Me voy al bar a despejarme y a cambiar el aire. De paso, me tomo una lagrima (antes de derramarla por esta existencia tremendamente hostil que transitamos). Quizás pruebe una medialuna o un alfajor, poco importa. Todo saldrá muy bien porque así lo deseo. Buscaré la mejor mesa para disfrutar el momento.
Desde allí divisaré cada detalle de esta esquina. Esta ciudad siempre está en movimiento. Cada persona que acierte a pasar por aquí, será una sorpresa. Cada uno servirá de disparador para escribir ese poema que tengo pendiente. Sólo me acompañan las tres palabras de su primer verso: «aquella tarde salió».
Espero encontrar en cada rincón del bar los recuerdos de lo que generados por los parroquianos que lo visitaron. O, mejor dicho, juego a que eso es así para hallar el segundo verso y el tercero. La vida es tan larga como un breve poema y tan corta como La divina comedia del Dante.
«El edificio de departamentos de varios pisos de la esquina sureste de Rodríguez Peña y Tucumán, obra del arquitecto Alejandro Enquin, da cabida en parte de su planta baja al café Mar Azul.
«Este comercio posee una original y sencilla ambientación característica de fines de la década del ’40 y comienzos de los ’50. Presenta un sector revestido con vidrios pintados, típicos de la época, y de los que ya no quedan muchos ejemplos en la Ciudad de Buenos Aires.
«Aquí, comentaba el poeta Arturo Cuadrado, se había inspirado para escribir su poema Prohibido mirar, donde dice: “Mar azul. Cielo azul. Blanca vela…”
«Sus anteriores propietarios fueron Maximino Gallo y Francisco González. En la actualidad el local está a cargo de Carlos Encina Alarcón, hombre experimentado del gremio, con veinte años de servicio en el entrañable Bar Británico, de San Telmo, hasta su cierre y posterior reapertura.
«Entre su variada clientela, Mar Azul es concurrido por estudiantes de las vecinas Asociación Dante Alighieri y Facultad de Derecho de la Universidad del Salvador; como por correligionarios de don Hipólito Yrigoyen, provenientes del casi lindero Comité Capital de la Unión Cívica Radical. Muchas veces también se puede ver gente del Instituto Patria, que está muy cerca.
«Recordamos también, entre sus habitués, a la vecina escritora Martha Mercader; al diputado socialista Norberto La Porta; al periodista y poeta Enrique Symns; a la doctora Ana Suárez (en sus años de estudiante de Derecho), primera coordinadora de la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires.
«A sus mesas se sentó el escritor y poeta Carlos Penelas; los destacados grabadores Anteo Silvio Savi y Cacho Gualco; el dibujante e ilustrador Carlos Panichelli y el escritor Gabriel Sánchez Sorondo, autor de Buenos Aires populares, una recomendable y bella guía de bares, cafés y restaurantes populares de nuestra ciudad.»
Fotos: Carina Migliaccio / Bar de Fondo


