Cuando pase el temblor 2
Comenzamos esta mezcla de crónica y reflexión con una nota sobre el artículo de Amado Boudou a quien copiamos el título (https://marcelosapunar.com/2020/08/27/cuando-pase-el-temblor-por-carlos-benedetto/), pero intercalado con la resultante de un seminario del Instituto Patria que se llama “Después del temblor”, aún en curso, y en en que se destacan distintas figuras del mundo cultural, científico, político y filosófico argentino.
Casi todos apuntan a que, así como la peste negra del siglo XIV liquidó al sistema feudal en Europa, el COVID-19 liquidará al capitalismo, o por lo menos nos obligará a pensar en una nueva “normalidad”.
También coinciden en que, en realidad, la actual crisis del capitalismo empezó en 2008 y aún no terminó… “casualmente” el año en que en Argentina se inició el proceso destituyente contra el gobierno nacional y popular, que en realidad tuvo motivos exógenos, como el golpe a Yrigoyen en 1930. Como bien dijo el ex canciller Taiana en una de las clases, el COVID 19 es un catalizador, no una causa. Ese día, el sábado pasado, el mismo Taiana mostró cierta contradicción al tocar temas ambientales, por ejemplo diciendo que Vaca Muerta tiene a su favor que está en un territorio poco poblado, como si adscribiera a la concepción de “desierto” o “tierra sacrificable”. Tema sobre el cual deberemos volver en otra entrega, para ponerla en el contexto de las contradicciones en que se está dando este debate.
El pasado 15 de agosto, en la segunda clase, disertaron Ricardo Forster (miembro del Consejo de Asesores de Alberto Fernández) y Roberto Salvarezza, éste último Ministro de Ciencia y Tecnología; el tema ambiental aparece atravesando todas las exposiciones y debates, contradicciones incluidas. El video completo de esa clase puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=WJo3JKyeMaA&feature=youtu.be, pero además veremos de rescatar y comentar algunos conceptos que quizás puedan guiar a los lectores que vean el video y sean militantes ambientalistas.
En su exposición Roberto Salvarezza propuso”hablar de la Ciencia de la y Técnología en tiempos de postpandemia. Hablar de post pandemia implica que el fenómeno desaparecerá con la vacuna, pero no sabemos si esas vacunas funcionarán. Por eso los límites de “post pandemia” o la expresión “después del temblor”. En realidad, deberemos seguir trabajando con el temblor. El 2020 y el 2021 tendremos turbulencias. ¿Qué ciencia necesitaremos en el futuro?. El problema energético, el del hambre y la pobreza, son temas centrales. En diciembre nadie previó que iba a ocurrir lo que está ocurriendo. Hay que tener respuesta a situaciones imprevisibles. Por lo tanto todas las ciencias deben desarrollarse”.
Fue claro al destacar los progresos científicos de la “década ganada” y que no pudieron ser destruidos por el macrismo: “en Argentina se pudo reconstruir el sistema de ciencia destruido en los ’90; se invirtió en Ciencia y Técnología, hasta tal punto que la empresa que ahora va a hacer la vacuna, fue financiada por Cristina entre 2009 y 2015. Se crearon las bases. Durante el macrismo esa realidad, aún estando los mismos gestores, empezó a ser destruida (¡teléfono para Lino Barañao!, N. del R.); hubo mucha desinversión; el neoliberalismo de Macri no es lo mismo que el europeo; al ser periférico, condena a las sociedades al extractivismo, a la primarización de la economía, Vaca Muerta, etc. La tecnología había que comprarla afuera. Se alquiló un satélite chatarra para reemplazar al ARSAT 2. En pandemia se demostró que aún quedaban capacidades de reacción desde la ciencia. Empezó a invertirse, volvieron las becas a investigadores. En pocos meses hubo avances, por ejemplo en los diagnósticos del virus, los teleanticuerpos, el suero equino hiperinmune. En cinco meses se hicieron muchos logros en materia de investigación para la salud, incluyendo informática”.
