Este hecho en sí mismo es repudiable. Pero al mismo tiempo sirve para que veamos cómo funciona la policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fijate en este sólo dato: “al momento de la revuelta y la violación, “había 22 personas en la comisaría de la CABA, solo 11 colchones y ninguna ducha””. Así es el servicio de seguridad que brinda la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en el distrito más rico del país.
La violación en patota, como bien nos ilustran quienes proponen no llamarla en manada, puesto que esa es una forma de agruparse que tienen los animales no racionales, ha cobrado mayor visibilidad. Pensar que estos casos existen ahora porque los vemos es equivocarse. Son tan antiguos como la pulsión sexual, sólo que las nuevas tecnologías permiten darlos a conocer mejor y en tiempo real.
Una violación individual es igual de condenable, pero cuando se trata de un delito cometido en grupo todo adquiere otra dimensión. Al concretarla contra una persona autopercibida como trans, la violencia oficia como doble. No es lo mismo sexo que género, aunque algunos todavía no tienen la más remota idea de esto que señalo. A mi modo de ver, se trató de una “doble violación” en patota.
“Un grupo de presos rompió un candado e irrumpió en su celda
“Violación grupal: una mujer trans denunció que fue atacada en una comisaría porteña durante una revuelta
“La Justicia nacional investiga una denuncia por violación grupal presentada por una mujer trans, que fue atacada sexualmente en la comisaría vecinal 3A de la Policía de la Ciudad, en Lavalle al 1900, la madrugada del viernes pasado.
“La violación ocurrió durante una revuelta de los detenidos -que exigían ser trasladados a dependencias del Servicio Penitenciario Federal porque allí estaban hacinados-, que derivó en incidentes y destrozos de calabozos y baños.
“La denunciante “había sido detenida en flagrancia e infracción a la ley de drogas, una herramienta de criminalización a consumidorxs”, señaló el Centro de Estudios Legales y Sociales en un comunicado. De acuerdo con fuentes judiciales, la mujer, de 47 años, estaba alojada en una celda con una pareja de varones, cuando los amotinados rompieron el candado e irrumpieron. Tres de los detenidos que entraron al calabozo fueron quienes la atacaron, indicó la mujer.
“La causa por “abuso sexual” recayó en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 17, a cargo de Cinthia Oberlander.
“Voceros judiciales indicaron que la fiscal ya ordenó una serie de medidas y que la investigación busca identificar, entre los otros 21 presos que estaban en la dependencia, quiénes fueron los tres que cometieron la violación.
“La denunciante “estaba muy afectada emocionalmente, por lo que para su contención desde la fiscalía se le dio intervención a la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC)”, que depende de Procuración General de la Nación, detallaron las fuentes. La mujer ya recuperó su libertad, por lo que la fiscalía dispuso una consigna judicial para protegerla en su domicilio.
“Voceros del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño aseguraron que la misma comisaría vecinal 3A tomó la denuncia que inició la causa, y que los policías que revistan allí se pusieron a disposición de la fiscalía.
“Por su parte, el CELS advirtió que en la comisaría, al momento de la revuelta y la violación, “había 22 personas en la comisaría de la CABA, solo 11 colchones y ninguna ducha”. Además, indicó, “entre los detenidos, cuatro estaban por averiguación de ilícito, es decir que solo estaban detenidos por ‘sospechosos'”.
“Página 12
“30 de marzo de 2022”.


