Los números que arrojó el INDEC en su última medición sobre pobreza, indigencia, desempleo, etc.; la inflación de setiembre publicada esta semana pasada de 3,5% (37% de inflación en los nueve meses transcurridos de 2021), los $68.300 que necesita una familia tipo para no ser pobre en Argentina siguen mostrando las tremendas consecuencias de la crisis heredada del funesto período macrista, agravada por la pandemia y por la inoperancia -en materia macroeconómica y de política social- del gobierno de Alberto Fernández. Estamos en una crisis social estructural y de las crisis estructurales se sale con políticas universales, suficientes y permanentes que corrijan los cimientos de las estructuras dañadas. ¿Y cuáles son las soluciones que propone el Gobierno hoy? Soltar algunos pesos a la calle, otorgar bonos de refuerzo por única vez, anunciar proyectos para transformar planes sociales en empleo Pero… ¿empleos en qué áreas y bajo qué condiciones?
Es como el tema del huevo y la gallina. Si no hay suficientes ingresos en la población en general cómo se puede pretender que haya más consumo para que la rueda empiece a girar? Si tenemos tasas del 38% en el sistema financiero ¿a quién se le va ocurrir hacer inversiones o solicitar créditos productivos? Además, en el sistema bancario sólo calificarían las empresas, microempresas que no estén en rojo y entonces me formulo otra pregunta: ¿cuántas pymes o microempresas no están en rojo hoy? ¿Cuántas calificarían para créditos del sistema financiero? Creo que con medidas parche y sin atacar los problemas de fondo las medidas continuarán siendo insuficientes e ineficaces. Los problemas de fondo más acuciantes son entre otros: desocupación, subocupación, empleo informal, salarios de pobreza, jubilaciones y pensiones de pobreza, inflación, pobreza estructural, sistema financiero especulativo con tasas exorbitantes e inaccesibles.
El Banco Central cuando asumió Fernández pagaba 64% de interés anual por las Leliqs, su titular Miguel Pesce redujo progresivamente la tasa hasta llegar al 38% anual hacia marzo de 2020. Esa tasa es la misma que se paga hoy. Se congeló durante toda la pandemia en lugar de seguir su proceso descendente que hubiese generado una baja sustancial de la inflación, un abaratamiento del crédito productivo, el inicio de un ciclo positivo que hubiese otorgado una dinámica productiva y generadora de consumo y empleo a la economía.
Pero no, siguieron con las mismas recetas que nos llevaron a este desastre. Hacia el 5 de octubre de 2021 el Banco Central acumulaba casi 4 billones, cien mil millones de pesos y pagó en septiembre de este año casi 120 mil millones de pesos de interés mensual a los bancos tenedores de Leliqs. A septiembre de este año 2021 el Banco Central ha pagado ya más de 900.000 millones de pesos a los bancos de intereses. A este ritmo, este año 2021, el Estado Nacional pagará casi 1,5 billones de pesos de intereses a la banca usurera. Para que lo pongamos en contexto son el equivalente a un IFE de $10.000 para 9 millones de argentinos por 10 meses.
Lo triste es que el Estado Nacional paga intereses a los bancos por la intermediación… del dinero que él mismo emite… ¿Se entiende la cuestión? Digo triste por no decir escandaloso. ¿Qué sentido tiene tercerizar en la banca usurera el dinero emitido por el Tesoro Nacional? El único sentido que yo veo es garantizarle negocios a la banca corporativa usurera. El mafioso de Macri y su gobierno de carroñeros, dejó 798.000 millones de Leliqs y el Gobierno Popular las llevó a 4,1 billones… las quintuplicó… Lo que más molesta es que el periodismo más progresista de Argentina y varios de los integrantes del Frente de Todos, en los años del gobierno mafioso de Macri, todas las semanas nos hablaban de las Bombas de las Lebacs, que luego fueron abosorbidas por las actuales Leliqs, que siguen siendo las mismas bombas que este Gobierno Nacional y Popular se niega a desactivar. Casi nadie habla de este tema, muy pocos lo plantean y lo reclaman.
