Si la mesa la tiende Federico, sólo hay que sentarse a ella y dejarse llevar. Quedamos en las manos de uno de los mejores dramaturgos en habla hispana, que supo utilizar cada palabra como disparadores para mil semblanzas. Un camino hacia nuestra mismidad, a pesar de las distancias, de la historia y de todo lo que cegaron con su vida.
La ceremonia comienza antes que den sala, pues parece ocurrir la despedida de alguien muy querido. Se dan cita allí sus familiares y amigos. Quizás lo que dejamos atrás es aquello que no nos permite ver la dimensión vital de la que formamos parte. Posponer al ego para integrarnos amorosamente. Fundirnos en un paso trascendente.
El ejercicio descarnado forma parte de estas criaturas lorquianas que arrancarán en nosotros múltiples sensaciones. La dirección y las actuaciones son precisas, atinentes, inobjetables. El minimalismo de la puesta y la escenografía deja sola, en el centro de la escena, a la Palabra. Ella sola se encargará de crear ese mundo.
“PEZ LUNA
“Un espectáculo sobre Ruina Romana
“(escena de El Público, de Federico García Lorca)
“¿Y si yo me convirtiera en pez luna?
“Yo me convertiría en cuchillo
“Con dirección de Fabián Castellani, y actuaciones de Celeste Álvarez y Claudia Racconto se estrena Pez Luna, una obra performática inspirada en un texto de Federico García Lorca. ¿Podrá soportar el público de 2021 lo que para Lorca era imposible en 1930? El teatro imposible lorquiano, también llamado irrepresentable, también llamado maldito, está conformado por unos pocos textos que se vuelven imprescindibles para comprender la magnitud y profundidad de la obra de Federico García Lorca. Dentro de esos textos se encuentra El Público, quizás su obra más desafiante tanto temática como formalmente y que contiene una de las escenas teatrales más hermosas en lengua castellana: Ruina Romana.
“De esa escena y de la fascinación que la escena les provoca partieron Celeste Álvarez, Valentina Aparicio y Fabián Castellani para fraguar la obra Pez Luna, el estreno con el que rinden homenaje al autor granadino. Explican, actrices y director: “Incluso después de noventa años de ser escrita, la escena entera es provocación. Fascinación y provocación son ingredientes sugestivos a la hora de componer un espectáculo. Y ha sido todo un desafío arrancar desde estas palabras. También ha sido importante la diferencia que plantea el texto entre Teatro al aire libre y Teatro bajo la arena en lo que consideramos un legado casi teórico de lo que Lorca creía debía ser el teatro”.
“Pez Luna -detallan- “es un espectáculo que toma elementos de la performance, la fragmentación, la cuarta pared y su rompimiento, los títeres (tan importantes en la biografía de Lorca). Es ante todo un homenaje, o al menos lo pretende. Un intento de desentrañar las ideas de Lorca sobre el teatro bajo la arena”.
“En Pez Luna, dos mujeres fascinadas por el autor y su obra nos regalan develando su oscuridad un fragmento de El Público, escena que las llevará a los límites más insospechados. La gran pregunta, coinciden, es una: ¿podrá soportar el público de 2021 lo que para Lorca era imposible en 1930? Pez Luna nos mostrará lo que a veces llamamos amor pero que en realidad es posesión.
“BIOGRAFÍAS
“CELESTE ÁLVAREZ es actriz, bailarina y docente mendocina. Aborda una línea pedagógica de trabajo ligada al cuerpo escénico desde la cual profundiza métodos de diferentes técnicas corporales, para su desarrollo profesional, y para la profesionalización de estudiantes. Su motivación es transformar al intérprete teatral en un demiurgo capaz de atravesar el abismo de la escena y conjurar todas las miradas en ella, concepción que guía su disciplina y ética de trabajo.
“VALENTINA LUZ APARICIO: es actriz, titiritera e instructora de Hatha Yoga. Egresada de la “Escuela de Titiriteros de Ariel Bufano del Teatro San Martín” y ex integrante de la “Compañía de Titiriteros del Teatro San Martín” y del “Teatro Sanitario de Operaciones” (Buenos Aires). Formando parte de la Compañía AlaSur inició su camino en el Entrenamiento Actoral Suzuki -desde 2014 hasta la actualidad-. En 2017 participó del Workshop de Suzuki Company of Toga de Tadashi Suzuki, en Japón y en 2018 en el Workshop del Método Theodoros Terzopoulos de Attis Theatre (Grecia). En 2019 protagonizó en cine “La Noche Adentro” escrita y dirigida por Carina Piazza y Alejandro Alonso. Y en la serie web “La Vida Tranquila” de Carina Piazza y Lucía Bracelis. Realizó la puesta en escena y dirección actoral de “El Futre-Oratorio Rock” de Natalio Faingold. En su faceta deportiva practica escalada en roca y montañismo, ascendiendo a montañas de mas de 5000 metros incluyendo el Cerro Aconcagua (6962metros).
