Encubrimiento mafioso. Permanente información falsa. Crimen organizado. Manejo de un Poder Judicial fuera del Derecho y de la justicia.
Lo subvierten todo. Tergiversan todo. Es un enjambre que -en el mejor de los casos-, crea duda. Es una maquinaria manipuladora que no descansa; crea imágenes; lava cerebros y disuelve delitos -de diversa magnitud-. El de los crímenes de lesa humanidad, de Macri y todo su equipo -brutal; mas brutal, el de Gerardo Morales, en el caso de Bolivia-.
Todo se cubre; todo se encubre. Entonces se pone en ejecución la mentira -miente, miente y miente, que algo quedará-. La operatoria consiste en adjudicar al otro, los delitos aberrantes que sus capos cometen; ya que es mafia pura. De allí en mas, todo es posible. Si los hechos de que se acusa, a varios personajes del espectáculo, son ciertos, se les da una difusión descomunal, ya que sirve para ocultar o hacer olvidar, no solo los robos, asesinatos, evasiones y fugas -al exterior-.
Todo esto acrecienta la impunidad -y que se haga gala de impunidad-. Para ello es necesario, además, que no exista el estado de derecho y el gobierno y sus funcionarios, sean permisivos. Ello supone complicidad -o coparticipación agravada-. Las legalizaciones y las naturalizaciones, de todo el terrorismo de Estado; del saqueo; del estado de indigencia del pueblo; del gran deterioro de los ingresos de trabajadores y jubilados (baja impresionante del poder adquisitivo del pueblo, pueblo).
También, el robo multimillonario de los cuatro cortesanos, por gastos reservados; por un presupuesto inmenso y por el vaciamiento de la Obra Social. De una deuda externa nula, de nulidad absoluta, que jamás recibimos, pero que el pueblo paga, una vez mas. Por el acuerdo con el FMI, con la obligatoriedad de hacérselo respaldar al Parlamento, cuando -en realidad-, al darle las divisas, en forma personal, al mas grande delincuente de la historia, se violaron todas y cada una, de las cláusulas exigidas, por nuestras leyes y por las propias normas del FMI.
Mienten, cuando hablan del porcentaje perdido en esos cuatro años de tierra arrasada y en los mas de tres, del actual gobierno. Yo no puedo decir -alegre y superficialmente-, “con el apoyo de Cristina”, ya que los hechos demuestran todo lo contrario. El presidente le dio la espalda al pueblo -y al Frente, que lo votó-, a horas de haber asumido.
Fueron mas los abrazos y los actos de simpatía -en la entrega del mando y en la misa de Luján-, sin lugar a dudas. También su manifestación pública de la amistad con el jefe de la ciudad, respaldado, en la pandemia, por éste y Morales, como si fueran las figuras centrales del acuerdo.
Se podrán citar mil casos mas, que mostraron una línea de continuidad, repito, violando todos los compromisos, no solo con quien le dio los votos, sino con todo el Frente -traicionado y decepcionado-. Pero el tema que nos ocupa, va mas allá y -en algunos casos-, trasciende las fronteras (planetariamente hablando).
Figurar en medios de todo el mundo, como el mas corrupto delincuente, del globo, no le hizo mella, en nuestro país, donde trascendió, escasamente, ya que ningún medio -ninguno-, lo hizo trascender, en el tiempo. Los medios del país (extranjeros, todos, aunque sean del país), son -desde hace décadas, pero mas en los últimos veinte años-, tribunales; sus paniaguados (en muchos casos proxenetas, o reprimidos), son acusadores, fiscales, jueces y cortesanos.
Apabullan a medio mundo y la mafia judicial se encarga de hacer realidad, sentencias y condenas, sin prueba alguna. Mandaron a prisión, a ciudadanas y ciudadanos de una moral intachable; con un patriotismo y entrega relevantes. No se si el nazismo, o el franquismo, son equiparables.
La libertad de prensa consiste en el respeto a opiniones, sin censura previa, pero cuando se falta a la verdad, tan miserablemente, el gobierno (donde lo hay), debe proceder sin contemplaciones. Rectificaciones en el mismo espacio y de la misma dimensión; multas y si se incurre en el mismo delito, cierre parcial o definitivo.
Los responsables pueden ir presos -llegado el caso-, con penas equivalentes a las de los damnificados, a quienes deben indemnizar. A veces, el daño es tan tremendo, que no hay indemnización posible. El de Milagros es un caso, que excede todas las sanciones habituales. Trato de abreviar, pero -a veces-, es casi imposible.
Cuando se habla de los narcotraficantes, aparecen los nombres de criaturas y de perejiles -que viven hacinados y en taperas, porque la situación social y la indigencia reinan, en estos tiempos-, pero Macri y sus socios, recorren el mundo, sin control alguno; como el resto de los grandes cacos.
Cuando se habla de trata de personas y pedofilia -por ejemplo-, también se omiten los nombres de Macri, Larreta, Puertas, algunas figuras mediáticas y otras yerbas. El tráfico de armas, es otro campo donde se reiteran los nombres, no porque no haya inteligencia, sino porque se usa para el espionaje ilegal; el chantaje y los carpetazos.
Algunos, no tienen ni un muerto en el placard, pero mucho miedo -quizá, por picardías-. Nadie incriminó a Macri y su banda, en los crímenes de lesa humanidad, asesinando a hermanos bolivianos, con armas y municiones argentinas. Es infamante, para los 47 millones, pero está protegido por el silencio, que los hace cómplices; como ocurre con los 44 submarinistas; con los asesinados en Iron Mountain (héroes bomberos).
Nadie investigó la asociación ilícita denominada Grupo de Lima y sus múltiples delitos. Nadie menciona la participación personal de Gerardo Morales, en el golpe de Bolivia, ni los negociados con EE. UU., regalando el litio nacional; tampoco las plantaciones ilegales de marihuana -aun no autorizada-, cuando metían presas y presos, a los que la utilizaban con fines curativos (su hijo transaba, también, con EE. UU.).
Reitero, son miles los crímenes y delitos, de distinta magnitud, de todos estos hampones asesinos. Mas, todo está cubierto y -a diario-, elaboran información falsa -en connivencia con la mafia judicial-, para ocultar todo, mientras se pergeña, cómo ensuciar y salpicar, a los mejores -con premeditación y alevosía-. Para ellos, no hay límites, ni escrúpulos. Nadie los sanciona. La ausencia gubernamental, es oprobiosa.
27 de marzo de 2023
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.