Facundo Cabral
Vuele bajo, porque abajo está la verdad
Tercera parte
Siempre tuvo más preguntas que respuestas. Las certezas que ventilaba desde el escenario, giraban en torno a poner todo en dudas y, al mismo tiempo, ofrecer algunos caminos para procesar el sentido de la vida. Por eso es que su carrera fue ascendente y llegó a cantar en más de 165 naciones. Desde atrás de su guitarra esperaba el aplauso, las sonrisas, los comentarios. Allí combatía su soledad.
Nunca hubo forma de ponerlo en una lista, encarpetar su tarea profesional, clasificar se modo de abordar la música, desde las reflexiones que parecía iba construyendo en tiempo real. De algunas personas se dice que “rompieron el molde”, cita que puede hacerse acerca de su figura. Por ello lograba conformar un público tan disimil como ávido de encontrarse con cada nueva sentencia.
Las poesías hechas canción que lo catapultaron, rondaban en torno a historias pequeñas. Casi de la vuelta de la esquina, eran sujetos que retrataba en su padecer vital de la búsqueda de trascendencia y la belleza del proceso de la existencia. En ese ida y vuelta se acunaban los destellos que permitían entrever un futuro posible, pero siempre en apego a lo humano por sobre todo. Canto libre.
(viene de la entrega anterior)
“Trayectoria artística
“Cabral citaría así sus inicios en el medio musical: “Empecé a cantar con los paisanos, con la familia Techeiro, en Tandil. El 24 de febrero de 1954, un vagabundo me recitó el sermón de la montaña y descubrí que estaba naciendo. Corrí a escribir una canción de cuna, Vuele bajo, y empezó todo.”
“En 1959, ya tocaba la guitarra y cantaba música folclórica, admiraba a Atahualpa Yupanqui y a José Larralde, se trasladó a Mar del Plata, ciudad balnearia argentina, y solicitó trabajo en un hotel; el dueño lo vio con su guitarra y le dio la oportunidad de cantar. Así comenzó su carrera dedicada a la música; su primer nombre artístico fue El Indio Gasparino. Sus primeras grabaciones no tuvieron mayor repercusión. Luego se presentó con su apellido verdadero.
“En 1970, grabó No soy de aquí ni soy de allá que consagró su éxito. Empezó a ser conocido en el mundo, grabó en nueve idiomas con cantantes de la talla de Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas o Neil Diamond entre otros.
“Exilio y retorno
“Durante el Proceso de Reorganización Nacional 1976-1983 era ya considerado un cantautor de protesta, lo que lo obligó a abandonar Argentina en 1976. Se radicó en México, donde continuó componiendo y haciendo presentaciones. Se estima que recorrió 165 países.
“En 1984, regresó a Argentina con su nombre consagrado. Ofreció un recital en el Estadio Luna Park. Siguió por Mar del Plata. En 1987, hizo una presentación en el estadio de fútbol de Ferro Carril Oeste, en Buenos Aires, con capacidad para treinta y cinco mil personas. El 5 de mayo de 1994 comenzó una gira internacional.
“Se presentó en conciertos junto a Alberto Cortez en “Lo Cortez no quita lo Cabral” uniendo humor y poesía con las canciones que hicieron famosos a ambos intérpretes. En enero de 1996, ambos actuaban en la ciudad de Mar del Plata, cuando Alberto Cortez debió ser operado debido a una obstrucción en la carótida, así que Cabral continuó con la gira de la cual se hizo una grabación.
“Ya casi invidente, él mismo resumió en una nota: “Fue mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46. El más pagano de los predicadores cumple 70 años y repasa su vida desde la habitación de hotel que eligió como última morada””.
(continuará)
Vuele bajo
Reflexiones chistosas
Parábola del mendigo y el zapatero
(De la red de redes)