Las reservas del Central
Las Reservas Internacionales son depósitos de moneda extranjera, controlados por el Banco Central, compuestos por diversas monedas de reserva, especialmente dólares y euros, al igual que el oro. Estos activos son usados por los bancos centrales para dar apoyo a los pasivos, por este motivo las reservas internacionales son un indicador de la capacidad del país para financiar sus importaciones, los compromisos financieros externos, y el conjunto de las relaciones con el resto del mundo. Actualmente son U$S 38 mil millones.
Además, deben cubrir al país de las crisis externas que generan los mercados de capitales. La crisis internacional de 1997, que se inició en Corea y se transmitió a gran parte del lejano oriente, lo hizo vía fuga de capitales, provocando forzadas devoluciones. Después de esta experiencia el conjunto de los bancos centrales incorpora fondos de significativa importancia para cubrir este riesgo.
Hay una serie de ítems que forman parte de estas reservas, pero de las que no se puede disponer libremente, como los encajes de los depósitos en dólares, los créditos especiales como el “swap” de China y el préstamo con el Banco de Pagos Internacionales. Así, las reservas de libre disponibilidad actualmente son solo de U$S 2 mil millones.
Claramente el accionar de los fugadores apunta a disminuir estas reservas, que están resultando escasas ante el constante desgaste de la fuga en sus diversas formas, con el objetivo de obligar al gobierno a una maxi devaluación. Hasta un artículo de Ámbito Financiero la estima en 110%.
Los medios formadores de opinión, no es válido definirlos como periodísticos porque no informan, repiten las simplicidades con que el mundo liberal forma el pensamiento económico de las mayorías, entre ellas el cálculo del “tipo de cambio de equilibrio”.
El golpe de mercado
Durante toda la presidencia de Alberto Fernández “los mercados” mostraron un tipo de cambio “blue”, ilegal, muy superior al oficial. Desde el primer día “los mercados” evidenciaron que son fuertemente opositores.
El origen del término “blue” se puede rastrear en la década del ochenta, cuando aún no existían ni internet ni los celulares, y las operaciones cambiarias se pactaban por línea telefónica. Pero como los recuerdos de la dictadura genocida estaban aún frescos, y los teléfonos se sospechaban intervenidos. no se mencionaba el dólar ilegal como negro, se hablaba del azul. Después vino la globalización, que culturalmente es una anglicanización, y el azul se hizo blue.
Dónde está el superávit comercial
La argentina tiene un amplio superávit comercial, en el bienio 2020-2021 se acumuló un superávit comercial de U$S 27 mil millones. Entonces ¿dónde está?
Es sabido el alto costo de la “formación de activos externos” (fuga, para los amigos), así como el de los servicios de la deuda pública (de la que mucho se habla) y también de la deuda privada de la que se habla poco y que en importante proporción es intra-empresa, es decir otra forma de llevarse las ganancias sin declararlas como tales.
Lo que tiene escasa difusión es la notoria diferencia entra las exportaciones de bienes y servicios que contabiliza el INDEC, que son las efectuadas, respecto de las que considera el Banco Central, que cuenta las cobradas, los ingresos de divisas. Entre estas dos mediciones oficiales se observa una diferencia de U$S 11 mil millones en estos últimos dos años. Esto constituye otro importante aporte explicativo a la pregunta de dónde está el superávit: no liquidan muchas exportaciones.
A todo esto se suma que los grandes productores agropecuarios, aquellos que cuentan con una fuerte posición financiera que les permite no vender su producción, han retenido es sus campos, en silo bolsas, cereales por valor de U$S 20 mil millones
Las sanciones económicas impuestas por Europa y EEUU a Rusia tuvieron un gran impacto en los mercados internacionales, particularmente en los de combustibles y de granos. El incremento de los precios agrícolas nos beneficia, porque las exportaciones cerealeras se hacen a un precio mayor, pero Argentina mantendrá un importante déficit energético hasta que la producción y transporte de gas y petróleo de Vaca Muerta no se haya desarrollado. Este déficit se vio multiplicado en 2022 por el incremento de precios, además de haber tenido un invierno particularmente crudo. Se ha estimado este déficit energético en U$S 100 millones diarios.
La ofensiva golpista ha tenido cierto éxito y hoy el stock de reservas sigue mostrando números preocupantes, con un total neto apenas por encima de los U$S 2.500 millones. Es necesario su urgente fortalecimiento para evitar una devaluación indeseada. Los anuncios de Massa apuntan a aumentar las reservas y evitar la maxi devolución forzada.
Reservas y explicaciones simplistas
Pese a la descompresión que generó el cambio de ministro, el tema no ha sido resulto, aunque los anuncios fortalecen la capacidad de control de la ofensiva golpista.
En el contexto del golpe de mercado las reservas de divisas internacionales pasan a ser noticia. No se plantea discutir cuál es la utilidad de estas, y por tanto cuál es el nivel adecuado de las mismas o cuándo son escasas.
Muy lejos de una discusión seria de política económica, los monetaristas, neoclásicos, libertarios o como los prefieran denominar, solo plantean la cuenta de almacenero que dominó la convertibilidad, “las reservas sólo sirven para comprar todos los pesos en circulación”. Los medios deformadores de la opinión pública lo replican infinidad de veces y parece que Joseph Goebbels tenía razón con aquella frase que se le atribuye: “miente, miente que algo quedará”.
