Solsticio de invierno
Otro viaje al fin de la noche
Parte 4
(viene de la edición anterior)
Años de estudios de tarot y astrología me han llevado a la certeza que todo está relacionado. Como es arriba es abajo, sentenció Hermes Trimegisto cuya existencia histórica es dudosa, pero sus saberes han sido transmitidos de generación en generación por los que saben.
Sólo al viajar a Catriel para la Feria del Libro el año pasado comprendí por qué se kemó mi amado camperón. NO HABÍA COLECTIVOS QUE UNIERAN LOS DOS PUEBLOS PETROLEROS, SEPARADOS POR EL RÍO COLORADO. Menos bondis que antes de la pueblada.
Le había regalado mi hermoso poncho con lana hilada y teñida con yuyos a mi sobrina que estudió en Canadá para ser partera. Seguía el camino de su abuela de impulsar el parto natural, respetuoso de la mamá y el bebé. Y al lavarlo en el lavarropas con agua calientre se hizo un mazacote de lanas apelmazadas me contó, luego.
Todo ha sido absolutamente al dope, sentí con esa tristeza absoluta que me sumerge en ese sueño de “la petit morte”.
Hasta que esa mochila del inodoro que pierde agua goteando mañana, tarde y noche, sin tener arreglo alguno, otra vez me levanta. Para kines hemos padecido la carencia de agua potable y cloacas en la zona rural una gotera es la tortura china de la gota de agua taladrándonos el coco.
Debe ser el espíritu de mi hermano, víctima de la iatrogenia psikiátrica con siete intentos de suicidio comprobables, en el neuropsi mendocino.
-Siete constan en la historia clínica- fue una de nuestras últimas e indispensables conversaciones telefónicas.
Era cuando esa noche al llamarlo, le pregunté cómo estaba.
-“Viernes 3 A.M.”- susurró.
Ese tema de Charly García, que tantas veces escuchamos y cantamos juntos en los tiempos de Serú Girán, expresa mejor que nada esa angustia atroz del intento de suicido que avanza, inexorable.
Supe su angustia de trabajador independiente sin cobertura social alguna. Si estoy deprimido, no tengo ganas ni de levantarme… Y si no trabajo ¿cómo voy a comprar esas pastillas que son carísimas? Era después de una internación salvado milagrosamente por Evelyn y mi hermano que lo llevaron urgente al hospital.
Pudo conseguir de un laboratorio esa medicación, gratis, con su firma que lo autorizaba y estudios de sangre cada día. Pero esa medicación o la dosis, lo llevaron a casi la muerte, otra vez.
-¿Por qué lo enviaron de regreso? Si al menos hubiera estado en una internación, controlado…- eran las preguntas a Evelyn.
Es por eso que intento que todos los que trabajan aquí tengan esa mínima cobertura social que ahora se ha logrado en estos años k.
Debe ser la angustia de los inundados, supuse, a la madrugada. Las aguas bajan, turbias, llevándose años de luchar por su vivienda propia. Cuidando y pintando cada año, para ver que las aguas se llevaron las fotos, los recuerdos, únicos e irremplazables. Los muebles quedaron un estropicio total, como los colchones, las sábanas y frazadas, la ropa. Y luego, al bajar la inundación, todo lleno de alimañas, sólo queda la suciedad impregnando todo.
-Y la basílica de la virgencita- se preocupaba abuela en el sueño. -La habíamos dejado hermosa trabajando con amor y otra vez…
-Son los infames de la contra que nos kieren hundir antes de la elecciones -le explicaba papá-. Los sojeros que hicieron mil canales para desviar las aguas. Y los dueños de los countries y barrios privados que levantaron terraplenes en sus terrenos.
El tío Ramiro Costa, el hermano de mamá, ingeniero hidráulico, intentaba explicar con su calma y sabiduría que el problema era que habían limpiado los canales aguas arriba y que tendrían que haberlo hecho desde la desembocadura.
Papá, indignado, vociferaba:
-Ese salame que pusieron al frente solamente por carilindo, es un quintacolumnista, le está haciendo el juego al candidato de los otros.
Abuela le prendía velitas a la virgencita y pedía que le rezáramos unos rosarios, de rodillas. El tío, con ese aire de agnóstico tan de la familia del abuelo Horacio, socialista, la miraba con esa sonrisa tierna que recordaba de hace años. Como sintiendo la imposibilidad de explicarle de títulos truchos de inyenieris y funcionarios polirrubros. Tío Ramiro tenía su promedio altísimo como ingeniero egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, contaba papá que había sido expulsado en la revolución “libertadora” y era criticón de los egresados en ese tiempo. Pero al tío lo respetaba.
