Lacayos y amanuenses del Poder
Periodismo de periodistas
Hoy comienzo un relato con el que quiero acompañarte una vez por semana, poniendo el acento en quienes trabajan para el statu quo, para el “deber ser”, para ese sentido común que viene amasando el poder real y la oligarquía para con el pueblo argentino, desde hace mucho más de 221 años. Creo que ya es hora.
Prendés la radio, encendés el televisor o te encontrás en los diarios, ya sea en sus ediciones en papel o en las digitales, con hombres y mujeres que trabajan para lo modélico de un capitalismo más que en crisis, y lo hacen reproduciendo paradigmas engañosos y obsoletos, hasta el infinito. Deciden formar parte de una maquinaria.
Desde que Mr. Menem (aunque por el apego al paradigma democrático debiera decir Carlos Menem, ex Presidente de la Nación) llevó adelante una de sus máximas tropelías, que fue permitir las primeras fusiones de medios, habilitando la generación de los multimedios, venimos cada vez peor en algo muy importante.
Cuando esa decisión puso por delante la libertad de empresa que pisoteaba la libertad de prensa, nuestra sociedad (y la mayoría de las sociedades del planeta, lamentablemente) fue alejada de la diversidad de voces, del pluralismo, de lo que algunos abrazaremos por siempre yque respondía al nombre de periodismo.
Este tópico fue puesto en dudas por la voracidad de ciertos empresarios de medios en asocio con los poderes fácticos, los mandatos imperiales y las arbitrarias maneras de implantar, en la mayor cantidad de mentes posibles, que nada puede hacerse para cambiar la realidad. A lo sumo sólo es posible convivir con ella.
“Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad” reza uno de los versos más bellos de la poesía del rock argentino. El poeta es Charly García. Ese tiempo era aquel en que todavía quien era propietario de un diario no podía comprar una señal radio o un canal de televisión, más allá de si tuviera o no los recursos para hacerlo.
Eso estaba prohibido por la tan vetusta (y en este caso, quizás sólo en este caso) como sabia Ley Federal de Radiodifusión de la dictadura. Mr. Menem lo hizo. Una de las primeras cosas que firmó desde el “sillón de Rivadavia” fue permitir que Clarín se fusionara con Radio Mitre y Canal 13, ya en manos de ese diario.
Cuando Mauricio Malcri llegó a Casa Rosada había poco más de 15.000 periodistas “en blanco en la Argentina”. Cuatro años después del peor gobierno de la historia de la democracia argentina, quedaban menos de 9.500. Aquí hay un dato tan triste como sobrecogedor. Se fue consolidando la destrucción de la comunicación.
Desde hoy, en forma regular (semanalmente) y sin ambages voy a hacer “periodismo de periodistas”. Tené cuidado con los profesionales que elegís para informarte, porque aquellos que abominan de realizar esta tarea que te quiero compartir cada siete días, lo más probable es que sean una parte de ese todo que tanto daño hace.
Parto de la base que hoy la crisis del periodismo es tan grande, que estamos en un problemón. No hablan los periodistas. Quienes hablan desde los medios (me refiero fundamentalmente a los hegemónicos) son los dueños de los medios, a través de muchos quienes se llaman periodistas. Un triste remedo de Chapman y Chirolita.
¿Me permitís la brutalidad discursiva de lo que te cuento? Hablan los dueños de los medios, por boca de quienes han trabajado para garantizarles los negocios (limpios, pocos; sucios, bastantes). Ejercen como factores de poder, que entre muchas cosas más siempre buscan doblegar a todos los gobiernos para lograr sus fines.
Aquí también te voy a compartir lo que pienso que hay detrás de todas esas voces que juegan el juego que les propone el sistema sin chistar, sin por ahí ni siquiera meter bocado o, lo que es peor aún, componen el personaje con el cual se ganan el más que apetecible salario (y premios eventuales) que perciben… por mentir.
Me acuerdo de uno bastante famoso de Mendoza que, cuando todavía se quería hacer el bonito, juraba y perjuraba que nunca iba a vivir en “ese” barrio cerrado. Hoy me parece que reside allí. Ya te voy a contar. Son seres humanos, como vos y como yo, que eligen seguir apoyando sus traseros en mullidos sillones.
No tienen el problema de aquellos quienes, como es mi caso, busca el sustento diario, el dinero para pagar la luz, porque sino me la cortan. El poder, al que le he dicho siempre muchas cosas, deliveradamente me va cortando financiamiento de cualquier estilo, para irme “matando” de a poco; también, lo más rápido que sea posible.