Los formadores de opinión económica, desde Alvaro Alsogaray a la fecha, vienen taladrando las cabezas de los argentinos con cuestiones como que “toda emisión es inflación”. En 2020, en medio del encierro de la pandemia, el sustento de los argentinos encerrados se financió principalmente con emisión monetaria. Si hubo efecto inflacionario éste estuvo muy alejado proporcionalmente de la causa, no afecto, a los que apelan esos divulgadores. La realidad circula por canales diferentes.
Lejos de esta aritmética de primer grado del tipo de cambio de equilibrio, veamos qué sucedería si se compran los dólares, retirando los pesos de circulación. Nada mejor que un ejemplo práctico. En la Argentina del 2001 esto sucedió, hubo un continuo drenaje de divisas durante todo el año; ley de convertibilidad de por medio, cada retiro de dólares implicaba el retiro de de pesos de la circulación, con lo que el dinero circulante disminuía día a día.
A medida que el dinero en el mercado disminuía, las operaciones económicas también lo hacían. La función del dinero es permitir el funcionamiento de la cadena productiva. Sin él el encadenamiento se atasca: sin dinero no hay intercambio y sin intercambio no hay producción. El caótico último año de vigencia de la convertibilidad lo evidencia: sin medios de pago no se compraba ni se vendía. “Acepto pesos, Lecop, Patacones, cheques de viajero” anunciaban muchas vidrieras.
Estos simplificadores del mundo suponen que los precios son ultra flexibles y si analizaran ese momento dirían que deberían bajar los precios porque la moneda es más escasa (bajaron un escaso 2%), pero lo que su mundo simplificado no puede ver es que la incidencia se da en la producción real, en la ocupación. Pese a sus supuestos fue la ocupación la que varió, y en el ejemplo las cantidades cayeron un 11%, provocando una profunda crisis social.
Entre las simplicidades que pregonan estos formadores de opinión económica figura el cálculo de lo que llaman “tipo de cambio de equilibrio”. Consideran que la única función de las reservas es respaldar el dinero circulante, por lo tanto, si dividimos la base monetaria por las reservas encontramos el “tipo de cambio de equilibrio”, donde con las reservas se puede comprar todo el circulante. Es una cuentita que hasta Manolito de Mafalda es capaz de hacer, y según publicó Ámbito Financiero el 3 de agosto pasado, da $ 289. [1]
Pero ni las relaciones económicas internacionales ni el funcionamiento del sistema de intercambio típico de una sociedad capitalista son incluidos en sus simplificaciones. Mucho menos les importan las socialmente atroces consecuencias de implementarse su propuesta final (dólar a $ 289), una devaluación del 110 %
Esta rudimentaria cuenta les permite afirmar que es necesaria una brutal devaluación del 110 %, lo que supone que salarios y jubilaciones se reduzcan a menos de la mitad, porque en Argentina el pass through, el traslado a precios de una devaluación, es casi automático. Las consecuencias sociales de sus propuestas no son parte de su discurso.
El cambio de timonel
El heterogéneo conjunto del Frente de Todos acordó un cambio de gabinete, donde el ministro de economía es más un coordinador de área, que un implementador empapado en los detalles.
En su primer discurso anuncio el sentido de las medidas como controlar la inflación, aumentar jubilaciones y salarios de bajos ingresos, o las políticas de promoción del desarrollo de ciertos sectores productivos; pero dejando el detalle, la medida exacta, a sus subordinados.
A diferencia del ex ministro Martín Guzmán, que exhibía logros académicos y calidad técnica, Sergio Massa se plantea a la sociedad como un político experimentado capaz de timonear en medio de la tormenta, no un mero técnico, aunque obviamente acompañado de un equipo con fortaleza técnica.
El principal anuncio del ministro son las medidas para domar la corrida cambiaria, que debería repercutir en la disminución de la inflación que la especulación financiera desató.
Anunció haber obtenido fondos para un gran fortalecimiento de las reservas: adelantos de los exportadores (U$S 5.000 millones), créditos de los organismo financieros internacionales y créditos de los bancos privados garantizados con títulos públicos (llamados Repo).
Además del fortalecimiento de las reservas del Banco Central se reprogramó voluntariamente el 60% de los vencimientos de deuda pública en pesos. Esa masa de vencimientos financieros presionaba por mayor tasa de interés, o se va al mercado cambiario. Algunos habían propuesto un nuevo Plan Bonex, conversión forzosa de colocaciones de corto plazo por títulos públicos, con ese mismo fin. El anuncio muestra avanzar hacia el mismo objetivo, pero sin medidas autoritarias.
Se espera calmar al mercado cambiario, controlar el golpe de mercado. Desde al anuncio de cambio de ministro la corrida cambiaria bajó un cambio, el golpe de mercado está ahí, esperando un mejor momento.
Lo difícil será hacer un gobierno “decente”, pero decente para los que lo votamos, no decente para los oligarcas rentistas (sea renta agraria, monopólica o financiera), que siempre defienden lo mismo, maximizar su renta a costa del empobrecimiento del conjunto. Decente significa que cumple el mandato electoral original, dinamizando el mercado interno y ampliando la inclusión.
Columnista invitado
Hugo Castro Pueyrredón
Licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1993. Trabaja en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación desde 2004 como asesor en temas económicos del Frente de Todos. Especializado en el rol del Estado en la economía, finanzas públicas y análisis presupuestario. Participa en la evaluación de diversos proyectos de inversión. Además, ejerce la docencia universitaria en la UBA desde los años ’90.
Notas
[1] https://www.ambito.com/finanzas/dolar/prueba-devaluacion-atraso-cambiario-o-equilibrio-n5499380