Llama la atención que al día de hoy no haya provisión de agua corriente para las 10.000 familias que la demandan. Muchas de ellas habitan el bello distrito de El Challao y aquí hay otro dato que no se debe escapar: a la misma altura se encuentra el barrio Dalvian, que no tiene ningún inconveniente con el suministro del líquido vital.
Una vez más se nota cómo muchos trabajan para las diferencias, en vez de buscar ofrecer idénticos servicios a todos. Con esta situación se encuentra muy cómodo el Gobernador, me refiero a la de sostener la existencia de ciudadanos de primera y de segunda clase. Igual problemática padecen los vecinos de todos los barrios que conforman La Favorita.
Pero perdé cuidado que Suarez debe tener en cuenta que todos esos mendocinos no lo votan, mientras que los criterios con los que trabaja la UCR desde 1983 a la fecha son los de concentrarse en el municipio capitalino, cuyo gobierno detenta desde aquel año. En el centro todos los habitantes tienen agua corriente suficiente y sin cortes.
“Derecho vulnerado
“Miles de familias hacen “milagros” en Mendoza para acceder al agua
“Pese a que la mayoría de los mendocinos cuenta con agua potable de red, aún hay miles de personas a las que el acceso al recurso es por demás limitado. El caso de las familias que viven en barrios de El Challao es un ejemplo de las complicaciones que se generan por la carencia del servicio.
“De acuerdo a los datos del Índice de Privaciones Múltiples de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), hasta 2019, el 95,8% de los 434.841 mil hogares que hay en Mendoza cuenta con provisión de agua potable por medio de cañerías, mientras que el resto de las familias (al menos 2.609 hogares donde viven al menos 10.436 personas) deben ir a buscar el líquido vital fuera de la vivienda e incluso, en otros sitios ajenos al terreno en que habitan.
“En una provincia de clima semidesértico, marcada por una crisis hídrica que no muestra retracciones, la falta de acceso a los servicios básicos sigue afectando a miles de familias que afrontan a diario los inconvenientes de no contar con agua potable al abrir una canilla. Según los datos de Aysam, la empresa estatal a cargo del servicio de agua potable en Mendoza, en la provincia hay 414.424 cuentas o conexiones vigentes.
“Otro tanto, depende aún de los camiones de agua que son trasladados desde los municipios e incluso muchas veces deben recurrir a vecinos de barrios cercanos les permitan recolectar agua desde surtidores cercanos. Otro tanto, al menos 90.979 hogares es provisto del recurso vital a través de los servicios de al menos 140 prestadores comunitarios (asociaciones vecinales, cooperativas y entidades intermedias) que proveen de agua potable a zonas rurales o alejadas de diferentes sectores de la provincia, según los datos del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS). Por su parte, los municipios de Tupungato, Maipú y Luján de Cuyo son los que tienen a cargo la distribución del servicio en sectores puntuales, con una mayor cantidad de usuarios.
“Cuando el agua es un derecho de difícil acceso
“En zonas como El Challao (Las Heras), por ejemplo, cientos de familias pagan el alto costo de haber comprado terrenos en emprendimientos privados donde la provisión de los servicios básicos lleva décadas sin ser resuelta. Cuenta Carina Ruíz, vecina del barrio Sueños de María, ubicada en calle Regalado Olguín casi Champagnat, que allí, al menos 127 familias dependen en su totalidad del agua que les llega en camiones desde la Municipalidad de Las Heras una vez por semana.
“”Cuando llega el camión vamos a buscar el agua en baldes y tachos. La situación que tenemos en nuestro caso es que aquí hay muchas familias con niños pequeños y adultos mayores. Para bañarse, ir al baño, higienizarse, lavar platos o hacer la comida es todo un esfuerzo doble porque además hay que medir cada gota que se consume”, cuenta la mujer que tiene el tiempo acotado, pues para poder lavar la ropa primero debe juntar el agua en tachos para llenar el lavarropas. Pero esta no es la única dificultad que viven más cientos de personas de esta barriada.
“Cuenta Carina que más de una vez, las familias se han visto expuestas a contraer gastroenteritis y que las alergias en la zona están a la orden del día como consecuencia de la tierra que se levanta frente a la imposibilidad de aplacarla con agua. “Ayer, con el viento Zonda que corrió no se podía ni siquiera ver. Se complica mucho todo porque para cada cosa que hacemos se necesita agua”, recalca la mujer que en 2020 no tuvo otra opción que cerrar el merendero a través del cual ayudaba a las personas más necesitadas de la zona por el mismo motivo: la falta de agua.
“La ropa, asegura Carina, debe ser cuidada al máximo debido a los problemas para poder acceder a lavarla. “Muchas veces, las familias se van a pedir agua a los barrios cercanos que tienen un surtidor comunitario”, describe la mujer que en 2013 se fue a vivir al barrio tras comprar el terreno a un precio accesible. “Compramos a un privado y construimos la casa pensando en que íbamos a poder acceder a los servicios básicos; pero a pesar de todos los reclamos y pedidos todavía estamos en esta situación. Tampoco podemos urbanizar pese a que pagamos las boletas de manera rigurosa”, detalla Carina.
“La vecina de este barrio de El Challao, una de las zonas donde los loteos para construcción de viviendas avanzaron sin los adecuados controles y planificación, aclara que para distribuir los gastos y poder acceder al agua que llega en camiones, el barrio cuenta con un medidor comunitario, cuyo valor de la boleta es dividido entre las familias. “Acá todos pagamos bastante por un servicio que no nos alcanza a cubrir nuestra necesidades mínimas”, aclara la mujer que es mamá de dos hijos y en otras oportunidades ha tenido que vivir días enteros sin agua. “En 2020 nos pasó que tuvimos que soportar 17 días sin agua”, relata.
“Los barrios Cerro de la Capilla, Cerros Azules, Corredor del Oeste, Quintas de San Isidro y Villa El Challao, también forman parte de este gran emplazamiento de viviendas que fueron construidas hacia el pedemonte casi sin control. Los servicios, como el agua potable, también se distribuyen de manera escasa. Al menos 5 mil familias, equivalente a 10 mil personas, deben ajustarse al máximo a la hora de realizar las actividades cotidianas.
“El agua es un recurso que escasea por demás. “Al no tener estudios de factibilidad en el agua no podemos acceder a las propiedades. El agua llega en camiones cisternas y en las casas tenemos cisternas bajo tierra para poder proveernos, con todo lo que eso implica. Podemos contar con un límite de 10 mil a 20 mil litros por mes y por cada tanque pagamos 6 mil pesos”, describe Cristopher Olivares, presidente de la Asociación Villa del Challao y destacó que muchas veces los altos valores en comparación con la disponibilidad de agua, hacen que el servicio sea inaccesible para muchas personas. “Esta es solamente una parte de todas las problemáticas que debemos afrontar”, menciona el hombre al describir que las situaciones que les ha traído aparejado el hecho de haber comprado lotes a un privado “que no hizo los trabajos adecuados para garantizar los servicios”.
“Mdzol.com
“Zulema Usach
“26 de abril de 2022”.