“Cuando pase el temblor”
Parte 1
Hace cuatro meses largos, en abril, el ex vicepresidente de la Nación Amado Boudou emitió un documento de 37 páginas que lleva el título de la canción de Gustavo Cerati. Copiamos ese título, aunque no somos los únicos en hacerlo, ya que el Instituto Patria (IP) titula “Después del temblor” a su segundo seminario de 8 clases sobre ideas políticas en tiempos de emergencia (https://www.institutopatria.com.ar/seminario-a-distancia-despues-del-temblor-el-desarrollo-nacional-en-el-siglo-xxi/).
En nuestra provincia, la reorganización del espacio político Diálogo Plural (DP), conjuntamente con su Fundación Regional para el Desarrollo y el Trabajo (FURDETRA), fue precedida por una serie de charlas vía Zoom donde estuvieron Mario Wainfeld, Ernesto Jauretche, Guillermo Moreno, Julio de Vido, el mismo Amado Boudou y otros personajes de relevancia en la política nacional. Las conferencias completas pueden verse en https://www.youtube.com/channel/UCpa5k39QpsFXCL93hM2M7Xw, y la charla específica del ex vicepresidente en https://www.youtube.com/watch?v=L5-ratgUnms.
DP y FURDETRA, al igual que el Instituto Patria pero en distintas escalas, han conformado comisiones de trabajo y debate, y en ambos casos ocupan su lugar sendas comisiones de ambiente, cosa que el peronismo parecía haber olvidado luego de aquella Carta a los Pueblos del Mundo del mismísimo Perón, año 1972 (http://artepolitica.com/articulos/por-un-peronismo-verde/ y http://la5tapata.net/peron-el-primer-ecologista/).
La palabra “temblor” aparece asociada a algo inesperado, un terremoto, una tormenta, algo que nos descalabra incluso psicológicamente, que socava nuestros cimientos, que destruye el tejido social o lo pone en serio riesgo. Una pandemia es eso.
Es así que el primer seminario 2020 del Instituto Patria gira en torno al qué va a pasar después de la pandemia, que cayó como balde de agua fría en todo el mundo, pero especialmente en una Argentina que empezaba a levantar la cabeza luego del otro temblor, la pandemia neoliberal. Una Argentina en soledad, como cuando se declaró nuestra Independencia, en una región infectada por varias pestes. Ni nosotros nos dábamos cuenta de la importancia de nuestra gesta, la cual requería que estuviéramos mejor preparados que en 2015 para que pudiéramos seguir nuestro camino de desarrollo nacional y social. Algo de eso pretendíamos reflexionar en https://piramideinformativa.com/2019/10/hay-mas-latinoamericanos-que-argentinos-conscientes-de-la-importancia-estrategica-de-nuestro-pais-por-carlos-benedetto/.
Hay un hilo conductor en todas las teleconferencias, y es que se asocia a la pandemia con los desastres ambientales del capitalismo descontrolado. Aunque aún devaluados, aunque “lo ambiental” y “lo femenino” no forman parte de un nuevo sentido común, hay cierta resignación respecto de que esas perspectivas son y deberán seguir siendo transversales a todo debate y a toda propuesta.
Como había vaticinado Perón hace casi 50 años, el principal problema político será, en el futuro (el que ya llegó), el ecologismo.
Hace un siglo el Premio Nobel Alexis Carrell (1873-1944) había advertido que el hombre occidental había construido una civilización a modo de maquinaria en la que él mismo era un engranaje más (“La Incógnita del Hombre”); no nos habíamos construido a nosotros mismos; también lo advirtieron algunos de sus contemporáneos occidentales: Herman Hesse, Pierre Teilhard de Chardin y otros reclamaban desde otras tribunas. Más tardíamente, en nuestro país, Rodolfo Kusch y Leopoldo Marechal.
El hombre se desliga de la Naturaleza, la pone en tercera persona y la ve como algo a conquistar, a dominar, de la misma manera que antes había escindido cuerpo de espíritu. Es la esencia misma del patriarcado, ya que la misma visión lleva al dominio del varón sobre la mujer.
La sociedad patriarcal, cuya máxima expresión es el capitalismo financiero, “domina” a la naturaleza y por ende relega a las mujeres a un segundo plano. Pero ni la naturaleza ni las mujeres callan, como ya advertimos en http://piramideinformativa.com/2019/11/machirulismo-izquierda-y-pseudo-feminismo-en-una-latinoamerica-con-dolores-de-parto-por-carlos-benedetto/.