Luego anunció que “ahora viene la producción agrícola familiar, los nuevos métodos de enseñanza, resolver la conectividad de los niños. El mismo desarrollo productivo… minería, agricultura… requieren de licencia social; el fracking tiene que ser discutido, hay que estudiar sus consecuencias, como los sismos. El cuidado del ambiente será un tema central y allí la Ciencia y la Tecnología tendrán un rol principal. El Ministerio de Ciencia y Tecnología estuvo muy cerrado en sí mismo, hoy se está abriendo. El eje Argentina-México para la fabricación de la vacuna es una muestra de ello”.
A su turno, y en la misma jornada, Ricardo Forster predijo “el derrumbe del palacio de cristal, título de su último libro. El neoliberalismo como palacio de cristal. Hay que hacer el esfuerzo de pensar qué hubiera sido de nosotros si el presidente fuese hoy Macri. El “palacio de cristal” es la sociedad neoliberal. Es una metáfora inspirada en reflexiones de Dostoyevski al visitar una feria de ciencias. El palacio de cristal es un gigantesco invernadero construido por los ingleses en el siglo XXI: 600 metros por 200 metros de ancho. Los poetas, los artistas, tienen la capacidad de prever el futuro; ven cosas que nosotros no vemos. En ese entonces, Dostoyevski se sorprendió al ver el palacio en Londres, y le llamó la atención la popularidad del mismo. Dostoyevski sospechó de tanto entusiasmo. El 20% de la humanidad vive hoy en un invernadero, consumiendo más energía que el 80% restante, que mira desde afuera. Lo que emana de adentro es una fantasía atractiva, maravillosa: los de afuera quieren vivir como los de adentro, pero no pueden, tienen hambre, no tienen trabajo. Esa figura, esa metáfora, nos remite a la injusticia, a la desigualdad, a un sistema de la “teoría del derrame”. Se produjo riqueza, pero no se repartió adecuadamente. Nunca la desigualdad fue como hoy. Hoy estamos con los peligros y oportunidades de hace cien años, cuando el mundo vivía las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Las grandes empresas alemanas, norteamericanas, inglesas, apoyaron al hitlerismo para frenar al comunismo triunfante en Rusia en 1917. En los países occidentales se dieron políticas keynessianas, incluso en América Latina. Entre 1950 y 1975 los salarios argentinos siempre subieron. Desde 1980 la línea desciende abruptamente, y eso deterioró a las clases medias. Eso ocurrió incluso en los países centrales europeos. Globalización y neoliberalismo: el palacio de cristal de los países centrales. La verdadera grieta es la de un capitalismo neoliberal que condena a la miseria a países enteros. Ese capitalismo genera un problema ambiental gigantesco”.
Sobre las causas ambientales de la pandemia, el fundador de Carta Abierta aclaró que “no fue un murciélago el que inició la pandemia; en 25 años China se desarrolló industrialmente, lo que a Occidente le costó tres siglos. Las pestes no son nuevas. Los animales se encuentran con ese brusco crecimiento de la hipermodernidad. El calentamiento global debe ser discutido y enfrentado. Hay una serie de peligros, pero también de oportunidades. No hay que descartar que el liberalismo y el fascismo se alíen (Bolsonaro, por ejemplo, Trump), y eso es un riesgo; se apoyan en el resentimiento de las mayorías, y ese es el peligro. El Ébola, el SIDA, también fueron, son, pandemias. El mundo globalizado es una fantasía hollywoodense. Los países periféricos fueron desposeídos de sus riquezas. Si los sistemas de salud no estuvieron a la altura de la pandemia no fue casual, fue producto de políticas neoliberales. Hay que repensar la relación entre estado e industria farmacéutica. Hay que, incluso, hacer un replanteo demográfico del país, y en eso los ministerios de Educación y de Ciencia y Tecnología serán claves.