Pero cuando apoyo la cabeza en la almohada, todas las noches, tengo tranquilidad de espíritu -como dicen las queridas viejas del barrio- y duermo profundamente. ¿Podrá hacer lo mismo ese periodista-doctor, que diagnosticaba al aire y a distancia a una paciente que no lo había ido a ver, que se llama Cristina Kirchner?
Puedo decir todo esto que te digo en un medio que me pertenece totalmente, en el que no dependo de nadie. Sabés que siempre te voy a decir lo que pienso, lo que veo, lo que siento. Te consta que nunca te vendí “pescado podrido” porque parto de la base que vos querés, como yo, informarte del mejor modo, para SABER.
Manuel De Paz
Escurridizo, no hay una sola fotografía de él en la red de redes, algo que me llama la atención. Quizás las hizo quitar a todas para que no lo veamos subrayando sus trabajos. Éstos suelen seguirse con algarabía por odiadores todoterreno y reduccionistas de la cosa pública y el saber popular. Trabaja para el enfrentamiento.
Es un hombre muy hábil sino ¿de qué otro modo hubiera perdurado en ese lugar tan apetecible, de uno de los dos mutimedios más grandes de la Argentina? No te hablaré profusamente de su historia, porque no viene a cuento. Quizás utilice algunos pasajes de su carrera, que sirvan para ejemplificar lo que te diré.
Lo imagino a Manuel De Paz siendo llamado por su jefe o recibiendo la visita de su superior en su oficina y un diálogo posible: -Mirá Manuel, necesito que hagas una nota a favor del Gobernador. Se lo pidió para ver si levantan la puntería de su pésima labor y cae en la consideración del pueblo que lo votó hace poco tiempo.
Por como está escrita la nota, creo advertir el desgano que surge del entrecruzamiento de la sagacidad de Manuel De Paz puesto a auscultar una gestión menos que desteñida, como la que está a cargo del Gobierno de Mendoza, Se ve que no encuentra las palabras para vender el producto que ni siquiera él ha podido comprar.
Toda la nota es un tembladeral, por el cual el escriba denota que todos los tópicos que el mismo iba a plantear como positivos, no llegan a serlo. Está lleno de callejones sin salida en los que desemboca una avenida que se llama neoliberalismo, la nada misma puesta al servicio de las grandes corporaciones. Nada bueno que mostrar.
Éstas y el capital concentrado se hacen el festín, mientras crece la pobreza en una Argentina que padece aún los coletazos de la crisis en la que nos sumió la pandemia del malcriradicalismo y la que soportamos del coronavirus. Lo que vende De Paz, no dan ganas de comprarlo. Él sabe que no es vendible.
Pero le dieron la tarea y, en este caso y muy a su favor, se ve que a lo largo de toda la nota, el escribiente -a su modo- nos guiña un ojo dando te a entender que no le quedó otra que escribir este texto tan imposible de leer, como de re leer. Y desde el segundo párrafo te marca uno de los negocios que tienen en común y el alimenta.
“Suarez no es brillante ni un seductor político; es gris, pero…
“Suarez no es un seductor con la palabra. Ni alguien que vaya a tener en vilo a las audiencias con su prédica. Pero tiene en cambio el don de la minuciosidad
“El gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, debe tener, a diferencia de otros opositores, como Cornejo, un recato singular para manejar la relación institucional con la Nación.
“Rodolfo Suarez es el gris, el opaco, el suizo, el distante, el cascoteado, el poco elocuente, el que le hicieron anular una ley que debía reabrir la minería con características sustentables. Sin embargo, es el mismo que ha aprendido a consolidarse en su estilo de mendocino promedio que mantiene una actitud equidistante y crítica con la Nación. Una relación que intenta ser profesional, política y firme, pero sin irse al pasto.
“Suarez no es un hombre brillante, no nos deja con la boca abierta pensando, como suelen hacer los grandes estadistas cuando pontifican. No es un seductor con la palabra ni alguien que vaya a tener en vilo a las audiencias. Tiene en cambio un mérito que en democracia es esencial. Es el don de la minuciosidad. Trabaja de esa forma para lograr resultados.
