Recorrer nuestro parque significa pasar un rato agradable y saludable. Normalmente no pensamos en los maravillosos beneficios que nos proporcionan los árboles tales como la oxigenación del aire, el aumento de la humedad atmosférica, la retención de polvo en su follaje; sustentan el desarrollo de diferentes especies de pájaros y el placer incomparable de contemplar el verde de prados y bosques.
Tampoco pensamos en la historia que tuvo lugar hace más de 100 años, durante la creación de nuestro Parque. Muy pocos mendocinos de ese entonces habían visto algún pino o algún eucalipto y prácticamente ninguna de las 300 especies de árboles y arbustos que el Arquitecto Carlos Thays hizo plantar, aplicando un criterio verdaderamente genial, conjugando la biología, la silvicultura, con la observación de la problemática ambiental local (viento zonda, baja humedad ambiental, aire con gran cantidad de polvo en suspensión).
Thays pudo lograr la transformación de un lugar totalmente yermo, donde las pocas especies arbóreas autóctonas tales como el algarrobo, el chañar, el espinillo y el molle habían sido totalmente taladas para leña…
Logró diseñar un Parque que es admirado en el país y en el mundo, diseñando un sistema de riego que hasta el día de hoy se mantiene a pesar de las críticas de funcionarios ignorantes, interesados en otros asuntos que no tienen nada que ver con salud de la gente y su bienestar.
Carlos Thays introdujo, entre otras , nueve especies de pinos originarios de otros continentes, nueve especies de palmeras, catorce especies de eucaliptus, etc.
Hoy en el Parque, gracias al esfuerzo de aquel arquitecto visionario y los funcionarios y técnicos que lo acompañaron a principios del siglo pasado, podemos admirar algunos ejemplares únicos como es el caso de la sequoia: su nombre científico es (Taxodium sempervirens) y hay un solo ejemplar que mide más de 20 m de altura, pero que en Estados Unidos, su país de origen es más alta ( en California superan los 50 m y llegan a los 100 m de altura). Se trata de árboles muy longevos superando los 3000 años de vida, es decir que muchos de ellos, que habitan actualmente en California y Oregon, ya estaban cuando Jesucristo vino al mundo.
El que vive en nuestro Parque se encuentra a unos 100 metros hacia el norte de la fuente de los continentes y realmente en estos momentos no es cuidado como corresponde, prueba de ello y debido al estado de sequía al que empujan a nuestro pulmón verde, hace unos meses se produjo un incendio que llegó muy cerca de esta maravillosa sequoia.
Por lo tanto la comunidad mendocina tiene el deber y el derecho de exigir a los funcionarios que cuiden el patrimonio de Mendoza.
Columnista invitado
Arnaldo Roatta
Ingeniero agrónomo, título otorgado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. Desempeño profesional: Técnico en Paseos Públicos y Arbolado de la Municipalidad de Mendoza. Técnico en la ex Dirección Agropecuaria para la elaboración de la carta edáfica de la Provincia de Mendoza. Jefe del Vivero Forestal de la Dirección de Recursos Naturales Renovables. Técnico de la Administración de Parques y Zoológico de Mendoza. Proyecto y ejecución de mejoras en el bosque del Cerro de la Gloria y Zoológico.