19 de marzo de 2025
03:43hs.
En los tres poderes hay “infames traidores a la Patria? ¿y ahora que?
Si la Corte y la Justicia no fueran un poder mafioso, al servicio del extranjero, la delincuencia de alta gama no se hubiese podido apoderar de la Nación Argentina, vaciándola con el apoyo de las “fuerzas de seguridad y policiales”. Estas fuerzas cipayas -seguramente tan hambreadas como el propio pueblo-, no reprimirían brutalmente al pueblo del cual deberían ser parte -ya que allí nacieron-. Ni serían el respaldo de la extranjería ocupante de extensos sectores de la Patria, bancados por la extranjería posesionada dentro y fuera de la Casa Rosada.
Todos los hijos de esta bendita tierra (potencia mundial encadenada, repetimos), especialmente los jubilados y pensionados (condenados a muerte, decíamos ayer y lo reiteramos), están viviendo los días mas trágicos de su existencia. En un alto porcentaje, sus días finales, que debieran ser de felicidad y no de espanto.
Buena parte de la población, afirma este Concejo Superior, aun se halla en el limbo, a raíz de las mentiras cotidianas y el lavado de cerebros de los canallas y mercenarios medios corporativos. Esto los lleva a ser ignorantes de la realidad, integrando esa inmensa masa amorfa, creada para conformar esta situación desesperante y hacerlo sin riesgo, ante la muralla levantada, por aquellos argentinos que no actúan en defensa propia, ni de sus conciudadanos.
El grave estado de supervivencia que vivimos, nos mata y los favorece. Se ha dado vida a un sistema que desdeña -inconcientemente-, a los adultos mayores (o a los viejos, como se suele decirnos, generalmente y con desprecio, aunque muchos lo hagan con cariño y afecto, es cierto).
Para los miserables jueces y camaristas, ningún tema es de su competencia y lo derivan, hasta ratificar que somos un país sin justicia. Mas aun, con una justicia poblada de extranjeros nacidos acá, pero al servicio de potencias extranjeras. Además de incompetentes. Si la justicia y el Parlamento funcionaran, no transcurriríamos en esta miseria, que es de hambre pero, también, de falta de contenido humano.
Somos cosmopolitas y plurinacionales, pero el amor ha sido -siempre-, motivo de vida. Somos seres con sentimientos y procedemos de muchas generaciones con elevados sentimientos, por la Patria -que es el otro-. Se ha roto el contrato social. Ya no nos queda aliento para el reclamo, porque le estamos hablando a la pared. Porque estamos aullando a la luna. Hace mucho, que se acabó el tiempo de la palabra.
La sociedad toda debe reaccionar y rebelarse ya -como decíamos ayer-. El poder real es ajeno. Las mafias de la justicia y los medios, nos son ajenos. El Parlamento no cumple el mandato y esta presidido, en ambas cámaras, por siniestros personajes que nos retrotraen al ominoso pasado y nos son ajenos.
Alguna vez dijimos ¡Nunca mas!, pero desde el poder mundial, siguen dándoles licencia para matar y respaldo. Lo único que no nos es ajeno es la Patria; que no se vende y debe defenderse. La exigencia es el reclamo, por nuestro sistema previsional; por el FGS; por nuestra obra social; por la recuperación del poder adquisitivo de nuestros haberes y pensiones y la devolución de todo lo perdido, en poco mas de ocho años.
Por respuesta recibimos represión, falta de libertad y una vida que no es vida. Una dictadura -otra vez surgida del resultado electoral, como la de Macri-, nos sojuzga y mata el derecho al reclamo; el derecho a la expresión; el derecho a la vida y a la libertad. No podemos exhortar a otra cosa que no sea el plan de lucha inmediato, o la desobediencia civil, porque la muerte civil está y nos quieren llevar a la muerte física, que ya se registra y duramente.
DECIMOS, COMO AYER, QUE ESTAMOS DISPUESTOS A MORIR PARA RECUPERAR LA VIDA Y LA LIBERTAD, PERO NO BASTA, LA FUERZA ES DE LOS TRABAJADORES; DE LA JUVENTUD; DE TODOS LOS ESTUDIANTES; DE LOS PROFESIONALES, LOS CIENTÍFICOS Y LOS TÉCNICOS; DEL PUEBLO TODO QUE, UNIDO, DEBE DECIRLE AL MUNDO QUE SOMOS LOS HIJOS DE SAN MARTIN Y DE REMEDIOS DEL VALLE. LOS SUCESORES DE FRAMINI, TOSCO, ONGARO, ABDALA Y TODOS NUESTROS GRANDES DIRIGENTES.
