Franco procedía de Roma aunque su familia era originaria de Calabria y pertenecía a la -n’drangetta, mafia local, por entonces, que es hoy la mas internacionalizada y criminal del planeta-; mafioso de nacimiento era -también-, balilla.
Mafioso y balilla, pero muy discreto, lo cual le permitió desarrollar su derrotero en la Argentina. Sus hijos, nacieron mafiosos y le hacen honor al fascismo. “Que parezca un accidente”, o que se suponga que el autor del magnicidio, sea un loquito, o un lobo solitario.
No obstante e inevitablemente, todos los caminos, cuando se trata de corrupción, de asesinatos individuales, o en grupo; de narcotráfico; de pornografía, trata de personas y/o prostíbulos; además de evasión y fuga, como de contrabando y los delitos que se te ocurran, no tengas dudas, todo, todo conduce al mismo mafioso.
Lo defienden y se complotan -con él-, Clarín; La Nación, Perfil y 400 medios corporativos más, además de los jueces y la embajada. Todo el gran rufianaje; toda su ralea, lo respaldan y protegen. Pero hoy pese a Capuchetti, la jueza colocada por él -como una legión mas- y su obligada lealtad, van apareciendo pruebas, que lo terminarán incriminando, en el caso puntual del magnicidio.
Poco antes, su custodia, había denunciado, ante Capuchetti, amenazas de muerte. Es muy obvio; son muy obvios. Luego de veinte años de intentar, primero, un fusilamiento mediático; luego, en ámbito tribunalicio viscoso y cenagoso; infame, fusilamientos judiciales, sin pruebas, es decir, sin balas, delincuentes incalificables (dos fiscales y jueces), intentan, sin siquiera leer una página de un procesamiento ya caído, hace tiempo, tras monólogos de un guión vacío, leído por días, con una actuación teatral que espanta, el fusilamiento desde la nada misma, mientras el patrón, ya había echado a andar las operaciones, para que un magnicidio (la tercera es la vencida), terminara con la existencia de la ex Presidenta.
Ello, porque estaba a la vista que la patraña de los miserables fiscales, moría antes de que se implementara. No iba a poderse avanzar, cometiendo tal felonía. menos -aun-, con la propagación de un interminable discurso, pueril y elemental, poblado de miles de inexactitudes y a los gritos.
Se ha hecho carne, en todos ellos, comenzando por el mas ruin de los ruines, que cree que esta mugre no terminará nunca. Es cierto que, desde hace seis años y ocho meses, es el dueño del país, pero, también es cierto que la actitud de todo el malandrinaje que lo acompaña -como la de él mismo-, denota una honda y grave preocupación. Por ello, todos mienten, profusamente y tratan de desviar todas las investigaciones y contactos.
Seguramente, cuentan con una jueza que hará lo imposible por “encapuchar” cada pista que surja. Lo vimos al comenzar, con el “cantado” esfuerzo de contaminar las pruebas que pudiera arrojar el celular. Y así lo hizo, pese a que toda la población pensante, sabe que -gracias a su jefe-, el espionaje es una práctica permanente del grupo mafioso y la manipulación de celulares, una pasión sado-masoquista.
Lo mas penoso, de este menú intoxicante, es que mucho de esto -de todo-, ocurre, porque alguien se negó a gobernar, durante mas de dos años y ocho meses, con funcionarios que no han funcionado, ni lo hacen; todos ellos, funcionales a esta miserable expresión opositora.
Muchos de ellos, son opositores, que permanecen en la función pública. Lo que deben saber -propios y extraños-, es que -a la jefa del movimiento nacional-, la acompaña y la defiende todo el pueblo pensante (la agreden todos los que tienen el cerebro lavado y son la masa amorfa de nuestro país).
Ese pueblo, es el que salió a la calle, en todo el país, con la cabeza de los “dirigentes”, que se escondieron vilmente, tras un “estado de alerta” que está a la vista. Las pacíficas manifestaciones, respondieron a la propia auto convocatoria de argentinas y argentinos, bien paridos y con sentido de Patria.
Por mas vuelta que le den, nosotros no estamos solos, ni los precisamos. Ustedes están absolutamente solos y sin retorno. Por debajo de la mesa, están juntos, aunque en soledad. Y el pueblo lo sabe, los identifica. Propios y extraños, que van por esa senda y por la avenida del medio, ya están desnudos y -reitero-, no hay marcha atrás.
Los crímenes, la corrupción y las actividades antiargentinas, los pueden. Son cipayos, mercenarios, o sicarios. Sepan que este pueblo estará siempre luchando por la victoria y la logrará, mas temprano que tarde. El delito no paga. La traición, tampoco. Nuestra Patria, no posee barras, ni estrellas.
9 de setiembre de 2022
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.