“La pandemia nos enseñó que el Estado, antes demonizado, debe hacerse cargo de la salud, que no es una mercancía, sino un derecho. La medicina-negocio versus la medicina-prevención. El Estado debe garantizar el acceso universal a la salud. Además, una reforma impositiva es imprescindible. Si en Estados llegaron a gravar hasta en un 90% a las grandes fortunas ¿por qué acá se discute tanto?”.
Luego Salvarezza advirtió sobre los ataques injustificados a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Forster insistió en que “El calentamiento global no se va a resolver solo, hay que trabajar en ello, y hay que anticiparse a los problemas. La Organización Mundial del Comercio también fue atacada por el capitalismo. El NAFTA es un ejemplo trágico de ello. Hoy Argentina ha vuelto a priorizar la vida”.
También destacó la importancia de las ciencias sociales: “durante el macrismo hubo un claro ataque a las ciencias.sociales. “Ciencia útil versus ciencia inútil”. Pero ningún proyecto tecnológico (por ejemplo: litio, Vaca Muerta, agroquímicos) puede avanzar sin licencia social.
“Vamos a invertir mucho en ciencias sociales. Hubo una desvalorización de la ciencia, una estigmatización. Vivimos en una etapa de rejerarquización de la ciencia”.
La virtualidad en la post pandemia
“La pandemia puso en evidencia la falacia de los compartimentos estancos. El problema de la salud no es sólo un tema médico, sino también social, económico. El liberalismo mercantiliza todo, incluyendo los afectos, el aire, un auto, la tierra. Eso es una tragedia para la vida. Le hemos regalado nuestra intimidad a un grupo de corporaciones (Facebook, etc.), que a través de algoritmos conocen nuestros deseos y desde allí planifican la producción. Somos máquinas de consumir. Falta ver a la humanidad peregrinando a rendir culto a Silicon Valley. Se pensó que internet nos iba a hermanar a todos, pero está hegemonizada por unas pocas corporaciones. No hay que salirse de las redes, pero es importante poner en discusión (big data, geolocalización, pérdida de derechos y libertades, etc.). La libertad no puede ser reducida a la lógica egoísta del individuo”… disparó Forster, y Salvarezza apuntó que “el Estado como regulador de la salud ya fue puesto en marcha con la pandemia. En marzo aspirábamos a que nos vendieran insumos y hoy ya pensamos en producir y exportarlos. Macri degradó al Ministerio de Salud, dejó en la Aduana millones de vacunas, volvió el sarampión. Los agroquímicos son un problema para la salud. Lo mismo que minería, fracking, el Estado debe mediar y que no se vulnere la licencia social. En esto también el Estado debe ser garante y control de los procesos productivos y tecnológicos.
El Estado no puede dejar de mirar el cuidado de la salud, del ambiente. Por ejemplo, los agroquímicos, o el mundo minero”. Sobre Vaca Muerta, ”el Estado debe garantizar y mediar para que haya licencia social, que no se puede vulnerar. Es una discusión democrática, hay que dejar que sea la sociedad la que decida. No podemos dejar de mirar las consecuencias de las nuevas tecnologías y no podemos dejar que el control esté en manos de las corporaciones extranjeras, porque está en juego la salud. En Chubut hay licencia social para algunos proyectos mineros y otros no; en Río Negro no hay licencia social para una planta nuclear”. Era claro que el Ministro insistía en la licencia social como factor determinante de todo lo que vaya a hacerse en materia de minería, petróleo, pero también de agricultura.
El asesor presidencial advirtió también que “lo de Vicentín y la reforma judicial está siendo usado para volver a agitar el fantasma del comunismo, como en la Guerra Fría. Hay que dar una batalla cultural para priorizar el rol del Estado de Bienestar. La libertad no es sólo la individual. El Estado debe estar atravesado por la política. La democracia debe ser participativa. La habilitación social es clave, porque eso involucra la vida, los sueños de las personas. Hay que hacer una reformulación demográfica del país”.
