Una de las visuales más caducas quizás sea la del gesto, esa suerte de delicadeza que emerge dándonos a conocer qué ocurre con nuestro corazón a cada instante. Se elige aquí el término corazón para semejar alma, que es la “entidad abstracta considerada parte inmaterial que, junto con el cuerpo, constituyen el ser humano”.
A un gesto le sigue otro y a este, uno nuevo. Lo fugaz rápidamente torna caduco, finito por definición. Acaso evaluado en forma independiente, lo más probable es que no deje rastros. Sólo podrían adivinarse en las arrugas de todos nosotros, seres mortales. En ellas podremos saber cuáles predominaron y su acción.
Tiende uno a pensar que la inveterada tarea de sonreír, tan común a los humanos (a las hienas… ¿y a algún otro animal?) dejará un rastro que, arrugado, sería fácilmente discernible. Las lágrimas son el otro camino que busca la vida para dejar un trazado que, contrapuesto al anterior, forme parte de la imagen que conformamos.
“Galería Pasaje 17, Buenos Aires, Argentina. Septiembre 2009.
“Travesía imaginaria / de MARCELA FURLANI (texto en primera persona).
“Esta exposición fue realizada desde el límite de la energía vital, desde la imposibilidad.
“No ha sido azarosa. Cada pieza, cada elemento fue meditado en largas noches de insomnio.
“Una vez más se da cita la paradoja de la existencia, pero en esta oportunidad muestra su cara, quizás por primera vez, la finitud.
“Formas reconocibles configuran otras y crean escenas. No hay rastros del gesto, salvo en los pequeños dibujos – ¿anotaciones?- sobre cintas de papel que dudosamente puedan reparar la superficie que las sustentan…
“Son animales, son siluetas y sombras…
“Peregrinos pensamientos… flores vitales construidas con los animales de toda la tierra, voladores, ¿del agua…salvajes y domésticos… será que vienen a intentar contrarrestar el dolor de lo inminente entre el amor y la muerte?
“Tres chanchitos en un podio sin méritos visibles… todos iguales, cada uno es su sombra… algunos elefantes y una barca vacía…
“Travesía imaginaria hacia un lugar impoluto, con gratitud, como canción de despedida, luminosa y azul…
“Dedicada a Eduardo Tejón
“Marcela Furlani”.
Columnista invitada
Marcela Furlani
Artista visual, gestora y curadora independiente. Estudió Artes Visuales en la UNCuyo. Trabaja a partir de la noción de territorio. Su obra discurre entre objetos, dibujos, fotografías, instalaciones, textos, obras perecederas y acciones diversas. Creó y dirigió Diagonal (2002-2014), proyecto independiente para formación y difusión del arte contemporáneo; dirigió el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza. Muestras individuales: Humo-ensayo, Bodega Monteviejo, con Gabriela Nafissi, 2019; Portales/ Trasconejada Travesía Imaginaria, Killka – Salentein, 2017; Inmarcesible en casa chorizo, Montaña, 2016; Yo, Yo y la Posibilidad, Daniel Rueda, 2015; Travesía Imaginaria, Pasaje 17, Buenos Aires, 2009; Topos Después de Topos, Museo Sívori, Buenos Aires, 2007. También hizo muestras en España, Chile e Italia. Muestras colectivas: Minas de Arte, Artistas en la Calle y Meridiano. Ferias: arteBA: ED Contemporáneo, 2006/07 y con La Imagen Accesible, 2010; Donostean, 2016 con Daniel Rueda. Distinciones: Primer Premio Grabado, Salón Vendimia 1997. Beca de Producción y Reflexión 2001 y Beca única en Cuyo para asistir a la XXV Bienal de San Pablo 2002, ambas por Fundación Antorchas. Instituciones que poseen obras suyas: Museo-Casa de Fader, Mendoza; Universidad de Xochimilco, México; colección C/Temp y MACRO, Rosario, Argentina.