Queremos una Renta Básica Universal, no confundan a la sociedad
En esta primera semana de este mes de julio de 2021, el Ministro de Desarrollo Social de Argentina, Daniel Arroyo, ha planteado en diferentes notas a medios masivos de comunicación la necesidad de la implementación de un Ingreso Ciudadano Universal. Lamentablemente ha mal utilizado los términos Ingreso Ciudadano Universal o Renta Básica Universal (RBU) al hablar y proponer algo que no tiene nada que ver con una RBU. Lo que plantea, es un enésimo subsidio. Esto tristemente constituye un daño grave al trabajo de difusión de la RBU que se viene realizando desde hace más de veinte años. Resulta doblemente grave el tema en este momento, en el que día a día se comienza a hablar y discutir con más fuerza y en diversos ámbitos de la sociedad. Actualmente varios colectivos de difusión y militancia de la RBU estamos en la instancia de apertura y debate. Pésimo e inoportuno momento para confundir y distorsionar.
En resumidas cuentas, el Ministro Arroyo propone un subsidio condicionado de $8.500 con contraprestación de 4 horas de trabajo para un supuesto universo de 3 millones de personas. Subsidio condicionado insuficiente y no universal.
Resulta evidente que los términos Ingreso Universal o Renta Universal son pomposos y marquetineros. Suenan más agradables que decir “estamos pensando en generar un nuevo subsidio para paliar la pobreza extrema…
Los que estamos militando el concepto de RBU en la Red Humanista por Renta Básica Universal sostenemos que constituye un Derecho Humano Universal, que nos corresponde a todas las personas desde el mismo momento que nacemos y que nos debe acompañar toda la vida. Reafirmamos que la RBU debe tener cobertura global, planetaria, debe ser para todos los habitantes del mundo. La Renta Global generada por toda la humanidad debe ser redistribuida en cada país de nuestro Planeta.
En esta nota reitero nuestra posición, la RBU debe ser individual, universal, suficiente y permanente. Cuando hablamos de suficiente, sostenemos que el monto a distribuir entre la ciudadanía debe estar por encima de la línea de pobreza.
Arroyo es una persona muy formada, con extensa trayectoria ejecutiva y de militancia social, su formación académica es garantía de conocimiento conceptual de la RBU, de todas maneras sus manifestaciones públicas no han sido claras respecto al tema. El Ministro manifiesta ser un activista por la RBU, pero en sus entrevistas o debates, es más bien un defensor sistemático de programas de formación y de empleo. No nos oponemos a los programas de empleo ni a los subsidios para mitigar la indigencia. No se trata aquí de un juzgamiento personal, no es tema. De lo que se trata es de reclamar pulcritud en la utilización de los términos. Si vamos hablar de RBU, si vamos a plantear la RBU en Argentina, debemos respetar sus fundamentos, su espíritu, su definición.
El valor de la Canasta Básica Total para una familia tipo en Argentina, según informe del INDEC del 19 de mayo de 2021, es de $63.000. Es decir que una familia necesita esa cifra para no considerarse pobre. Según el mismo informe una familia tipo para no caer en la indigencia precisa $27.000 mensuales.
Los números que plantea Arroyo, son números de canasta de Indigencia. Por otro lado, atar a una persona por $8.500 a la condicionalidad de una contraprestación laboral, resulta incomprensible.
Creo que si se plantease la implementación de la RBU para todos los habitantes de Argentina, nacionales y extranjeros radicados con más de cinco años de residencia, aún con esta cifra de $8.500 iniciales (muy precaria y discutible), sin ningún tipo de condicionalidad, allí estaríamos hablando de RBU. El tema discutible allí sería la suficiencia del monto de arranque. El Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) en Argentina desde el 1 de julio de 2021 es de $25.920. Hay una diferencia abismal entre éstos $8.500 y el SMVM.
En Argentina hay vigentes 8 programas de cobertura social: AUH, AUE, PLAN PROGRESAR, PLAN POTENCIAR, PLAN POTENCIAR INCLUSIÓN JOVEN, ARGENTINA HACE, TARJETA ALIMENTAR Y FONDO DE DESEMPLEO. La cobertura total de estos planes es de unas 7.470.000 personas.
