El mantenimiento del statu quo y las acciones que despliega, tanto el presidente cuanto “su gabinete” -historia sin final-, pareciera confirmar la hipótesis de que el imperio bajó tal línea -a sus súbditos- y que cumpla a rajatablas. Cuando aseguraba que era una trampa, aquello de que “sin Cristina no se puede, pero con Cristina sola no alcanza”, que comenzó a circular en el 2018, pocos me escuchaban y quienes me escuchaban, dudaban.
Es mas, difundían la frase, impuesta desde el Norte, con fervor inusitado. Tampoco se me escuchó, cuando aseveré que, “si no hay 2018, no hay 2019” y por -entonces-, se me respondió: “hay 2019”; cuando me referí a una “victoria pírrica”, nunca supe qué pensaron, dado que por momentos pareciera imperar el no uso del pensamiento.
Es el diálogo con sordos y la convicción de que la unidad se logra y consolida, asintiendo, callando, permitiendo cualquier exceso y avance, lejano a la propuesta. El apoyo crítico, que sí sirve para señalar errores y evitar desvíos, se rechaza.
En realidad, así como la estrategia de un imperio en decadencia, es el intento de doblegar a Rusia, cercándola, con la OTAN, para un bloqueo genocida, como el primer paso, para combatir a China, con la OTAN (¿es que el Atlántico Norte baña, con sus aguas, todo el planeta?).
Ya Taiwán ha sido artillado, como arsenal nuclear, a tal fin, ya que la ceguera y la brutalidad de los genocidas del mundo, los lleva a creer que “China es una empanada, que se come de un bocado”; lo cierto -repito siempre-, es que ni la desaparición de la humanidad y de nuestra casa común, la Tierra, los detiene. Ni que decir que el paso definitivo, que proyectan, es el dominio total y absoluto del “patio trasero”, de nosotros, indoamericanos y del Caribe. En nuestro penoso caso, abundan los cipayos -decía ayer-, entre funcionarios que no funcionan -dentro de un gobierno que debería ser popular- y entre propios y extraños (la oposición, por otra parte, se manifiesta orgullosa de servir al imperio y a la corrupción). El plan es descabellado, ya que, si, es cierto, pueden terminar con el planeta, pero, ni remotamente, pueden pensar en derrotar a Rusia y a China.
Su dios, Adolf Hitler, pereció en el intento, aunque -para eso-, debieron entregar su existencia 26 millones de rusos. En lo que hace a la Argentina, la orden, desde antes del fraudulento triunfo del 2015, la orden es terminar con la líder del Movimiento Nacional y Popular (los encarnecidos y miserables ataques contra su persona, en lo jurídico, mediático y diplomático, son una pauta). En tal sentido, la frase que impera, desde hace casi dos años, es: “hay que terminar con la Cristina eterna”. Y muchos queridos compañeros, “han entrado por el aro”, sin reparar en que la estrategia es la misma y tiene el mismo origen.
Porque el plan no termina ahí; terminar con esa brillante estadista (piensen, con la cabeza fría, aunque mantengan el corazón caliente; se que existen quienes están resentidos, dolidos, heridos y con razón, pero no deben perder la perspectiva y lo digo con el mayor respeto; con el mayor afecto solidario para con ellos), es como ocurre en materia de geoestrategia, el primer paso.
Luego van por el Peronismo, columna vertebral del Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario (en el decir de Evita) y en pos de la quiebra definitiva. La demostración está a la vista. El dialoguismo con el empresariado genocida (que, tal vez, no sea juzgado nunca), con personajes de la oposición antipueblo, con los medios -a los que se continúa financiando-; con varios funcionarios del imperio -que son visitados, acá y allá-; la aceptación de una deuda que no debemos y el reingreso del FMI/EE. UU., para cogobernar y suma y sigue, son pruebas al canto. Todo lo que se niegan a hacer, en materia de estatización de puertos nacionales, de las vías navegables, de control de las exportaciones, de dragado (hidrovía), de una reforma judicial de fondo, aumentando, asimismo, el número de la CSJN. También de dejar de violar los derechos humanos como es el caso de la privación ilegítima de la libertad (secuestro), de Millagro, De Vido, Boudou y el resto.
Además de permitir una “libertad de comercio”, con un descontrol que hambrea a millones de argentinos y poner en vigencia la “teoría del derrame”, con un real aumento incesante de la economía, que no posibilita reservas para el país, ni los prometidos ingresos justos y dignos, a trabajadores y jubilados, que se empobrecen día tras día y sin atisbo de poder nutrirse, ni de poder enfrentar gastos mínimos. ¿Se puede cambiar el rumbo?. Si, pero no lo quieren cambiar, se aíslan, se esconden tras un parloteo inconmensurable, no aceptan asesoramiento, consejos, ni opiniones; no dan audiencias, que no sean farandulescas. En tanto, ningún/a peronista debe ser candidata/o; porque nunca mas debe haber “gobiernos populistas”. Por otra parte, ya se largan a andar las candidaturas a presidente para el 2023; total, la decisión es la de no gobernar y que sea lo que dios quiera y que el que se tenga que morir, que se muera.
Lo dicho ayer: movilización permanente, para que se gobierne; para que lo que se deba hacer, que ya se haga. . . y si se sigue dando la espalda al pueblo, que los émulos de los Chicago boy’s (funcionarios que no funcionan y su jefe), se vayan, o se vayan. Lo que no se puede aceptar es lo que ocurre, camino a justificar un fracaso y un derrumbe nacional.
31 de marzo de 2022 (Todo me duele profundamente)
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.


