“Somos la causa de los desposeídos” sentenció Leandro Alem.
La historia es maestra, mas allá de los que la revierten; la memoria y el recuerdo emotivo -de muchos hechos-, guía nuestros pasos, en la vida. Amé a Perón y a Evita, por su incidencia en los momentos de felicidad vividos por nuestro pueblo. Ello, no obstante, no me impide conocer la verdad de lo ocurrido en el país, ya que la única verdad, es la realidad y no puedo ignorar lo acaecido ente el 2003 y el 2015, donde todos vivimos mucho mejor, dentro de un estado de bienestar.
Mas, mi lucidez y mi condición humana -seguramente heredada y acrecentada, en el tiempo- han hecho que desconozca el odio; no lo practiqué, ni sugiero que lo hagan, ya que hace mucho daño -a todos-, pero envenena al que lo practica y al resto. Dicho esto y en una circunstancia muy dolorosa, para todos, menos para los infames traidores a la Patria, que continúan utilizando a un partido mas que centenario, para sus canalladas, enlodándolo y tratando de destrozarlo hasta hacerlo desaparecer.
Por ello, recurro al significado de las palabras, de ese paladín de la política, que fue Lendro N. Alem al que amo, asimismo, como a Aristóbulo del Valle -mi tío bisabuelo-, cofundador y socio de Don Leandro; a Juan B. Justo, a Nicolás Repetto y a Lisandro de la Torre -entre varios mas-. Porque -felizmente-, vivieron y fueron argentinos, como lo soy yo, orgullosamente.
A todo ello debo sumar que, mi padre, Alberto Armando, que falleció el 16 de noviembre de 1940, fue presidente de la Juventud Radical Universitaria y forjista; por otra parte, mi abuelo materno, Juan Llanos, fue acérrimo defensor de Irigoyen, quien dijo de él, que era su mas grande y desinteresado amigo.
Parientes directos -además-, fueron gobernadores, o vice; senadores y diputados, en nombre de su pueblo y de la UCR, que aportó hombres fundamentales -al peronismo y a la causa nacional-, como fueron, por ejemplo, John William Cooke, Italo Lúder, Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz -entre muchos-.
Por sentimiento y obligación, debo reconocer que hubo grandes figuras del radicalismo que honraron al país, aunque miserables, de la laya de Rodrigo De Loredo -entre tantos-, que son anatematizados por el artículo 29 de la Constitución Nacional, como infames traidores a la Patria -lugar de donde no se vuelve-, utilicen su nombre, en detrimento de sus mejores momentos.
Quienes fueron bien paridos, como radicales afines a Balbín, Illia y Alfonsín, cuya amistad supe cosechar, porque lo quisieron y me honraron, deben mantener distancia de todos esos personajes siniestros -que son demasiados-, porque la historia lo manda. Les juro que sueño con un movimiento de Unidad Nacional, para defender a la Patria y salvar al pueblo; movimiento que una a los sectores -con un compromiso temporal, o de otra naturaleza-, donde marchen, a la par, lo mejor del peronismo y lo mejor del radicalismo, encabezándola.
Y junto a ellos también -a la par-, socialistas, progresistas; de todas las fuerzas populares de avanzada y toda la ciudadanía coincidente, para evitar la entrega del país y la disolución nacional, reconociendo -sin duda-, que una nación sin Estado, es un enclave colonial; en nuestro caso, el mas grande del planeta.
FINALIZO, PUES, CON UN ACTO DE DESAGRAVIO A LA FIGURA DE LEANDRO N. ALEM Y A SU PROCLAMACION COMO “CAUSA DE LOS DESPOSEIDOS”, COMO PREMISA DEL ENCUENTRO.
1 de mayo de 2024 (Día Internacional de los Trabajadores)
Ni olvido ni perdón; ayer, hoy y siempre. Una idea fija -desde el fondo de la historia desean concretar hoy.
El fermento de la seguridad Ssocial nos viene de Mayo, mas, cada vez que se logró avanzar, en la materia, los esclavistas de ayer, tomaban el poder y desandaban lo logrado -con sangre, sudor y lágrimas-. Josef Martínez de Hoz -aun en tiempo de la colonia-, era tratante de personas y de esclavos, además de contrabandista; cuando las invasiones, se puso al servicio de Inglaterra y lo pusieron a administrar la aduana y su apellido se proyectó hasta hoy -aunque los actuales, son partiquinos, pero del poder-.
Mayo y la Asamblea del año 13 dispusieron la libertad de vientres y la quema de instrumentos de tortura, comenzando a liberar a los criollos y a los esclavos -aunque muchos los usaran-; en los años ’30, con el predominio de los hacendados, se organiza la oligarquía terrateniente -en base a las extensiones robadas, desde la primera guerra contra el indio- y se profundiza la esclavitud de los peones rurales -sin diferencia de color-.
Años después, José Alfredo Martínez de Hoz constituye la Sociedad Rural (los terratenientes ladrones de tierras); Sarmiento se opone -duramente-, pero no alcanza y se desarrollará la explotación y la extranjería -que hoy ocupa el país- e Inglaterra domina el comercio; era la historia de los avances y retrocesos.
Aunque existieron atisbos, en el nuevo siglo y con la llegada del peronismo, comienzan a crearse condiciones de vida distintas; el salario digno se suma al crecimiento del trabajo, pero -en el ’55-, se produce el nuevo retroceso que salvo en excepciones -como son los gobiernos de Illia y 9 meses de Perón-, en 1976, un nuevo golpe genocida, cívico, empresarial, mediático y judicial, vuelve a destruir lo edificado.
La centralidad de un nuevo José Alfredo Martínez de Hoz, lleva a un retorno al peor pasado, además de segar la vida de mas de 30 mil hermanos y empobrecer al pueblo; ese intento, se trata de superar, durante el gobierno de Alfonsín, pero es en vano y la lucha se acrecienta, los años de menemismo son un castigo; se destroza el país y con ello la seguridad social; los jubilados son hambreados, con $ 145.- y $ 5,- (de PAMI) y todos serán víctimas de tal entrega y de las relaciones carnales, con EE. UU.
Recién en el 2003, con la llegada de Néstor, vuelve -lentamente-, la vida y la seguridad social anhelada; doce años y medio -se sucedieron-, cada vez con mas estado de bienestar y los mayores haberes y salarios de la historia, mas, luego de mil mentiras, de los medios y la justicia, junto a un fraude feroz, volvieron y nos esclavizaron -una vez mas-.
Hubo algunos cambios, con Alberto Fernández -pese a la pandemia y a una serie de errores e imprecisiones- y la marcha macabra hacia el patíbulo, volvió a dejarnos sin vida; sin comida; sin trabajo y casi sin país; reina -desde diciembre del ’23-, una dictadura monárquica, que está respaldada por infames traidores a la Patria; asaltaron el poder y nos quitan todo lo obtenido -en mas de cien años de sangre, sudor y lágrimas-.
Estamos en manos del Senado, que sellará nuestro destino, aunque seguiremos reclamando, exigiendo y peleando -para recuperar todo lo que nos han arrebatado-; aunque ellos quieran terminar con nosotros -como lo han dicho, públicamente-, debemos terminar con tantas felonías e infames traidores a la Patria.
DECIMOS UNA VEZ MAS: EN ESTO NOS VA LA VIDA.
2 de mayo de 2024
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.