-Es el tema de la psicología perruna y gatuna- explicaba Roby, en Baires. Era el año 1980, Año Internacional de los Discapacitados o algo así. Su novia, luego de unos viajes a Europa como hippie y haber pasado por terribles experiencias, quedó con un diagnóstico de esquizofrenia crónica. Como el mío, entonces. Ella había conseguido los derechos a la pensión y a los pasajes. Entonces yo solo luchaba por salir adelante, sin darme por vencida, intentando todo tipo de terapias.
-Los gatos no son giles. Si a un gato se le hace algo, araña. En cambio, los perros parecen lo que dice Nietzche del amo y el esclavo. Los perros solo acatan y obedecen. Si el amo los trata bien, mueven la cola. Si los maltratan, solo bajan las orejas y…
Kién no está tranki es Manchita, la dálmata. Falta laburo para los hijos pur sang, supongo. Andarán yirando con título bajo el brazo, dejando sus currículums por allí. Solo recibiendo la misma cantinela: ya lo llamaremos.
Tenía que ser antes del final del partido de Boca, obviamente. Porque era lo que necesitaban los bosteros… LA PRUEBA INDUDABLE, DELANTE DE TODAS LAS CÁMARAS… Las imágenes repetidas, estudiadas por todos los HIJOS que se preguntaban ¿por qué soy como soy?
Nadie podía ubicarlo al que te jedi… Missing, desaparecido en acción de borrarse… Se hablaba de LA FUGA… Que los esperaban los eurodólares, decían unos; que eran petrodólares, decían otros y que la guita estaba oculta en algún lugar top secret del extranjero…
Entonces, la cita fue en la plaza… TODOS A LA PLAZA… Pasándose la data por washap y twit…
-Se dice que…-.
-Vamos a verlos a todos allí…-.
Y los fueron convocando, de a uno, a este y aquél…
TODOS JUNTOS, ALLÍ, ARRIBA, A LA VISTA DE TODOS…
Y la figurita más codiciada era… Figuretti, al que nadie sabía dónde y cuándo encontrarlo…
El tema fue la coincidencia del solsticio de invierno con la luna más grande del siglo. Sol en Cáncer, Luna en Capricornio…
En el largo tiempo de la inmensa luna fueron apareciendo las imágenes del Brasil con sus marchas de más de un millón, dijeron, de indignados por la situación del transporte público, la salud y la educación del país más avanzado de América Latina.
Se sentían los chisporroteos de las fogatas rituales en todo el país y en los viajes del turismo local, las apasionadas discusiones de las próximas elecciones. Mientras los Figurettis se intercambiaban los roles como figuritas para la ubicación en las listas; por abajo, en las bases, las polémicas se sentían en esas charlas de amigos y parientes.
Definitorio fue cuando San Martín de San Juan se fue al descenso justo el día de su provincia, en las fogatas de la Noche de San Juan para los unos, del Año Nuevo Mapuche, para los otros.
Los historiadores sabemos de la multicausalidad de las revoluciones a lo largo de los tiempos. Nunca existe una sola causa… Siempre hay una sumatoria de factores que logran esos cambios absolutamente indispensables que hacen que nada sea como fue antes.
Los que entienden de astrología lo atribuyeron a esa luna, inmensa, justo después del día del padre… Las ausencias de los pater familiae, ocupadísimos por las elecciones y su lugar en las listas se dividía en los apasionantes debates por el club que podía irse al descenso y el tema de si fue el portero o el padrastro quién asesinó a Ángeles y si antes fue violada o no. Todas las descripciones morbosas en un horario que cualquier madre supondría serán unas clases para femicidio mucho más interesantes que los libritos de la colección LA CIENCIA QUE LADRA.
Según mi simple ojeada por “Trapito”, el único kiosco que tiene de todo, parece que la ciencia no tiene mucho rating pese a las geniales clases por la Tele Pública de Diego Golombeck. Compré otro ejemplar del excelente librito de antropología “El teorema del patito feo, encuentros entre la ciencia y los cuentos de hadas” para regalárselo a la Guby. Aunque me parece que la orientación de su facu le impedirá apasionarse como a mí.
Pero fue un milagro que aparecieran los libros de papá, los tres tomos venerables de “La edad de la fe” de Will Durant, que ya en mis años de universidad eran subestimados por esa onda chusmeta y el lenguaje tan poco académico. Es justamente por lo que me apasionan los libritos “La ciencia que ladra” de la Universidad de Quilmes. Ese lenguaje coloquial para temas tan profundos como el de “Científicas: cocinan, limpian y ganan el premio Nobel y nadie se entera” que solo he ojeado, absolutamente indignada con el ninguneo de las mujeres tanto en la ciencia como en los estratos del poder. Lo demuestran las reuniones de los políticos por la tele. Muy pocas voces femeninas, parecen floreros la mayoría, bellas y mudas.
