Están muy excitados al haber sacado de la cancha electoral a Cristina Fernández, Vicepresidenta de la Nación y la líder más convocante e importante de la Argentina. No les importa si para hacerlo hayan debido echar mano a una Corte Suprema de Justicia que, metida a cumplir a rajatabla la misión de Partido Judicial, la ha proscripto de por vida para ocupar cargos públicos. Los cuervos de distinto tamaño y jurisdicción se prueban trajes estrafalarios de alianzas increíbles.
Esto recién comienza. Muchos y muchas estaban preparados para meterse al río revuelto, a ver si cazan un voto. Sin embargo, para que eso ocurra deben presentarse candidaturas que tengan un sentido claro frente a los votantes. Ya no hay más lugar para las alianzas a la bartola, puesto que suelen no terminar bien. Creo que aquí también vamos a ver, como nunca, la necesidad de rediscutir la condición de movimientista a secas del peronismo. Hay muchas cosas que no cierran.
Quizás deba plantearse el movimientismo desde una perspectiva amplia desde la centro izquierda, donde dejaron estacionado al movimiento popular tanto Néstor como Cristina. Reflotar aquella transversalidad abandonada a medio camino. Son millones y millones quienes, independientes -la gran mayoría- y con sus simpatías diversas el resto, puedan confluir en acuerdos que luego no sean traicionados por una persona, utilizando el gobierno para entregarnos aún más al imperio.
“Elecciones 2023
“”Juntos por Argentina”, el paraguas que Llaryora le propuso a Macri para integrar Juntos y el PJ
“Fue parte central de la conversación entre el intendente cordobés y Macri. El sello permite integrar al peronismo “republicano” a los socios mayoritarios de Juntos.
“”Con la grieta se puede ganar una elección, pero no se puede gobernar. Para salir de esta crisis, necesitamos una coalición que deje en segundo plano los intereses partidarios y priorice los intereses estratégicos”. Con estas palabras, Martín Llaryora, el intendente de Córdoba definió la nueva alianza nacional que, entiende, debe integrar Juan Schiaretti.
“Esta fue la idea que Llaryora le propuso a Mauricio Macri en la reunión -extensa, para los parámetros del expresidente- que ambos mantuvieron semanas atrás. “Juntos por Argentina”, un sello que permite integrar al peronismo “republicano” a los socios mayoritarios de Juntos por el Cambio; un plan que, de concretarse, detonaría a la coalición opositora en Córdoba, porque tiene como condición implícita que el PJ cordobés retenga el poder mediterráneo y que Macri no sea candidato.
“Schiaretti habló siempre de una “reconfiguración de los frentes electorales”, condición que la salida de Cristina Kirchner del escenario 2023 parece posible. Sin embargo, también genera dudas: ¿qué hará Schiaretti si el PJ nacional concurre a una gran Paso, con el kirchnerismo como una de sus variantes? ¿Podrá jugar por fuera de su partido político de origen?
“Él tiene argumentos propios: en Córdoba, comanda una coalición que tiene como socios a socialistas y Margarita Stolbilzer, y que busca sumar para los próximos comicios provinciales a sectores PRO, como Gustavo Santos, y/o radicales, como Myriam Prunotto, intendenta de Estación Juárez Celman, una localidad del Gran Córdoba, quien no duda en impulsar al exrector de la Universidad Nacional de Córdoba Hugo Juri como candidato a gobernador, para bloquear así una postulación Luis Juez.
“La búsqueda de un vice no peronista para Llaryora no es un experimento nuevo: en 2019, Juan Manuel Cid, mesa chica del intendente cordobés y su espada en la Legislatura provincial, le propuso a Rodrigo de Loredo ser el candidato a viceintendente de un “refundado Partido Cordobés”. Aunque el radical de Evolución rechazó la invitación, el dato es que la movida tuvo la aprobación de Schiaretti, recuerdan los ingenieros electorales de Llaryora.
“Volvamos a “Juntos por Argentina”: “No podemos gobernar una provincia con un país en crisis”, es la explicación en el llaryorismo para fogonear la integración de Schiaretti a un acuerdo nacional de centro. Es que aunque no esté Cristina en la boleta, el cristinismo radicalizará su discurso y arrastrará con él a sectores del peronismo clásico. Esa es la hipótesis en el PJ Córdoba; aquella tesis de que “el kirchnerismo secuestró al peronismo”, una frase que, con bemoles, pronunciaron en los últimos meses Schiaretti, Macri y Luis Juez.
“Apuntan, de hecho, un dato: Martín Gill, el intendente de Villa María que venía reclamando espacios de discusión internos en el peronismo cordobés para hacer frente a la composición de fórmulas del año que viene, firmó el comunicado del Frente de Todos en el que se responsabilizó de la condena a la vicepresidente a una “verdadera mafia” integrada por “sectores del Poder Judicial, los medios de comunicación concentrados y la oposición política antidemocrática”. Si había alguna chance de que Gill sea parte de Hacemos por Córdoba en 2023, hoy parece “cancelada”.
“En este escenario, consideran que sin Cristina (ni Macri) como candidatos de sus respectivos frentes electorales habrá sectores extremos que buscarán atender a los halcones de cada bando, quedando para el centro la responsabilidad de ordenar el descalabro económico que asoma, con alta inflación y pobreza.
“Pero también hay dudas respecto de cómo impactará en Horacio Rodríguez Larreta el “Lago Escondido Gate”. Es un capítulo abierto. Por ahora, Stolbirzer, socia de Schiaretti en Córdoba, dijo que “tal vez lo grave no fue el viaje”, sino “todas las maniobras que hubo después para disimular, falsificar y demostrar cosas que no eran; lo que demuestra que todos los participantes, a sabiendas de estaban haciendo algo mal, lo hicieron”.
“Lapolíticaonline.com
“Juan Manuel González (Córdoba)
“8 de diciembre de 2022”.