Esto último viene a cuenta, en Mendoza, de la cacareada reforma de la matriz productiva, de la que el pueblo está profundamente desinformado. En Malargüe se nota más, con la audiencia pública convocada de manera ilegal para el 7 de septiembre para discutir un plan de privatización de tierras fiscales en la franja que, sobre el río Grande, va de Bardas Blancas al límite con Chile, tema acerca del cual ya el ex gobernador Jaque hizo serias advertencias.
La vida no es una mercancía
Y para no dejar atrás al ex vicepresidente Boudou, que inspira esta serie de artículos, citaremos algunos párrafos sobresalientes de su artículo: “Es imprescindible que no exista ninguna mirada ni criterio “economicista”para enfrentar la crisis. Es correcto el enfoque del Presidente: primero los humanos, después organicemos la economía alrededor de la vida y no al revés. La pandemia nos desafía a intentar construir un mundo mejor cuando pase la crisis y vivamos sus consecuencias, que serán duras.
“Ahora bien, ésta no es la primera catástrofe que enfrentamos como humanidad a escala planetaria. Aún recuerdo el impacto que me produjo de pequeño el cuento “La máscara de la muerte roja” de Edgar Allan Poe. Sin embargo la historia más popular y conocida al respecto es la del Arca de Noé. Más allá de su significación religiosa, para los creyentes en los textos que los católicos llamamos Antiguo Testamento, la historia está llena de sentido para interpretar la situación actual.
“Simplificando: un orden que no funciona -inmerso en la violencia imperial Babilónica y que ha roto su relación pacífica con la creación-, una catástrofe ambiental que se lleva puesta a (casi) toda la humanidad y también a los demás animales de la tierra. Es curioso que en estos pasajes no exista ninguna referencia a peces, mamíferos ni otros animales marinos, mientras que si para todos los “…animales puros e impuros, aves del cielo y reptiles de la tierra…” (enunciados explícitamente).
“Más claro: cuando la cosa va mal, mejor cambiar porque la catástrofe llega inevitablemente. Preparémonos entonces para sobrellevar la crisis. Y cuando pase, mejor cambiar antes de repetirla.
“En el año 2008, mientras se iniciaba la crisis más profunda y global desde 1929 -algunos especialistas incluso la califican como más severa que ésta- tuve un desafío dramático y a la vez hermoso: poder compartir con la Presidenta de la Nación mi visión del mundo y proponerle medidas concretas en dicho contexto.
“Lamentablemente el curso de los acontecimientos validó mis previsiones en cuanto a que la crisis no era una mera cuestión financiera sino que implicaba al sistema institucional de la política global; pero afortunadamente la Presidenta era Cristina Fernández de Kirchner, y el camino transitado no fue el reclamado por la ortodoxia: caída del salario real, ajuste fiscal, señales “pro mercado” y toma de deuda.
“En cambio protegimos el empleo, la producción nacional, el sistema jubilatorio, administramos el comercio exterior, regulamos el sistema financiero y utilizamos las reservas excedentes del BCRA para cancelar deuda con organismos multilaterales. Nuestra receta fue: cuidar los puestos de trabajo, mejorar la distribución del ingreso, proteger la economía nacional e incluso desendeudar. Todo ello a partir de la concepción de un Estado presente que asume su rol ante la comunidad”.
Cuando repasamos estas reflexiones nos viene a la mente un cuento de Herman Hesse, que data de 1917, año en que se inició la pandemia de la gripe -mal llamada- “española” y cuando el capitalismo parecía caerse a pedazos. Entonces Hesse publicó una fábula que es una crítica despiadada no sólo al capitalismo, sino a la mentalidad que lo sustenta, que diverge esencialmente de la visión de los pueblos originarios. Dado que Boudou apela al relato bíblico del Arca de Noé, suponemos que en esa línea se inspiró en esa fabula. Recomendamos su lectura y relectura enhttps://sinpelos2011.files.wordpress.com/2013/12/el-europeo.pdf. Estamos seguros de que el ex vicepresidente conoce esta fábula…
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, jubilado docente y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua, Malargüe.