Pero se sienten las voces inteligentes de las periodistas que comentan qué pasa en el PT brasileño, con aire de “CUANDO VEAS LAS BARBAS DE TU VECINO CORTAR, PON LAS TUYAS A REMOJAR” que era una de las frases preferidas de papá.
Solo les dejan un ratito de aire, con esos comentarios tangenciales de por qué allá, en Brasil, están indignados por la guita para el Mundial de Fútbol. Gastando millonadas mientras hay otras imperiosas urgencias en salud, educación, vivienda, seguridad, ecología, trabajo juvenil, femicidios… seguro mirando al conductor del programa como diciéndole ¿y por casa cómo andamos?
Porque justamente akí, mucho antes, ya hubo marchas multitudinarias de INDIGNADOS con la única respuesta muda de la sordera de arriba.
Eso me llevó a leer la biografía de Gandhi que me prestara Marcela, mi amiga y compañera del proyecto de editorial artesanal de casi ningún libro vendido. Ella, aunque no hizo aún la secundaria, es tan sabia…
Justamente la “Autobiografía” de Gandhi fue uno de esos libros clave en mi vida, en los tiempos lejanos de bulimia intelectual. Su “SATYAGRAHA” me iluminó durante largos años de naturismo y no violencia. Que dejé recién cuando por segunda vez estuve al borde de la muerte, en el ranchón. Describí en “Caleidoscopio”, creo, ese momento en que me sentí un canario en medio de tigres cebados que me llevó, en ese momento, a retomar el comer algo de carne, cada tanto.
Recuerdo aún cómo me conmovió la peli “Gandhi”, que, mucho después, elegí para mostrarles a los chicos de la secundaria cómo en el siglo XX hubo revoluciones diferentes. Vimos la revolución china con la peli “El último emperador” para describir el autismo de la familia real en la Ciudad Prohibida de Pekín, mientras el pueblo parecía tener el destino de los cartoneros porteños, acarreando bultos inmensos a tracción humana. Y la de esa pareja de Vietnam en los tiempos de los franceses, la contraposición del lujo ominoso frente a la absoluta miseria del pueblo en esa peli cuyo título no recuerdo.
Y para la otra gran revolución mundial del siglo XX, los cambios por la vía pacífica, la peli “Gandhi”, en la India. Entonces llegaba la infaltable pregunta de los pibes…
-Pero lo matan… Entonces, ¿para qué tanta lucha pacífica?-.
Debe ser el tema de beber el agua de mar que me recordó su gran marcha de la sal. Porque los ingleses ni siquiera les dejaban sacar su propia sal del mar, como lo habían hecho desde siempre.
Pero creo que si en algo da resultado beber cada día el agua de mar, es para ir recuperando algo de la memoria perdida. Una parte de agua de mar, tres de agua filtrada y jugo recién exprimido de medio limón,. O una cucharadita de bicarbonato con agua y limón recién exprimido, para alcalinizar tantos alimentos ácidos, una de las causas del cáncer. Aunque otros autores dicen que en realidad es por el rencor, lo no expresado.
Coincidió con el reencuentro de los libros perdidos de “La edad de la fe” de Will Durant. Recordé cuáles eran los libros de ese período de la vieja EUDEBA, cuando eran tan baratos los textos universitarios. Había comprado, entonces, esos dos libritos “Mercaderes y banqueros” y “Trovadores y cortes de amor” del autor cuyo nombre recordaba y ahora se me fue…
Pude evocar qué decían y comentárselos a la Hiki, aunque los libros estuvieran perdidos vaya a saber dónde en ese desguace de toda mi biblioteca universitaria.
Tal vez hayan sido esas extrañas coincidencias del agua de mar y leer la biografía de Gandhi para recordar esa imagen atroz de la peli, donde se ve al pobre viejito golpeado salvajemente una y otra vez. Y cuando los golpeadores se cansaban, simplemente eran cambiados por otros que seguían golpeando con saña. Allí se me hizo el click.
En la resistencia pacífica gandhiana se enfrenta a sádicos que sienten que aumenta su poder ese reclamo de millones y ellos, totalmente sordos, deben sentirse emperador de la China Imperial antes de Mao Tse Tung.
Lo vimos con el tema del tren Sarmiento. ¿Hay algo más conmovedor que los métodos totalmente pacíficos y sensibles del padre de Lucas y sus seguidores? Plantaron árboles que algunos fueron rápidamente arrancados, por ejemplo. No puedo siquiera imaginar ese dolor, cuando una vez más, el accidente se repitió en otro tren de la misma línea, del Sarmiento.
