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Latinocracia Homenaje a Atahualpa Yupanqui
Programa 12
Ciclo de trece entregas
La profundidad de la poesía de este creador me exime de mayores comentarios, pero justamente a esto quiero referirme. Porque si lo que uno busca es encontrarse de frente con la voz de la Pacha en todas sus formas, ha de adentrarse en su literatura, es decir sus libros, sus poemas, sus canciones. Ahí se revela Atahualpa.
En la sencillez a veces ruda del hombre de campo, que se distrae con un tararear mientras hace el arreo; o en la lavandera que acompaña el ritmo de su trabajo con las canciones que alguna vez el propio Yupanqui recogió cerca del campo en que habita; son piedras preciosas que sonaron la primera vez y lo harán por siempre.
Habrá de llegar la robótica al campo, de hecho en buena medida y para tareas específicas ya ha avanzado mucho y preocupantemente. Pero aquellos que accionen esos aparatos que reciben órdenes humanas, los encenderán con un silabeo apenas perceptible que nos llega desde el corazón profundo del ADN argentino.
“Discos de Atahualpa Yupanqui editados en Japón
“Bujaldón de Esteves es investigadora de CONICET/Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo y su tesis fue publicada en 2012 bajo el título Diálogo entre folklores. Las notas de viaje de Atahualpa Yupanqui al Japón. Allí aborda los vericuetos del folclorista por las tierras orientales. “Es que la cara tradicional, antigua de la cultura japonesa ha reconocido por estos años en la obra de Atahualpa Yupanqui un interlocutor auténtico de otro folclore que transmite una filosofía de la vida con la que se puede dialogar en pie de igualdad. El primer intermediario del encuentro ha sido la música japonesa, en la que el viajero argentino advierte sorprendentes similitudes con los huaynos del sur de Bolivia”, explica.
“Pero la consagración de Atahualpa Yupanqui a nivel internacional había comenzado nada más ni nada menos que con un recital junto a Edith Piaf en la París de los años cincuenta, a los que siguieron muchos otros por países europeos y latinoamericanos. En el libro Del algarrobo al cerezo, Atahualpa Yupanqui no reúne solo sus impresiones de la gira artística por Japón de 1964, sino que incorpora vivencias de las dos siguientes en 1966 y 1967”, dice sobre los más de 50 recitales que Don Ata dio por todos los puntos del país nipón.
“Su recorrido hasta el extremo norte del país en busca de los orígenes legendarios y los primitivos pobladores del Japón, los ainús, a los que llama ‘indios’, establece puentes similares con la Puna por su resguardo y alejamiento: transcribe los cantos destinados a la siembra, a la cosecha, a los ritos, así como los raros instrumentos con que se acompañan.
“Atahaulpa Yupanqui trae de vuelta de aquellos viajes una canción de cuna, ‘Nem kororó’, que grabará en guitarra, como un primer homenaje a la ciudad de Hiroshima donde la recogió de autor anónimo; también destina uno de los capítulos de sus recuerdos a Mijoio, una guitarrista que sigue sufriendo luego de décadas las consecuencias del ataque nuclear. Entre sus poemas, luego del retorno, se atreve a recrear la destrucción atómica sufrida en versos que no deberíamos olvidar”, concluye”.
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Ciclo de trece entregas
Ilustración: Germán Alvarez / Texto encomillado: retazos biográficos de diversos autores