Hay tanto para hablar y contar acerca de lo que fue “El Di Tella”, que comienzo una tarea titánica. Lo hago con la misma curiosidad que te trajo hasta esta parte de mi diario, en el deseo de saber detalles de todo lo que comenzó formalmente en 1958, pero que encuentra sus raíces en la búsqueda de todos aquellos argentinos.
Años de Guerra Fría entre los EEUU y la URSS, a posteriori del golpe de Estado que depuso a Juan Perón, es decir al Presidente que más derechos le sumó al pueblo argentino, recogiendo las mejores tradiciones del primer gobierno popular a cargo de Hipólito Yrigoyen. Este era el contexto de esos jóvenes que buscaban su camino.
Todavía con los restos del estado de bienestar que sembró el peronismo, la exigua pobreza en la Argentina no tenía las características cruentas de hoy. Este sólo tópico supone todo un desprendimiento temático para que te quedes investigando. Por lo demás, en cada entrega me focalizaré en uno de los artistas que surgieron de allí.
“El Instituto Di Tella fue un centro de investigación cultural sin fines de lucro de la Argentina. Fue fundado el 22 de julio de 1958 por la Fundación Di Tella, en homenaje al ingeniero italo-argentino Torcuato Di Tella. Situado en la Calle Florida 936 -«La Manzana Loca»- tenía varias salas de exposición y un auditorio para 244 espectadores. Conoció su mayor auge entre 1965-970 cuando era el «templo de las vanguardias artísticas», fue duramente combatido por el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía que lo clausuró en 1970.
“Fue un semillero de talentos y sus ex integrantes son conocidos como la «Generación del Di Tella». Entre los que participaron se destacan Antonio Berni, Leopoldo Maler, Líbero Badíi, Luis Fernando Benedit, Delia Cancela, Jorge de la Vega, Ernesto Deira, Rómulo Macció, Luis Felipe Noé, Gyula Kosice, Julio Le Parc, Rogelio Polesello, Antonio Seguí, Clorindo Testa, Ary Brizzi, Carlos Silva, Carlos Mathus y su TIM Teatro, Alicia Penalba, Lea Lublin, Roberto Aizenberg, Federico Manuel Peralta Ramos, Emilio Renart, Luis Alberto Wells, Dalila Puzzovio, Antonio Trotta, Gustavo del Rio, David Lamelas, Juan Carlos Distéfano, Marta Minujín, Susana Salgado, Alfredo Rodríguez Arias, Oscar Bony, Juan Stoppani, Edgardo Giménez, León Ferrari, Alberto Ginastera, Jorge Romero Brest, Nacha Guevara, Mercedes Esteves, Carlos Squirru, Pablo Suárez, Oscar Palacio, Margarita Paksa, Ricardo Carreira, Pablo Mesejean, Inés Gross, Adolfo Bronowsky, Roberto Jacoby, Pablo Menicucci, Liliana Porter, Luis Camnitzer, Osvaldo Romberg, Luis Pazos, Ana Kamien, Jorge Luján Gutiérrez, Alberto Greco, Fernando von Reichenbach, Gerardo Chiarella, Jorge Bonino, Graciela Martínez, Iris Scaccheri, Federico Klemm, Juan Gatti, Rubén Santantonín, entre cientos de artistas más.
“En sus inicios albergó a las vanguardias del teatro, la música y la pintura. Allí dieron sus primeros pasos artistas luego consagrados. Su actividad marcó una nueva era en el arte local. Posteriormente el centro fue ampliado para abarcar todas las ciencias sociales con el objeto de apoyar la investigación social.
“Los centros de Arte y Música fueron cerrados por problemas económicos en mayo de 1970. Los otros centros siguieron operando y dieron lugar a la Universidad Torcuato Di Tella. La Biblioteca del Instituto Di Tella es una de las más prestigiosas de América Latina en el campo de las ciencias sociales. Su acervo bibliográfico es de 60.000 volúmenes y mantiene una hemeroteca de 1.400 títulos nacionales y extranjeros”.
“Julio Le Parc
“(Mendoza, Argentina, 1928)
“Es uno de los artistas más destacados del arte óptico y cinético. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde inició su interés por las relaciones entre luz y forma. Inmerso en el entorno radical de los movimientos estudiantiles, entre 1955 y 1958 fue partícipe de las ocupaciones en la Academia de Bellas Artes y en las reformulaciones de sus planes de estudio, orientándose por las propuestas de artistas de vanguardia como el movimiento de arte-concreto-invención.
“Gracias a una beca del Servicio Cultural Francés, en 1958 viajó a París, donde entró en contacto con artistas como Victor Vasarely y otros importantes representantes del arte cinético. De éste, Le Parc extrae no solo sus propuestas formales en cuanto al movimiento, sino también sus implicaciones políticas, como una forma de articular experiencias estéticas sin la necesidad de conocimientos previos o familiarización alguna con el mundo del arte. Tales implicaciones se derivaron en las prácticas colectivas del Groupe de Recherche d’Art Visuel (GRAV), del cual fue miembro fundador; guiado por un rechazo de la posición del arte en el capitalismo, el colectivo enfatizaba la anonimidad y la participación de los espectadores a través de la aplicación de técnicas industriales, mecánicas y cinéticas por igual.
“Posteriormente participó en el Atelier Populaire durante el mayo francés de 1968 y en diversas publicaciones radicales de vanguardia, afianzando su producción, siempre cercana al cinetismo, en un compromiso social y político que concibe a los espectadores ya no solo como participantes en la obra, sino como co-autores.
“Actualmente vive y trabaja en París, Francia”.