“La ciudad de Buenos Aires, fundada dos veces junto al Río de la Plata, creció de espaldas a él y sufrió los mismos cambios y vaivenes que su política. Algunos edificios fueron demolidos y reconstruidos hasta tres veces (entre ellos el Teatro Colón y la Casa de Gobierno) con otros cánones edilicios que primero fueron coloniales, luego itálicos y por ultimo franceses. Todo esto a comienzos del siglo XX según las ideas de los arquitectos de las escuelas francesas, entusiasmados por los dictados de la Ecole de Beaux Arts de París que construyeron los grandes boulevares y edificios de esa ciudad.
“La avenida Rivadavia, camino de carretas, unía la Plaza de Mayo con el oeste lejano hacia Flores. Durante la epidemia de fiebre amarilla en 1870 la gente de clase pudiente buscó refugio en las zonas altas, entre ellas Flores, lugar de veraneo, unida a la ciudad por el Ferrocarril Oeste. En 1876 la compañía Anglo Argentina construyó en esa calle Rivadavia uno de los primeros tranvías a caballo.
“La prosperidad económica de la década de 1880 produjo una enorme expansión de la ciudad y sus alrededores. Florecieron los nuevos edificios, los negocios. La ciudad quiere dejar de ser “la gran aldea”. Aunque la esquina de Medrano y Rivadavia está a sólo 4 km de la Plaza de Mayo, era un lugar “donde el diablo perdió el poncho”.
“Allí se instaló una confitería, con doradas arañas y mármoles italianos. El día de la inauguración, el 21 de setiembre de 1884, hasta el ministro Carlos Pellegrini, futuro presidente del país, se hizo presente transportado por un tranvía especial acompañado por muchos de sus distinguidos amigos. Sus mesas fueron lugar de encuentro de artistas y escritores entre ellos Roberto Arlt y politicos de la época.
“Pero es alrededor de la década de 1920 cuando se construyó el actual edificio. Con sus vidrieras y puertas de vidrios curvos, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano. Los vitrales restaurados fueron concebidos para adornar y alegrar el ambiente grato de un café de aquellos tiempos, donde la gente iba a pasar momentos de esparcimiento en un ámbito selecto. El edificio fue declarado “Lugar histórico de la Ciudad” en 1998 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.”.
Horas y horas pasadas en los Bares Notables de Buenos Aires, como si quisiera que todos y cada uno de los fantasmas de la historia argentina que se sentaron a sus mesas, aparezcan de pronto y se desate una conversación. Pero se puede comenzar muy despacio ese rito, leyendo los diarios, repitiendo la orden de café o dando continuidad a esa novela que te hipnotiza.