“CLAUDIA RACCONTO: Actriz, cantante y actriz de doblaje con conocimientos en tap y danza jazz. Empieza su formación teatral desde los 4 años. Desde el año 2002 comienza a trabajar profesionalmente. Estrena como actriz más de 50 obras, tanto infantiles como para adultos, musicales y de texto, algunos ejemplos: “Venecia”, “Babilonia”, “SchultzundBielerundSteger” (Mejor Actriz Fiesta Provincial del Teatro 2009), “Oz, una aventura musical”, “Biónica” (Premio Escenario 2011 Mejor Actriz) , “Boxa”, “La Bella Durmiente” (Premio Hugo Mejor Intérprete 2017), “El Cantante de Bodas”, “De atar, un musical de locos”, “El Guardián de los libros”, “Cuento contigo”, “Cachetazo de Campo” (Premio Mejor Actriz Festival de Estrenos 2017), “Hamlet, la maldición de Ser”, “Es lo que hay. El Musical de la Nelly” (Unipersonal de su autoría, y también su dirección e interpretación) (Premio Hugo Mejor Intérprete 2017), “Diáfano”, “Los Monstruos”, “Pez Luna”. En CABA “Lápices, un musical con memoria”, “Experiencia Broadway Maipo Shrek” en el personaje de Fiona, y “El Mago de Oz”. Y experiencias por streaming en vivo en “Solas. Única Escena”, “Rebeldías del Tiempo” y “El llamado de las brujas”. En cine en algunos cortos y largometrajes como “Chanchis”, “Efímera” (Mza.), ”Alma”, “El vacío es el recipiente de los gordos” (CABA), y en el docu-reality “Código Arte”. Desde el año 2019 trabaja como actriz de doblaje, en la productora de Mendoza “Doblajes creativos” de Gabriel Romero. Y además, incursiona en la producción con el proyecto por streaming en vivo “Yendo de la Escena al Living”.
“FABIÁN CASTELLANI: Formado como intérprete dramático en la UNCuyo, se ha perfeccionado en Argentina y el exterior con maestros como Eugenio Barba, Julia Varley, Arístides Vargas, Ernesto Suárez, Guillermo Heras, Patrice Pavis, Alberto Isola, Ricardo Bartís, entre otros. Es docente de las cátedras Improvisación II y Práctica de dirección de la Facultad de Artes y Diseño (UNCuyo). Ha dictado talleres en Colombia, Ecuador y Perú. Dirigió más de 20 espectáculos teatrales, recibiendo distinciones provinciales y nacionales. Ha presentado espectáculos en encuentros y festivales en más de 50 ciudades argentinas además de España, Portugal, Alemania, Cuba, México, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay y Chile. Es integrante fundador del grupo La Rueda de los Deseos desde el 2001, con quienes escribió el libro La Rueda de los Deseos, Teatro Inquieto (2010). Es bajista de Desastrónomos, grupo de rock alternativo con quien ha editado Lágrima de Pez (2012) y Solferino (2017). Sus cuentos han sido editados en suplementos de Diario Los Andes, en Revista La Mosquitera y en la antología ¡Basta!, cien hombres contra la violencia de género.
“FICHA
“Actúan: Celeste Álvarez, Claudia Racconto
“Bolo : Fabián Castellani
“Fotografía: Leandro J Fernández
“Diseño Gráfico: Darío Castellani
“Vestuario: Victoria Fornoni
“Títere: Valentina Luz Aparicio
“Idea y creación: Fabián Castellani, Celeste Álvarez, Valentina Aparicio
“Técnica: Fabián Castellani
“Idea escenográfica, iluminación, dirección: Fabián Castellani
“Prensa: ARGOT Prensa
“CRÍTICA
“A Lorca: dedicación y delicadeza
“En La Colombina se erige una obra que tiene a Federico García Lorca como protagonista tácito. No es Yerma. Como no es yerma la superficie en la que sucede la acción, ya que de ella brotan dos espigas de acero, maleables pero inquebrantables, para jugar a un juego que el director del asunto sembró y abonó previamente, con dedicación artesanal. El título en cuestión es Pez luna*, se inspira en parte de El público (1930/33), y es una excelente opción para recuperar el hábito de ver teatro en Mendoza, luego del endemoniado 2020.