¿Porqué no utilizaron ese dinero en políticas sociales y en crédito productivo y así evitar que ese dinero de liquidez de la banca usurera se vaya al dólar? ¿Porqué no ajustaron en tiempos de pandemia aún más el cepo al dólar y dejaron abiertos los grifos de los dólares financieros que se llevaron del país: casi 14.000 millones de dólares desde diciembre de 2019 hasta septiembre de 2021? ¿Porqué el Banco Central no siguió bajando las tasas durante la pandemia (bancos cerrados, cuevas cerradas, cepo a la compra de dólares) hasta llegar a tasas no superiores al 12%? ¿Porqué hoy con un poco más de 4.000 millones de dólares de reservas liquidas en el Banco Central no se amplía el cepo y se prohiben los dólares financieros? ¿Porqué no nacionalizamos los depósitos, le damos un 100% de cobertura por parte del Central a los ahorristas y los destinamos a créditos para viviendas, obra pública, créditos productivos?
Son preguntas que me hago y que comparto con ustedes.
Analicemos ahora un poco el Presupuesto 2021 (que fuera presentado durante el último trimestre de 2020, en plena pandemia)
Salud $383.187 millones, educación $492.623 millones, vivienda $151.525 millones, desarrollo social $304.553 millones, ANSES $3,98 billones…
Leliqs a setiembre de 2021 4,1 billones, muy por sobre el presupuesto de la ANSES, desarrollo social y vivienda juntos y más. Un delirio, un desastre, como mínimo, para no ser mala leche.
El Presupuesto Total de Guzmán para el 2021 fue originalmente de 6,74 billones de pesos ¿y tenemos 4,1 billones en Leliqs? ¿No resulta escandaloso esto? Lo escuché al Presidente en el acto en la cancha de Nueva Chicago y repitió lo que dijo en campaña: entre los bancos y los Jubilados me quedo con los jubilados, pero… ¿y lo he demostrado??? Aquí te mostré los números.
Entonces, rebobinando un poco, nos deberíamos plantear sobre qué rol está dispuesto a asumir este Gobierno de ahora en adelante. ¿Está dispuesto a asumir y hacer frente a la deuda interna estructural con su pueblo? ¿O más bien cumplirá el rol de Gobierno de transición que garantizará el pago de la deuda externa privada a los fondos buitres, el pago al FMI de la deuda fraudulenta asumida por el gobierno de Macri, los negocios de las corporaciones multinacionales, los subsidios y las exenciones impositivas de las grandes empresas, la fuga sostenida de divisas al exterior, el monopolio del negocio agroexportador y el sostenimiento de un modelo primario exportador de materias primas baratas en dólares, el contrabando y la evasión impositiva, el modelo extractivista minero-petrolero que destruye nuestro ecosistema para siempre, el monopolio de la producción y comercialización de alimentos en el mercado interno, el exorbitante y salvaje negocio financiero de los bancos que perdura desde Martínez de Hoz y la dictadura cívico-militar asesina hasta nuestros días, el financiamiento con las arcas públicas del monopolio de la comunicación en manos de los grupos corporativos dominantes?
Creo que a casi dos años de la asunción de Alberto Fernández, el Campo Nacional y Popular debe permitirse estas preguntas. Tenemos todo el derecho y la obligación histórica de hacer un profundo análisis sobre la real orientación que tiene esta gestión.
Quedan todavía 27 meses de Gobierno, creo que es momento de exigirle que corrija el rumbo, de comenzar a pagar la deuda interna con el pueblo. Habrá que militar y proponer todas las políticas que incluyan a los que se quedaron en el camino. Hay gente capacitada y con convicciones claras en el Frente de Todos para llevar adelante otro tipo de modelo.
No es posible continuar con las mismas políticas, con 19 millones de pobres, más de 2 millones de desocupados, casi 1,5 millones de subocupados y 35% de empleo en negro. El FMI, las corporaciones y sus intereses no deben ser la agenda dominante de un Gobierno Popular. Los poderosos, los que siempre ganan pueden esperar, los postergados, los más necesitados, los desprotegidos, los marginados necesitan medidas urgentes. Volvimos para ser mejores.
Columnista invitado
Daniel Musso
Miembro de la Red Humanista por la Renta Básica Universal