Así, el COVID 19 puso blanco sobre negro este problema. No sólo quedaron en evidencia las desigualdades sociales, sino también que la naturaleza no se queda quieta ante la brutal agresión del Homo sapiens, que de ninguna manera es el último eslabón evolutivo (Teilhard de Chardin dixit, “El Fenómeno Humano”). Avanzamos sobre los bosques y ellos nos devuelven enfermedades cuyos portadores sanos viven en esos árboles asesinados por el progreso, y eso descubre a un hombre que no está preparado.
La pandemia llegó para quedarse, dicen algunos expositores de los telecursos: Pero entonces, por qué ese título?. Si vamos a vivir en un temblor eterno, entonces nunca habrá un “después” del temblor, o al menos eso debemos pensar a la luz de una lógica binaria; desde otra visión relacionada con el pensamiento complejo, algunos se animan a afirmar que “no volveremos a la normalidad, porque no estábamos en ella, tendremos que construir una normalidad nueva”.
En lo inmediatista, así como el SIDA llegó hace cuarenta años y se quedó, y nos obligó a hábitos nuevos (no compartir jeringas, usar preservativos, sin estudios previos, etc.), y esos hábitos se convirtieron en una normalidad que ya no nos aterra, quizás esta pandemia se quedará para siempre y para siempre deberemos mantener algunos hábitos de vida que con el tiempo serán hasta divertidos, ya no frustrantes.
Pero en lo profundo y a largo plazo, en el horizonte si se quiere, se está advirtiendo sobre la necesidad de no insistir en un modelo de desarrollo que use a la naturaleza como mero “recurso”, en un paradigma hiperconsumista para pocos y hambreador para las mayorías.
Cuando pasamos revista al escrito del ex vicepresidente y escuchamos sus explicaciones (y su programa de gobierno, que lo es realmente), nos asombra ver cómo reivindica la potencia del feminismo, pero al mismo tiempo lo ubica como tributario de la pelea principal: “la lucha central sigue siendo la lucha de clases” (sic). Dicho esto por un ex liberal y ex preso político de un gobierno liberal, no es poco.
En entregas posteriores iremos repasando los principales conceptos que los disertantes de estas nuevas formas de comunicación van poniendo en común, y que configuran un intento hasta el momento exitoso de burlar el cerco del aislamiento y recomponer el tejido social mientras los responsables del desastre marchan por las calles reclamando por una libertad que ellos mismos han conculcado.
En el caso de Boudou, su prédica pasea recogiendo opiniones para auto-enriquecerse, para ampliar los horizontes de su propio escrito, dicho esto por él mismo y reivindicando así eso del crecimiento desde abajo. Y remata diciendo que “también puede hacerse política desde la cárcel” (sic).
Luego, un ministro como Salvarezza insiste en que la economía del futuro será una “economía verde y con licencia social”, o no será.
Julio de Vido, también preso político, acepta esto a regañadientes y va por más: “somos nación si planificamos nuestra economía; si la planifican otros desde afuera, somos colonia” (ver el link a las charlas de Dialogo Plural).
A menudo nos preguntamos qué sería de nosotros si hoy el presidente fuese Macri. La respuesta está en la CABA, en Jujuy y en Mendoza. Pero también en Brasil o Estados Unidos.
En el caso de Mendoza, y dado que toda acción genera una reacción, el macrismo residual pero con poder político, insiste en reformar la Ley 7722 a la medida de las corporaciones mineras, insiste en el fracking (financieramente deficitario en todo el mundo) y en emprendimientos como Portezuelo del Viento, todo con la metodología neoliberal: la extorsión, el apriete, la violación sistemática de las leyes, tomar decisiones de espaldas al pueblo y sin escuchar.
Mendoza fue pionera en materia legislativa en lo ambiental: sus principales leyes en la materia fueron anteriores a la reforma de la Constitución Nacional de 1994, cuando Alfonsín consiguió, Pacto de Olivos mediante, elevar al rango constitucional los temas ecológicos, a cambio de las moneditas que exigía Menem (la reelección, concretamente). Luego, Mendoza se olvidó de Alfonsín y sus gobernantes actuales siguen suponiendo que nada ha cambiado el pasado 10 de diciembre.