“A lo largo de su ya extensa trayectoria, Fabián Castellani nos ha acostumbrado a enfrentarnos con trabajos de orfebre. Toma de aquí y de allá pequeños -aunque trascendentes- materiales y los va engarzando en una búsqueda donde el compromiso y la originalidad siempre van de la mano. Esos ingredientes chiquitos y preciosos alcanzan tanto al texto, como a lo material (vestuario, utilería, accesorios varios) y a la acción física de, en este caso, Valentina Luz Aparicio y Celeste Álvarez. Dos actrices solventes que, con sus respectivos aportes a la hora de la creación, terminan por redondear un espectáculo pleno de energía, que sabe cuándo bajar los cambios e introducirnos en zonas de reflexión o de calidez, sin desvanecerse nunca ni caer en un especulador sube y baja emocional.
“Castellani & Cía. optaron por adaptar la segunda escena de El público, titulada Ruina romana. Esa adaptación incluyó contextualización y comentarios, con lo que la propuesta va más allá de la mera representación ficcional, para adentrarse en lo didáctico-histórico-documental, tomando recursos brechtianos, integrando al público desde lo espacial y lo verbal, y manipulando textos sobre papel cual si se tratase de un semimontado.
“Pero todo ese cruce adquiere consistencia y deja de ser un muestrario de conocimientos del arte teatral y sus posibilidades, a partir del afinado trabajo actoral y de la poesía dramática lorquiana que, en esta obra, a diferencia de sus piezas más conocidas y representadas, potencia su costado más surrealista e involucra al espectador en un complejo y entretenido contrapunto entre dos seres (figuras de Cascabel y Pámpano, en el original).
“Un duelo verbal lleno de ambigüedades que tienen que ver con el amor, el poder y el sexo. Y, sobre todo, con las expectativas respecto del otro, la idealización, el compromiso, la traición. Sin abandonar nunca el espíritu homoerótico del escrito original, que tantos problemas le trajo a Federico, como su propia condición, que hasta terminó con amistades como la de Luis Buñuel (episodio que en Pez luna se apunta brevemente).
“La intensidad de los cuerpos, que se fusionan o repelen según las circunstancias, responde a una coreografía precisa y los pocos elementos manipulables pueden resignificarse de un segundo a otro, con un simple giro. Así, por ejemplo, una flauta puede resultar un falo, un arma e incluso una mismísima flauta (persuasora). Todo se multiplica y diversifica, comenzando por las mismas criaturas, pese a que la ley manda: “Uno es uno y siempre uno”. La autoridad intercambiable de una pareja genéricamente imprecisa (más allá de los indisimulables cuerpos femeninos enfundados en españolísimos vestidos blancos ribeteados en negro, como si emulasen aquellos dibujos que el propio Lorca ensayaba en el papel), la posesión, el erotismo, revelan comportamientos individuales e íntimos. Pero por sobre la intimidad y lo privado se yergue la autoridad (autoritaria). Y allí lo tenemos al Emperador, sintetizado en dos trazos, que llega para imponerse con su censura. En ésta, la ruinosa Roma en la que transcurre la acción y se condena la sexualidad libre.
“Es muy interesante como, luego del prólogo didáctico, el director nos lleva por el pasadizo shakespereano pensado por Lorca, para adentrarnos, mediante un fluido fundido, en el Pez luna que él y sus actrices crearon. La tragedia de Romeo y Julieta se convierte en analogía de otras tantas, sin importar el sexo de sus protagonistas, ni el lugar ni el momento. También allí está la crítica que Lorca hacía a un teatro más clásico, convencional, burgués o como cada uno quiera llamarle y del cual él se quería despegar. La búsqueda del desenmascaramiento. Esa es la cuestión.
“Castellani, también en ambigua caracterización, es el director de nuestra ficción y de la que ésta lleva en sí. Se desdobla, asiste, completa, manipula. Nos interviene la acción que estamos disfrutando, pero no nos arrebata las expectativas. Beethoven suma placidez desde la banda sonora y desde lo lumínico se buscan distintas variantes (éste quizás sea el rubro a ajustar, ya que no siempre luce preciso ni se entienden del todo las elecciones) en pos de otras tantas atmósferas.
“Quizás sea un tanto obvio decirlo a esta altura del escrito: Pez luna, más allá de lo indicado, es un homenaje al poeta granadino, que encontró en El público el mejor de los pretextos y el más atinado punto de partida. Por ello y sin caer en el bruto spoiler, vale anticipar que, sobre el final de la puesta, ésta adquiere la resonancia de un réquiem, en una ceremonia donde se integra absolutamente todo lo visto, manipulado y dicho. Como una oración en silencio donde el público y los artistas rezan por la memoria del vate. Con dedicación y delicadeza.
“Fausto J. Alfonso
“Pez luna se estrenó en 2020 minutos antes que se declarara la cuarentena. Inmediatamente tuvo que replegarse hasta fin de año, cuando alcanzó a hacer un puñado de funciones. Fue uno de los dos únicos estrenos del pasado año. El otro estreno: Adiós Rumania, con dirección de Juan Comotti”.