Emociona el camino que acaba de tomar el pueblo colombiano con el triunfo del Presidente Gustavo Petro, un hombre de la izquierda con vasta experiencia política. Su programa de gobierno parece un sueño que ojalá pueda llevar adelante. Mucho de lo que ha planteado perfectamente podría suscribirse por parte de cualquier latinoamericano. Recuperar las banderas de la dignidad y la soberanía.
En un contexto de giro a la izquierda del subcontinente, se ha encendido un nuevo faro en la región. Falta poco para el triunfo de Lula, nuevamente, en Brasil. No han podido con el proceso revolucionario venezolano y otras varias naciones siguen estas mismas premisas. En este contexto el lawfare quiere llevarse puesta a Cristina Fernández, Vice Presidenta de la Nación. Quieren encarcelarla sin pruebas.
Por todo esto es indispensable seguir con detalle lo que ocurre en esta parte del mundo, al tiempo que el imperio yanqui se cae a pedazos. No se van a entregar tan fácilmente y aún deberemos sufrir muchos mas avatares vinculados a sus procedimientos mafiosos, sostenidos en la represión y la desinformación. Hay mucho por hacer aún en la senda de la Patria Grande.
“El gran desafío social y una condición para la paz en Colombia
“Reforma agraria, una audaz promesa de Petro
“Es una reinvindicación histórica en un país con décadas de desplazados de sus tierras por el conflicto armado. Se trata de diez millones de hectáreas.
“La promesa de una reforma agraria del nuevo gobierno de Gustavo Petro genera esperanzas en el movimiento social e indígena de Colombia. Y se puede avanzar cumpliendo con el Acuerdo de Paz entre el Estado y la guerrilla de las FARC, que establece un catastro multipropósito, la formalización de la propiedad de cerca de siete millones de hectáreas y la entrega de tres millones de hectáreas a pequeños y medianos productores.
“El largo conflicto armado impactó en el campo, con el forzado desplazamiento de comunidades y la concentración de tierras. El gobierno de Petro cuenta con seis meses para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo, en el que estará contemplada la reforma agraria y su proyecto de país. El presidente y la vicepresidenta Francia Márquez señalan que las organizaciones sociales deben ser las protagonistas de la discusión con el sector agropecuario, que seguramente opondrá resistencia. Hasta ahora, las mesas de discusión legitimaban los planes de las élites.
“El Acuerdo de Paz firmado en La Habana funciona como marco normativo, explica Diego Carrero Barón, economista e investigador, docente de la Escuela Superior de Administración Pública. “El acuerdo de noviembre 2016 estableció que durante siete años se desarrolle un catastro multipropósito que determine la condición jurídica de las tierras, quénes son los propietarios, qué características tienen, cuánto valen. El 28 por ciento del territorio es un agujero negro, el 68 por ciento no está actualizado, la información catastral es vieja: se necesita información del mundo rural”.
“Entre el 2018 y 2022, gobierno de Iván Duque, el avance fue mínimo señala el investigador. “Ni el catastro ni la formalización de la propiedad avanzaron. Está en un mínimo todo. No hubo voluntad política. Se dispone de un 0,4 % del PIB colombiano para el catastro. El Acuerdo de Paz dice que se deben formalizar siete millones de hectáreas y entregar tres millones de hectáreas a pequeños y medianos productores”.
“El nuevo gobierno progresista se compromete a implementar el pacto con las FARC, que también incluye la puesta en marcha de 16 programas de la reforma rural integral y la reorientación de los programas de desarrollo con enfoque territorial que deben favorecer a 170 municipios afectados por las disputas de los grupos armados.
“Dicho acuerdo de paz incluye otro factor que hace a la tierra: unas 99 mil familias firmaron el compromiso de abandonar el cultivo de coca (hay en Colombia 160 mil hectáreas de esa planta) y el Estado se comprometió a un programa de sustitución de cultivos.
“Alimentos y energía
“Para Jairo Estrada Álvarez, profesor del profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, una reforma agraria es una medida a mediano y largo plazo que va de la mano de otras, también de alcance estructural. “La puesta en marcha de una reforma agraria integral, que concuerda con las disposiciones establecidas en el Acuerdo de Paz, debe ir acompañada de un proceso de descarbonización del régimen de producción existente en Colombia y el propósito de orientar la actividad agrícola hacia la producción de alimentos”, dijo a PáginaI12.
“Sobre ésto último, Estrada Álvarez explica la urgencia de producir alimentos. ” El país atraviesa por una situación de ausencia de soberanía alimentaria y de crítica seguridad alimentaria. Actualmente se importan más de 14 millones de toneladas de alimentos; se espera que como resultado de la reforma agraria el campo colombiano pueda orientarse hacia la producción de alimentos. En ese aspecto, deben destacarse dos cosas: la exigencia para que el latifundio improductivo, dedicado al pastizaje de ganado, se vea comprometido a mostrar productividad; y la idea también que las comunidades campesinas y de los pueblos indígenas y afrodescendientes sean partícipes directos de esos procesos”.
“Coincide Carrero Barón coincide en el enfoque en diálogo con este diario y agrega datos. “Actualmente 20 millones de hectáreas son para producción agrícola: entre 6,5 y 7 millones se utilizan, pero 13 millones de hectáreas son improductivas pese a tener potencial. Por eso, en el centro del debate está transformar al campo: que se vuelva productivo, transformar los usos del campo. La reforma agraria se debe dar junto a la discusión sobre soberanía alimentaria y una transición energética”.
“En esa línea, el profesor Estrada Álvarez señala que es necesario redefinir el patrón energético sustentado en energía fósil. “La idea de una descarbonización de la economía supone habilitar las condiciones para transitar hacia otros tipos distintos de generación de energía a los predominantes en nuestro país basados en el carbón y en el petróleo”.