El gobierno provincial ya es, desembozadamente, vocero de las corporaciones transnacionales y pretende imponer una “nueva matriz productiva” que nadie sabe qué es ni fue debatida democráticamente, pero que claramente va mostrando sus patas antiecologistas. Se pretende incluso “regresionar” derechos (permítaseme el neologismo) mediante la modificación de la ley 7722 (algo inconstitucional por donde se lo mire), y hasta se ha llegado a amenazar con un “Mendoexit”, un delirio que, sin embargo, si se llevara a la práctica, nos pondría en riesgo bélico con Chile, ya que toda nueva nación necesita del reconocimiento de otras. La irresponsabilidadmenduca emula a la de cierto ex presidente que desde sus vacaciones en la Costa Azul incita a sus seguidores a burlar la cuarentena.
Obviamente, las palabras de De Vido aludidas antes, aquí no serían entendidas. Nos preguntamos si lo serían por parte de la dirigencia local del PJ, pero eso también es harina de otro costal…
Lo cierto es que una nueva matriz productiva (no neoliberal, como la dirigencia radical mendocina pretende y el pejotismo vernáculo consiente) está siendo debatida en todo el país, y está siendo debatida dentro del espacio político que hoy ocupa el poder nacional. Por suerte. Nos gustaría que el debate fuese más democrático aún, pero siempre lo que hay es mejor que lo que hubo entre 2015 y 2019.
Para empezar, entonces, rescatamos la introducción de “Cuando pase el temblor” del ex vicepresidente rockero Amado Boudou, con música (en nuestra imaginación) del también rockero que ya no está con nosotros, Gustavo Cerati:
“La desgracia de un mundo donde el 1% de la población produce burbujas financieras porque ya no sabe en qué gastar, mientras grandes mayorías no pueden resolver las cuestiones mínimas de subsistencia y las clases medias se ven sobre-endeudadas y restringidas es inaceptable. La pérdida de derechos y el condicionamiento de las democracias no es una consecuencia natural de la vida, como ninguna institución social es una creación natural ni espontánea. Hoy el problema de las sociedades no es la escasez, sino la distribución.
“Si pretendemos resultados distintos necesitamos emprender caminos distintos. No hay espacio para administrar el sistema, como pretende imponer el discurso dominante recreando el lema “no hay alternativa”. Se requieren transformaciones estructurales.
“Algunas no podrá realizarlas ningún Estado en soledad, pero muchas si. Y ante el temor o las dudas respecto de los “costos a pagar”, nada podrá ser peor que el sostenimiento o la profundización del status quo. Toda decisión implica costos y riesgos -eso nos enseñan- sostener el estado actual de cosas nos conduce inexorablemente a una catástrofe humana y ambiental, en el orden secuencial que prefieran.
“Necesitamos provocar que las democracias se sacudan de los condicionamientos y tutelas a las que las somete la dictadura del capital, imperante. Esto requiere organización popular y presencia emancipadora de la política. También que nos sacudamos los filtros conceptuales impuestos por el discurso dominante mediante todos los aparatos de dominación con que cuenta el sistema -desde las cárceles, hasta Netflix (para hacerme el moderno…: originalmente escribí Hollywood). El orden global tiene un sistema en cuya cúspide gobierna una plutocracia que delega y administra subsistemas aparentemente democráticos en los países. Existe toda una institucionalidad y burocracia orientada a tal fin, cuya cara visible son las Naciones Unidas, el FMI, el Banco Mundial, la OEA. Un sistema que sostiene el patrón dólar y la supremacía militar de Estados Unidos, en nombre de la civilización.
“La situación requiere que los gobiernos gobiernen, no que en el mejor de los casos administren “bien”.
“La política emancipatoria requiere un Estado que vele por los intereses de la Patria, terminar con el formato patriarcal de organización, un sistema financiero subordinado a lo humano, un derecho laboral que cuide a lxs trabajadorxs, un sistema previsional cuya única sustentabilidad que le preocupe sea la de los adultos mayores, un sistema de salud fuera de la lógica de la ganancia, un sistema productivo y de consumo que cuide el medio ambiente.
“El neoliberalismo ha construido un sistema financiero en torno a cuyas necesidades organiza la producción, para que como residuo organicemos la vida como se pueda. La política, si es emancipatoria, debe encargarse de revertir esta matruska: organicemos nuestras vidas, luego un sistema productivo que satisfaga nuestras necesidades y deseos, para finalmente diseñar un sistema financiero que facilite y fortalezca dicho sistema productivo.
“HAY ALTERNATIVA. Esta convicción guía las siguientes reflexiones”.
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, jubilado docente y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua, Malargüe.