Facundo Cabral
Vuele bajo, porque abajo está la verdad
Primera parte
Nadie quedaba al margen en cada una de sus presentaciones públicas, porque el sabía llegar a todos los corazones llamándoles la atención acerca de la experiencia vital. Sólo si fueras de teflón no te conmovían sus historias que, transitadas minuto a minuto, las formulaba como una realidad que volvía a recrear sobre el escenario, con un convencimiento de encantador de serpientes.
Nunca pasaba desapercibido y era genial escuchándolo hablar, mientras ponía de relieve lo mejor de las biografías de grandes hombres y mujeres de la humanidad que servían a los propósitos más nobles de sus relatos. Cuando aquello que compartía con su público entraba profundo en aguas de la religión o la filosofía, provocaba una disrupción bien porteña y hablaba de nosotros.
Me quedé con las ganas de verlo en vivo, porque me ganaron ciertas prevenciones que, desde la soberbia de mi juventud, lo mostraban difícilmente encasillabe. Mi ignarancia de aquellos años acerca de las cosas profundas de los hombres, me privó de ese deleite hasta que llegó el tiempo de valorarlo en su rutilante conformidad. Hoy celebro al gran profeta del humanismo que supo ser.
“Rodolfo Enrique Cabral Camiñas (La Plata, Buenos Aires, 22 de mayo de 19371-Ciudad de Guatemala, 9 de julio de 2011), de nombre artístico Indio Gasparino -en sus comienzos- y luego Facundo Cabral; fue un cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino. Su propuesta artística resulta difícil de encasillar. Aunque compuso canciones y algunas de estas trascendieron a nivel hispanoamericano como «No soy de aquí ni soy de allá». Su obra también consistía en contar historias con una estética que entremezclaba la crítica social, sátira, misticismo, cristianismo, anarquismo, optimismo, hedonismo y libertad.
“En ellas citaba constantemente a Jesús, Atahualpa Yupanqui, Krishnamurti, Borges, Whitman y Teresa de Calcuta, entre otros.
“Al momento de definir su trabajo, Cabral aseguraba que en vez de trovador o un contador de historia, él representaba lo que en la Edad Media se conocía como juglar -artista ambulante que ofrecía su espectáculo (música, teatro, literatura o charlatanería) a cambio de dinero-.
“En los recitales que realizó, el compositor revelaba algunos aspectos personales de su vida como que no tenía hogar y que recorría el mundo viajando de hotel a hotel. Por eso se autodefinió como «vagabundo first class».
“El cantautor fue el único portavoz acerca de su vida y obra. Por ejemplo, el cantante Alberto Cortéz -quien realizó extensas giras con el músico- escribió una columna de opinión cuando falleció el cantautor en la que sostenía que «fue un personaje controversial que se inventó a sí mismo».
“Facundo Cabral fue asesinado en Ciudad de Guatemala el 9 de julio de 2011 por sicarios que lo confundieron con un empresario vinculado al narcotráfico.
“La Unesco lo declaró en 1996 «Mensajero mundial de la paz» y fue nominado al premio Nobel de la Paz en 2008”.
(continuará)
Pobrecito mi patrón
Cuidado con los boludos
La vida es lo que es y no lo que debería
(De la red de redes)