“La minuciosidad es típica de políticos con tendencias realistas. Además es algo que pareciera que moldea cualquier atisbo impulsivo. Y eso, en estos tiempos tan crispados, se nota. El tipo se cuida en lo que hace o dice. Trabaja en política como si fuera una artesanía. A veces, le sale para el traste y vuelve, como las hormigas, a ponerse la hojita en el lomo y a llevar la comida hacia la cueva. No es llorón ni muy adepto a la cofradía del santo reproche, como cantaba Sabina.
“Te hago hocicar
“La relación con la Casa Rosada no ha sido fácil para el sancarlino Suarez. Diferencias de criterio sobre cómo abordar la pandemia y la economía. Freno al dique Portezuelo del Viento. Misiones oficiales del Presidente a Chile en las que Suarez no es invitado siendo que Mendoza es la provincia más relacionada con ese país. Beneficios fiscales para todas las provincias peronistas del Norte, muchas de ellas barbaramente feudales, en detrimento de Mendoza. Reparto de fondos donde siempre perdemos. Y una especie de mandato no escrito de que a ese mendocino hay que tenerlo con la rienda corta y, si se puede, hacerlo hocicar. Si tiene que hacer hocicar a alguien, el kirchnerismo lo hace, aunque el elegido sea uno de los suyos. Le pasó a Paco Pérez. ¿Cómo olvidar cuando desde la Casa Rosada se ordenó que en un acto que se transmitía en cadena desde esta provincia, el citado gobernador no fuera enfocado porque no había cumplido con éxito una orden? ¿Cómo no va a pretender ahora sofocar a un gobernador de la oposición y sobre todo de Mendoza donde los números de las encuestas no son favorables a la Casa Rosada. Suarez ha adquirido entrenamiento en eso de discrepar cuando lo cree conveniente, pero sin romper lanzas, haciéndose escuchar y fijando posiciones, sin asco a negociar y a volver a negociar. A veces en política hay que comerse la lengua si eso sirve para demostrar que se puede ser firme sin necesidad de irse a las manos.
“¿Te la bancás?
“Cada político tiene su estilo. Si el gobernador fuera Alfredo Cornejo las chispas saltarían a diario. O no. A lo mejor dos tipos de sangre caliente como Cornejo y Alberto Fernández ya hubiesen tenido que aprender a medirse de otra manera. Pero como los compadritos tienen su público, y más en esta biósfera tuitera que nos agobia, muchas veces se exponen de más para no perder su prestigio de ásperos. Cornejo y Alberto se conocen los piojos. No hay que olvidar que Cornejo fue uno de los principales asesores de Julio Cobos cuando éste se asoció con Néstor Kirchner para ser el candidato a vicepresidente de Cristina Kirchner en 2007. Alberto Fernández era entonces el jefe de Gabinete. Como diputado nacional y jefe del radicalismo argentino, Cornejo tiene una libertad de palabra de la que, por prudencia institucional, Suarez carece. A la hora de plantarse ante la Rosada el actual mandatario debe hacer filigranas.
“El olfato
“Pero además, Suarez tiene su match local con el peronismo mendocino. Un PJ que viene desorientado desde hace varios años al punto de que ahora ha quedado bajo la dirección del kirchnerismo, lo cual se le ha puesto difícil a Suarez. Eso no está mal en sí. Es parte del juego político y es muy bueno que quien gobierna se sienta controlado. Lo que ocurre es que a veces se nota demasiado que el PJ provincial sigue un libreto que no es guionado en Mendoza. El mendocino promedio tiene un olfato muy especial para percibir dichas cosas. No hace grandes militancias ni alharacas con eso, pero todo nos indica que lo tiene muy presente a la hora de votar. Por ejemplo al mendocino le molesta, y mucho, que ciertas decisiones que se deben tomar aquí, como es el armado de las listas para las elecciones, vengan impuestas desde Buenos Aires sin posibilidad de chistar, o que algunos representantes que deberían tener como meta central la defensa de Mendoza por sobre todas las cosas, sean más permeables a los intereses personalistas o de facción de figuras nacionales.. Esas cosas, que Rodolfo Suarez sí parece tener en cuenta, son las que le dan al gobernador ese plafond que le permite “plantar cara”, como dicen los españoles, a la hora de ponerse firme sabiendo que tiene un mandato popular que lo obliga a defender los intereses de la provincia, pero también a respetar la institucionalidad nacional sin que la sangre llegue nunca al río.
“Diariouno.com.ar
“Manuel De Paz
“10 de abril de 2021”.