1 de marzo de 2024
Mafia, miseria, muerte, mentira, mitomanía, malicia, monstruos, mercenarios: Martínez de Hoz, Menem, Macri, Milei, Milton (Fridman)
Y tantos otros: extranjería; fuerzas de ocupación; criminales de lesa humanidad. Miembros del Grupo de Lima: narcotraficantes, genocidas, tratantes de personas; prostibularios, fugadores de divisas a guaridas fiscales; explotadores y esclavistas, con licencia para matar y respaldo, por parte del Eje del Mal (EE. UU.- Inglaterra – Estado de Israel y aliados; siempre genocidas, todos).
Consenso de Washington; ALCA; miserabilidades patéticas, diría Irigoyen, el primer presidente del voto secreto y obligatorio, representando al partido de Alem, que hoy tiene la última oportunidad de resucitar. O continúa con el renunciamiento a sus ideales (los de Balbín, Illia y Alfonsín), comercializando una chapa inexistente; compartiendo el vaciamiento de la Argentina, en camino a la disolución nacional, o tiene un gesto patriótico y popular, para que la UCR vuelva a la vida.
El comienzo de las sesiones del Congreso fue ominoso, de punta a punta. La eterna agente del departamento de estado, descendiente de quien vendía ganado robado y esclavos, que le entregaban sus pares, los que se apoderaron, desde antes de Mayo y después, de vidas y haciendas, montó el escenario macabro (que -también-, recorrió el mundo, a través de las imágenes, como el propio cacerolazo).
Bullrich convirtió a Buenos Aires en una imagen grotesca de guerra. Amuralladas y enrejadas, calles, avenidas y edificios -de la mas importante ciudad del mundo, que sus amos no poseen-. Tropas de seguridad y policiales, por todos lados, en tanto el megalómano -y su séquito de infames e inútiles-, hacía un payasesco desfile, alejado de ese pueblo, al que odian, como al país ocupado, al que maldicen, a diario, como a sus símbolos, que llaman excremento.
Calígula, entonces -desde su púlpito-, miente descaradamente, tirando cifras y porcentajes irrisorios. Villaruel y Menem, dos personajes lamentables -procedentes del pasado abominable-, se ocuparon de plagar de aplaudidores todo el recinto, para decir que si -a los gritos-, a cuanta mendacidad e infamia vertiera el personaje. Muchos de los calumniados y pisoteados -en solo tres meses-, aplaudían -también-, ávidos de que el rufianazo -como sus conjurados, del PRO y otras yerbas-, les tire unas hogazas de pan y treinta dineros.
¡Ay, Patria mía!, cuanta cipayería; cuantos mercenarios y extranjeros -nacidos en tu suelo-. La nación se desgaja y la disolución avanza. Nos quieren destrozar; entregando todo y asesinando a su pueblo, por inanición; por la desnutrición de nuestros niños para que su cerebro no se desarrolle y facilite el imperio de la esclavitud y que los adultos mayores desaparezcan de la faz de la tierra (si piensan, son peligrosos y se resisten).
Es vital, de toda vitalidad -y para que recuperemos la vida y la libertad-, que todo el pueblo reaccione y se ponga de pie. Esto no puede continuar, ni un minuto, porque no habrá mañana. ¿Cómo?; a como de lugar. Con un plan de lucha; o sembrando de sangre nuestras calles; o sin sangre -quizá-, imponiendo la desobediencia civil.
Las FF. AA. no saldrán y estas hordas, que nos reprimen (pasando, generalmente, las mismas vicisitudes que todo el pueblo), se iluminen y ejerzan el duro oficio de pensar; porque Patria hay una sola. Se trata de cumplir el juramento, o matar a sus hermanos -si es que son argentinos-. Nunca declaramos una guerra de ocupación, pero en las guerras, se trata de matar o morir, por una causa.
El peligro de muerte está latente. Debemos expulsar al extranjero (extraño), ya que nuestros hermanos de la región no lo son y tampoco los hombres del mundo, de buena voluntad, que habitan nuestro suelo. Repitamos: ¡Nunca mas!, desde el fondo del alma y juremos con gloria morir. Por nuestra Patria; por nuestro futuro y por el futuro de los que vendrán.
3 de marzo de 2024
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.
