Junto con su marido Manuel Oscar Matus, hicieron conciertos en la Universidad. Otros escenarios los empiezan a recibir alentadoramente. Matus editó en un sello independiente el primer disco de Mercedes Sosa: «Canciones con fundamento».
“Por esa opción, la cantante tuvo que trajinar varios años antes de conseguir un reconocimiento como el que obtuvo en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, en 1965, cuando gracias a la generosidad del cantor Jorge Cafrune, el país entero pudo conocer a esta maravillosa cantante argentina y fue la ocasión que marcó el nacimiento de la gran artista popular que siempre mereció ser. Después, fueron sus innegables condiciones las que le permitieron convertirse en la gran figura que hoy aplaude todo el mundo.
“También en 1965 intervino en la grabación de «Romance de la muerte de Juan Lavalle», de Ernesto Sábato y Eduardo Falú, cantando «Palomita del valle».
“En marzo de 1966, se conoció «Yo no canto por cantar»,, con una docena de canciones hoy antológicas, entre las que estaban «Canción del derrumbe indio», «Canción para mi América», «Chayita del vidalero», «Los inundados», «Zamba para no morir», «Tonada de Manuel Rodríguez» y «Zamba al zafrero». Tal fue la aceptación de este disco, que apenas siete meses después, en octubre, fue invitada a grabar otro que apareció con el título de «Hermano».
“A fines de 1967, «La Negra» hizo conocer «Para cantarle a mi gente»,, un disco que acumuló un importante caudal de poesía argentina y latinoamericana.
“En abril de ese mismo año, había subyugado al público europeo y de los Estados Unidos con exitosas actuaciones en Miami, Lisboa, Porto, Roma, Varsovia, Leningrado, Kislovo, Sochi, Gagri, Bakú y Tiflis. Durante esa gira conoció a Ariel Ramírez quien le propuso, de inmediato, ser la voz de «Mujeres Argentinas», trabajo que recién se concretaría en 1969, luego de la aparición de «Zamba para no morir», una recopilación con los temas de mayor trascendencia grabados hasta ese momento, y «Con sabor a Mercedes Sosa», en el que registró por primera vez «Al jardín de la República».
“Cuando le propusieron grabar «Mujeres Argentinas», el país estaba viviendo bajo el peso de un régimen militar y Mercedes, como muchos argentinos, sufrieron las consecuencias: sus canciones no se podían difundir por Radio Nacional, la emisora gubernamental”.
(continuará)
Alfonsina y el mar
Volver a los 17, con Milton Nascimento
El corazón al sur, con Leopoldo Federico
(De la Biografía Oficial de la artista)


