En recuerdo del Negro Fontanarrosa
Filosofía de lo popular
Abrir uno de los libros de sus geniales obras de humor gráfico, es una propuesta que bien puede servirle a las argentinas y los argentinos que quieran verse retratados, junto a sus hermanas y hermanos, en una danza singular de vida cotidiana y contingencias. La risa, allí, está asegurada como también un buen uso del tiempo.
Es incalculable el valor que tiene para la cultura de un pueblo que existan esos artistas quienes, como el querido y admirado Roberto “Negro” Fontanarrosa, crearon y animaron criaturas desopilantes. Hablando nuestro “español argentino” y ubicados por personajes en sus calles, siempre nos interpelan, somos nosotros.
Su perfil menos conocido es, al mismo tiempo, un tesoro a descubrir. Excelentes obras literarias: cuentos y novelas, son viajes placenteros por páginas y páginas muy bien escritas. En ellas hay cientos de apelaciones al modo de ser argentino, desde una perspectiva mundana y cosmopolita. Fontanarrosa creó alta literatura.
“Obras destacadas: El mundo ha vivido equivocado (1982), No sé si he sido claro (1986), Nada del otro mundo (1987), El mayor de mis defectos (1990), Los trenes matan a los autos (1992), Uno nunca sabe (1993), La mesa de los Galanes (1995), Una lección de vida (1998), Te digo más… (2001), Usted no me lo va a creer (2003) y El rey de la milonga (2005).
“Premios Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento, premio «La Catrina», reconocimiento que cada año se entrega en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta. Recibió además el Premio Konex de platino en 1994 y el Konex en 1992
“Roberto Fontanarrosa (Rosario, 26 de noviembre de 1944 – ibídem, 19 de julio de 2007) fue un humorista gráfico, historietista, dibujante, escritor y novelista argentino. Conocido como El Negro Fontanarrosa, fue uno de los referentes del dibujo humorístico en nuestro país y uno de los más seguidos por los lectores de las publicaciones en las que aparecían sus chistes e historietas. Fue víctima de la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), enfermedad neurológica que lo llevó a la muerte.
“Comenzó su carrera como dibujante humorístico donde se destacó rápidamente por la calidad y la rapidez con que realizaba sus dibujos, cualidades que hicieron que su producción gráfica fuera copiosa.
“Su fama trascendió las fronteras de Argentina y algunas de sus obras se comenzaron a publicar en un diario de Colombia y luego fue publicado muchos años por el semanario mexicano Proceso. Como era un apasionado del fútbol, le dedicó varias de sus obras al mismo convirtiéndose en un clásico de la literatura futbolística argentina”.
(Entre comillas, retazos biográficos de distintos autores)