Necesitamos una sociedad libre de clases sociales
Debemos comenzar a implementar exigencias morales en nosotros, para llegar a tener una conducta más perfecta. Nuestra moral debe marchar al lado de nuestra estructura económica, de nuestras leyes, para poder ver al individuo con formas más elevadas y desarrolladas actuando en esta sociedad.
Se hace necesario ante este flagelo, que deja al desnudo esa falta de sentido colectivo en nuestra sociedad, adquirir un alto sentido moral y así tener una sociedad sin clases. Esta será la única manera de enfrentar esta pandemia y a partir de allí, capitalizar esta experiencia en forma positiva, para incorporarla a nuestro día a día.
Con lo que nos toca vivir en este tiempo, deberemos de una vez por todas darnos cuenta, que la lucha de clases no se justifica, porque hoy sabemos que todas y todos somos vulnerables y como tal iguales ante este virus, que no reconoce clases sociales: castiga naturalmente y sin distinción.
Debe ser el momento de reflexionar, dejar de ser necios y no creer que por poderío económico podemos salvarnos, ni en lo individual ni en lo colectivo, como es el caso de algunas pocas naciones, que acaparan vacunas mientras que la gran mayoría están desprovistas del acceso a ellas.
Ahí aparece la necesidad de contar con una sociedad colectiva y libre de clases. El Dios de la naturaleza nos tiene que hacer pensar, discernir y analizar humanamente este flagelo.
Esto nos demuestra fehacientemente, que si el prójimo no es feliz y más aún si no está sano, no vamos a ser felices todos los demás. Será el momento de comenzar a remediar el daño; dejar de lado la frase “yo puedo hacer lo que quiera, lo que me venga en ganas. Esto queda demostrado que no va más.
Sólo la sensatez, el respeto y el amor hacia uno mismo y hacia los demás nos va a dar las mejores respuestas y soluciones.
Esta circunstancia es de gran importancia política, económica y moral, puesto que la codicia organizada, que es el motivo básico de toda sociedad capitalista salvaje, que incluye ansia de poder, ambición, arrogancia y amor al servilismo; acompañan al poder de unos pocos, sobre millones de personas cada vez más vulnerables y totalmente desprotegidas.
Columnista invitado
Hugo Bayón Cervero
Técnico Químico y en petróleos; recibido en la E.T.I.E.C. (Escuela Técnico Industrial Emilio Civit) de Maipú, promoción 1971. Trabajó en la actividad privada desde 1972 a 1980: Destilerías de Alcoholes Orandí y Massera S.A.; laboratorista en Bogedas Arizu de Godoy Cruz; control de calidad en Embotelladora Pepsi Cola; en el laboratorio de Bodegas Sáenz, Briones y Cía. Desde 1980 a 1992 se desempeñó en la Municipalidad de Maipú en Control Industrial y Comercial; y como para técnico de veterinaria estuvo en el Frigorífico Vildoza y en el frigorífico de ganado menor Naser Hnos. En 1993 comenzó a trabajar en el Departamento General de Irrigación en el Control de Efluentes industriales y Cloacales, hasta llegar a ser Jefe de División, hasta 2018 cuando se jubiló en esa repartición del Estado. Participa en radio desde 1993 en F.M. Familia con temas de comunidad y sociales. En 1997 comenzó el programa “Argentina…Tierra Nuestra” por Radio Nacional, abordando temas ecológicos y ambientales. Con esta misma temática y desde la conducción estuvo en LV10 Radio de Cuyo. Por esa tarea fue nominado tres veces al Premio Martín Fierro del interior del país (2001, 2006 y 2008). Trabajó dos temporadas en LV8 Radio Libertador y en FM Carrodilla, obteniendo el premio Gaviota Federal de A.A.D.A. (Asociación Argentina de Artistas) como el mejor programa de rubro ecológico. También fue futbolista desde 1.971 a 1.984, en la primera división del fútbol mendocino, jugando en varios clubes.