“Con todo, es evidente la expectativa en el mundo popular ante una reforma históricamente postergada. Como expresa Alberto Contreras, de Control Social Climático, acompañante de las comunidades indígenas Sikuani y Piapoco, víctimas de la guerra en la Región de la Orinoquía colombiana. “Hay gran esperanza con el nuevo gobierno y hay señales acertadas como el nombramiento de Giovani Yule en la Unidad de Restitución de Tierras. Esperamos que a la Agencia Nacional de Tierra lleguen personas consecuentes con la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas”, dijo a PáginaI12.
“Contreras agrega: “existe un proceso de recuperación de tierras. El Acuerdo de Paz tiene un capítulo étnico que reconoció que las víctimas indígenas sufrieron graves hechos como homicidios y reclutamiento forzado y por eso se les debe devolver las tierras ancenstrales. Las etnias de la Orinoquía sufrieron el despojo de 40 mil hectáreas de sus tierras ancestrales por extranjeros menonitas dedicados a la deforestación y a los monocultivos de soja y maíz. Al parecer, son parte de una estrategia de lavado de activos del narcotráfico y han ocasionado grave deforestación, daños en el Río Bucco y Rio Guarrojo, que afectan la seguridad alimentaria de los pueblos indígenas”.
“Sin duda, el movimiento social y popular que acompañó a Petro en la campaña estará esperando que las promesas de cambio se materialicen.
“Pagina12.com.ar
“Mercedes López San Miguel
“9 de agosto de 2022”.
“Primeras medidas de Gustavo Petro, primer presidente de izquierda en la historia de Colombia
“-Ley contra el hambre y renta básica universal.
“Es fundamental en un país de 50 millones de habitantes que el neoliberalismo deja con 40 por ciento de pobreza, 11 por ciento de desocupación y 10 por ciento de inflación.
“-¿Cómo lo va a financiar?
“Aumentar el 1 por ciento de impuestos a las grandes fortunas, principalmente a 4.000 personas súper ricas. Con ese impuesto buscará recaudar unos 12 mil millones de dólares, equivalentes al 5 por ciento del PBI de Colombia.
“Aclaración: en Colombia, el 10 por ciento de la población acapara el 70 por ciento de las riquezas.
“-Prohibición del fracking y matriz energética sin carbón y sin petróleo en el futuro.
“En momentos en que la vieja y vetusta Europa vuelve al carbón, por la guerra que ella misma provocó.
“Colombia caminará hacia un futuro verde, sostenible y sustentable.
“Por algo, la vicepresidenta es Francia Márquez, militante ecologista.
“-País paritario en cuanto a género. Márquez también es militante feminista y afrocolombiana.
“-Fin de la supuesta guerra contra las drogas. El presidente dijo que en 40 años, lo único que se logró con ella es dejar un millón de latinoamericanos muertos.
“La gran pregunta es qué sucederá con las 7 bases militares yanquis que se instalaron durante el gobierno de Álvaro Uribe, con la excusa de la “guerra contra las drogas”.
“-Reforma Agraria. Éste es un punto fundamental para el éxito de su gestión.
“Como todos los países latinoamericanos, el campo es esencial. Pero el verdadero campo, el sector agrícola, el campesinado, no el latifundio y los pocos terratenientes que se hicieron dueños del campo a partir de un delito y una violencia originaria.
“En Colombia, el 1 por ciento de las explotaciones agrícolas tiene el 80 por ciento de las tierras.
“Encima, la geografía condiciona al país, con selvas de un lado y montañas del otro lado.
“Pero quizá, esa realidad de que no tenga tierras tan fértiles como Argentina, hace que los terratenientes colombianos no tengan la fuerza ni económica ni política que tienen sus pares argentinos. De hecho, aquí hablar de una Reforma Agraria generaría lisa y llanamente una guerra civil.
“En Colombia, para que esto prospere será básico que Petro pueda reactivar el proceso de paz con las guerrillas (FARC y ELN) que Iván Duque congeló, por motivos políticos y económicos.
“Millones de desplazados podrían retornar a sus tierras, se intentarán formalizar los títulos de 7 millones de hectáreas y repartir 3 millones de hectáreas improductivas.
“¿Cómo se logrará?
“Un plan de catastro serio multipropósito, para saber a ciencia cierta cuántas tierras improductivas hay, de quién es la tierra, cuánto vale y si los títulos son bien comprados o no, etc.
“Además, se va a fomentar la productividad de la tierra, en un país que hoy importa 14 millones de toneladas de alimentos por año, pero que podría tener soberanía alimentaria.
“Otra medida será reconvertir los cultivos de coca. En Colombia, la coca no es tan importante social y culturalmente, ni tan sagrada como lo es en Bolivia o Perú. Se puede intentar reconvertir 160 mil hectáreas de coca para que produzcan alimentos, y eso involucraría a 100 mil familias.
“Actualmente hay 20 millones de hectáreas productivas y 13 millones de hectáreas improductivas.
“Además, Petro encarará ambiciosas reformas en el Poder Judicial y en las Fuerzas Armadas.
“Hoy tiene amplio apoyo popular. Será fundamental mantenerlo y potenciarlo, con el pueblo movilizado, discutiendo un proyecto de país distinto. Que no todo se cocine en ámbitos palaciegos. Esa será la única manera de enfrentar la embestida reaccionaria que seguramente va a venir desde los poderes fácticos que han manejado Colombia siempre: el poder económico, las distintas mafias, el poder mediático, el judicial, la Iglesia y, sobre todo, el poder militar.
“Mariano Saravia
“Periodista”.