Tan sólo tres palabras sintetizan desde esta consigna, un poderoso movimiento nacional e internacional, fuertemente influenciado por argentinas y argentinos. Con ánimo de frenar la violencia que sufren desde siempre o, mejor dicho, cuando lo patriarcal se posicionó en nuestras sociedades desde antigüo.
Pero las consignas, de tanto repetirlas pueden perder fuerza. Reflexionemos al decir “Ni una menos”, un postulado muy vigente. El acoso y la violencia -en todas sus formas-; y en asesinato, triste final de vidas que ya habían sido cegadas en vida, es una bandera que sostienen millones de mujeres y disidencias, bien en alto.
Llama la atención la cantidad de frases armadas truchamente para denostar y hacer perder fuerza a esta consigna. Las pronuncian machistas y machirulos de toda laya, desde “doctores” hasta algunos vecinos de aquí a la vuelta. También pueden oírse en boca de algunas mujeres, utilizando palabras que encumbra el patriarcado.
Por tanto, todo lo que se pueda hacer para visibilizar esta lucha será siempre poco. Este lunes hay una nueva cita por las calles mendocinas, en el contexto del Día Internacional de la Mujer. Todos los 8 de marzo sirven para que volvamos a dialogar en torno a una realidad que atañe a todas las sociedades del mundo.