Noticias que nos llegan desde Toronto, Canadá
Quiero comenzar con una actualización de los números relativos a la pandemia con la que aún lidiamos como sociedad mundial. De acuerdo con la OMS hay 473 millones de casos acumulados y 6,1 millones de muertes en todo el mundo al 23 de marzo.
La incidencia semanal mundial aumentó por segunda semana, casi un 9% más que la semana anterior. El aumento parece ser impulsado principalmente por las tendencias en Europa y la región del Pacífico Occidental.
El Pacífico Occidental continúa estableciendo récords de incidencia semanal, con más de 6 millones de casos nuevos la semana pasada, 21% más respecto a la semana anterior.
La tendencia de la incidencia semanal también continúa al alza en Europa, pero no a un ritmo tan pronunciado, sólo un 5 % respecto a la semana anterior. Todas las demás regiones informaron una disminución de la incidencia semanal la semana pasada, aunque la tasa de disminución se está desacelerando. Un dato esperanzador, la mortalidad semanal global disminuyó por cuarta semana consecutiva, un 25% menos que la semana anterior. Esto es gracias a las vacunas y tratamientos disponibles. (1)
Es necesario que tengamos en mente estos datos, porque sin memoria, no hay futuro.
Afirmarlo en esta semana es absolutamente pertinente.
El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, la Organización de las Naciones Unidas propone que se celebre cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. La organización supranacional este año reconoce que “a pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Esta celebración tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030”, según se lee en la pagina web oficial. (2)
Hubo un tiempo en que los habitantes de estas tierras cuidaban del agua pensando en las futuras generaciones. Había una conciencia de continuidad: tenemos que cuidar del agua, de la tierra y del aire. Ese era un mandato de cada uno de los pueblos originarios. Después vinieron los barcos… el resto de la historia es necesario que la tengamos presente. Porque sin memoria no hay futuro.
El otro hito que empuja el animo de mi escritura es el golpe cívico militar ocurrido hace 46 años en Argentina. Como se ha venido haciendo desde la recuperación de la democracia hace casi cuarenta años atrás, el día 24 de marzo hubo manifestaciones en muchas ciudades de ese país. Siempre acompañando a dos organizaciones que son las que llevan adelante el trabajo de mantener siempre presente el hecho sangriento y sus consecuencias. Se trata de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
La plaga de golpes militares con complicidad de sectores de la sociedad civil asoló América Latina, hablar de uno de ellos es poner en primer plano el de todos los países.
Y es necesario que lo hagamos, porque sin memoria, no hay futuro. Quisiera usar dos renglones más para las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Las Madres empezaron a reclamar por sus hijos desaparecidos dando vueltas alrededor de una pirámide que conmemora la gesta de la independencia en la Plaza de Mayo de la ciudad de Buenos Aires. No es cualquier lugar, la plaza está frente a la sede del gobierno central argentino.
Imaginemos cualquier sede de gobierno en un país latinoamericano, un gobernante militar que usurpó el poder está mirando por la ventana a un grupo de mujeres caminando con paso lento, un pañuelo blanco les cubre sus cabellos. Giran incansablemente, todos los jueves a las 11 de la mañana.
La firmeza y el coraje de esas mujeres pudo más. Cada semana lo mismo, venía un grupo de armados lacayos del poder a desalojarlas, las golpean, las encarcelan, algunas son desaparecidas como sus hijos. Se renueva el grupo y vuelven a marchar, todos los jueves.
Algunos días el sol pega fuerte, más fuerte pega la ausencia y la injusticia.
La lluvia moja, pero el insistente reclamo es impermeable. También lo es el gobierno. No uno, sino todos mientras duró la dictadura y después. Y es esta constancia la que determina todas las respuestas de los gobiernos democráticos, que fueron cediendo al peso de la ronda de esas mujeres. Hasta que algunos tomaron esos reclamos y los transformaron en acciones de verdad y justicia.
Si hoy hay algunos, no todos los responsables juzgados y encarcelados es por estas mujeres madres. Valga la imagen del dictador Videla muriendo en una cárcel sin privilegios. Aún hay muchos que evaden la acción de la justicia. De lo que no escaparán es de la condena de la sociedad. Tampoco de la conciencia de verdad y justicia que se ha logrado instalar en las nuevas generaciones. Cada año se suman y toman el reclamo, de los hijos de esas madres que hoy buscan a los nietos de esas madres, y seguirán dando vueltas en la Plaza de Mayo, porque sin memoria, no hay futuro.
En esta edición Luis Carrillos en sus habituales viñetas, que se pueden leer aquí, nos invita a hacer un ejercicio de imaginación con los datos que tenemos a nuestra mano. El objetivo es un ejercicio de memoria, cómo recordaremos la pandemia. Seguramente de esa memoria dependa la calidad de nuestro futuro.
Edna Amador también nos propone un ejercicio de memoria en una nota que se puede leer aquí. Se trata de reconocer lo que hemos hecho, aquello que no hicimos y las posibilidades que tenemos ahora, que el gobierno ha flexibilizado las restricciones impuestas por la pandemia. Otra vez, sin memoria no hay futuro.
La reciente asunción del nuevo presidente de Chile ha estado transida por la memoria. Nacido de las movilizaciones de grandes sectores del pueblo chileno, reclamando la postergación permanente por parte de los distintos, el nuevo gobierno asumió de frente a múltiples desafíos. Sandra Farias le tomó al pulso al ánimo del pueblo chileno volviendo a pisar esas calles nuevamente. Su columna se puede sentir aquí.
Completamos el número 89 de Línea Uno con una nota, que se puede leer aquí, en la que repasamos uno de los efectos que ha dejado la pandemia, la salud mental necesita de mayor atención. Tenemos que derribar los mitos que nos impiden aceptar su preminencia en lo personal y en lo social. Esta bien sentirse mal, el COVID-19 necesita de nuestra máxima atención. Dos años que deben quedar en nuestra memoria para que tengamos futuro.
Columnista invitado
Rodrigo Briones
Nació en Córdoba, Argentina en 1955 y empezó a rondar el periodismo a los quince años. Estudió Psicopedagogía y Psicología Social en los ’80. Hace 35 años dejó esa carrera para dedicarse de lleno a la producción de radio. Como locutor, productor y guionista recorrió diversas radios de la Argentina y Canadá. Sus producciones ganaron docenas de premios nacionales. Fue panelista en congresos y simposios de radio. A mediados de los ’90 realizó un postgrado de la Radio y Televisión de España. Ya en el 2000 enseñó radio y producción en escuelas de periodismo de América Central. Se radicó en Canadá hace veinte años. Allí fue uno de los fundadores de CHHA 1610 AM Radio Voces Latinas en el 2003, siendo su director por más de seis años. Desde hace diez años trabaja acompañando a las personas mayores a mejorar su calidad de vida. Como facilitador de talleres, locutor y animador sociocultural desarrolló un programa comunitario junto a Family Service de Toronto, para proteger del abuso y el aislamiento a personas mayores de diferentes comunidades culturales y lingüísticas. En la actualidad y en su escaso tiempo libre se dedica a escribir, oficio por el cual ha sido reconocido con la publicación de varios cuentos y decenas de columnas. Es padre de dos hijos, tiene ya varios nietos y vive con su pareja por los últimos 28 años, en compañía de tres gatos hermanos.
Notas:
(1) https://covid19.who.int
(2) https://www.un.org/es/observances/water-day
(Furgón de Cola 89, Toronto, Canadá, 25 de marzo de 2022)