Con esta cobertura social, con esta catarata de subsidios y planes, tenemos casi 19,2 millones de pobres, el 45,2% del país es pobre según el último informe de INDEC. La cobertura social vigente llega a casi 7,5 millones de personas, hay casi 12 millones que se quedan fuera de ese paraguas social. En este universo de personas está incluida buena parte de la clase media empobrecida en éstos últimos 5 años.
En el mes de marzo de 2021, se contabilizan 9,6 millones de personas asalariadas registradas (incluyendo al sector privado, sector público y el trabajo en casas particulares) y 2,4 millones de trabajadores independientes (monotributistas y autónomos; Informe SIPA, junio 2021). La Población Económica Activa en Argentina (rango 18 a 65 años) es de alrededor de 21 millones de personas. El 34% de los trabajadores está en situación de informalidad. El 19,6% de los jóvenes está desocupado, el 25,7% de las mujeres jóvenes están desocupadas.
Como opinión de carácter personal, propongo la implementación de la RBU en Argentina como Ley Simple del Congreso de la Nación, con un monto inicial que supere la línea de la pobreza, que subsuma la AUE (Asignación Universal por Embarazo), la AUH (Asignación Universal por hijo) y la Tarjeta Alimentar.
Propongo continuar con los planes de Trabajo y Formación (PROGRESAR, POTENCIAR, ARGENTINA HACE) que otorguen un SMVM y como contraprestación cuatro horas diarias de trabajo y/o formación. En todos los casos las personas podrían acceder a trabajos registrados sin perder los beneficios.
Propongo la universalización definitiva del Sistema Jubilatorio argentino, de manera que toda mujer con 60 años cumplidos y todo varón con 65 años cumplidos, con aportes o sin aportes suficientes, puedan acceder a la Jubilación Mínima. Es dar un marco de justicia a todas aquellas personas que han trabajado toda su vida en negro, en forma precaria y en muchísimos casos en condiciones de semi esclavitud. Es una manera de retribuir el trabajo de cuidados no retribuido monetariamente y hecho por miles y miles de personas durante toda su vida. El trámite debería ser la sola presentación del DNI y el acceso inmediato a una moratoria previsional (en el caso de que la persona no tenga los aportes suficientes). Eliminar la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor) a la que se se accede a los 65 años y otorga el 80% de la Jubilación Mínima, otorgamiento sujeto a una evaluación socioeconómica.
Para la implementación y sustentabilidad de este tipo de medidas de cobertura social por parte del Estado, se precisa llevar adelante políticas complementarias destinadas a generar ingresos que soporten el peso de estas medidas. Creo que si queremos ser una país soberano y dejar de depender de condicionamientos externos o internos, deberíamos llevar adelante en forma progresiva y conjunta medidas estructurales que fortalezcan al Estado.
Si el Estado Nacional implementa una RBU, la universalización del Sistema Previsional y políticas sociales complementarias, genera una enorme inyección monetaria al mercado interno y por añadidura garantiza una enorme demanda agregada. El mismo Estado debe procurar al mismo tiempo políticas tendientes a aumentar la producción de bienes y servicios, que satisfagan esa demanda y no generen desequilibrios macroeconómicos. Este círculo virtuoso promueve una natural generación de empleos genuinos y mayor recaudación fiscal.
Para finalizar, quiero agregar que la RBU por sí sola, planteada en forma aislada, no será la solución de los problemas sociales estructurales de nuestro país. Creo que se trataría de la mejor herramienta de cambio social. A mi entender debería estar acompañada de políticas tendientes a modificar el sistema democrático que promueva la participación y el control ciudadano, modificar el sistema tributario, modificar el sistema financiero, modificar las políticas laborales, modificar las políticas regulatorias de la producción y el comercio interior, modificar las políticas regulatorias del comercio exterior, modificar las políticas regulatorias de las empresas prestadoras de servicios públicos, modificar las políticas regulatorias del mercado de cambio, modificar las políticas regulatorias de aduanas y puertos, y de un plan federal a diez años de infraestructura, recambio energético y protección medioambiental.
Agradezco la oportunidad que se me brinda desde este espacio para poder aclarar conceptos básicos de la Renta Básica Universal.
Columnista invitado
Daniel Musso
Miembro de la Red Humanista por la Renta Básica Universal