Como si nada más que agua haya pasado bajo el puente de los que deciden. ¿Para cuándo la reactivación de la industria ferroviaria nacional? En el programa “Universidad Activa” o algo así, de Avelino Porto con su aire tan parecido a Yabrán, como al director de la Biblioteca Centenario de San Antonio Oeste, que está en las fotos del primer Encuentro de Escritores en Las Grutas -me ubiqué a su lado en las fotos, para que supieran de quién hablaba…-. Explicaron un proyecto muy interesante de unos centavitos del valor de la nafta directamente para unas redes de autopistas y subterráneos que permitirían que los de Moyano puedan apoyarlos en el Congreso, por eso de las autopistas, mientras los amantes de los trenes, como es mi caso, podamos coexistir pacíficamente. Y arriba de los cruces, unos puentes para peatones para evitar que haya algunos que decidan una carrera de cuántos peatones han estrolado para las apuestas de otros.
Porque el tema clave es salir de los dilemas que son la elección entre blanco y negro, olvidando que además de la amplia gama de los grises están todos los colores del espectro solar, que son justamente los siete colores de los pueblos originarios, del cooperativismo y de la bandera de lucha por los derechos civiles de todos.
A eso del mediodía, veo por un canal, cómo se tortura a unas mascotas. Yo podría presuponer que allí hay algunos gérmenes de psicópatas, si tuviera la posibilidad de hacer esos test que estudian los psicólogos. Podrían intentar con kienes los filmaron y los mostraron algunas de las terapias del libro “Manos que curan” porque dice esa científica con formación en física que sí tienen cura los psicópatas. Allí explican cómo.
Pero ya solo me kedo con la otra posibilidad, mucho más concreta y factible, de hacerles a los responsables de mostrarlo en ese horario, unas flores de demandas de amantes de las mascotas o respetuosos de las leyes de los derechos de los animales, que suena mucho más digno. Exigiéndole al canal la guita para hacer en cada lugar donde haya personas que kieren a los animales y hayan tenido que bancarse ese programa, algunas de esas granjas con todos los requisitos, como dicen que es “El refugio” en Estéban Echeverría, cerca de las piletas de Ezeiza.
Porque justamente lo que aprendí de la vida de Gandhi es que, más importante, más energética que la resistencia pacífica y pasiva es la NO VIOLENCIA ACTIVA.
Como la construcción de los hospitales, maternidad y uno de odontología, construido por la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, para el municipio de… Todo listo, las leyes correspondientes, los materiales, profesionales, absolutamente todo, con las flores y las cintas con moñitos, para que solo quede a los funcionarios la ceremonia y los discursos alusivos. Y como la salud pública es un deber del Estado, saber que en el algún momento llegará el retorno de la guita de la marañasa burocrática, porque habrá otros compañeros que estarán en ese tema. Para luego invertir en otro sitio donde algunos kieran hacer realidad los sueños de tantos.
O ese santuario natural San Guillermo, de espacios salvados de la guadaña de negocios infames de madereros o sojeros. Cuidados por kienes entienden tanto el manejo de los recursos naturales, como del turraje de los viejos conocidos, familiares y ex amigos.
ESO ES NO VIOLENCIA ACTIVA.
El otro día lo vi, clarísimo, en el programa “Contaminación cero” y el Riachuelo… Añares exigiendo, reclamando, al dope.
En cambio, hay políticas mucho más piolas para hacer cumplir las leyes. Por ejemplo, hacerles las cloacas a los vecinos. Con la guita por cada empresa que tira su basura al Riachuelo, preguntarles a los vecinos cuántos kisieran seguir, allí, luchando por su derecho a la vivienda digna que durante tantos años se merecen, ya desde la donación pública de sus ahorros para la vivienda propia, para los soldaditos en la guerra de Malvinas que yo vi por la tele.
¿Hay universidades públicas o privadas que quieran hacer algunos de esos utópicos planes de viviendas sociales que nadie toma en cuenta? ¿Que puedan transformar esas cloacas a cielo abierto en biogás para los vecinos? Que tengan abogados piolas que quieran cobrarles a las empresas que tiran impunemente sus desechos y cada pesito vaya directo para esas otras viviendas bellas y ecológicas para los damnificados por tantos años de estafas. Con el tramiterío del plan de la presi para la construcción. Porque supongo que muchos vecinos querrán irse lejos, hartos de tanta mierda. Pero muchos otros, luego de toda una vida de lucha por sus derechos elegirían esta otra opción.
Porque evidentemente si la política nacional es seguir con los autos de 400 km por hora, solo se estimulan los accidentes. En algunas de mis utópicas novelas conté cómo en la Universidad de Madrid había unos ingenieros que habían planteado un sistema dual de carga de baterías solares domésticas de autos cuya máxima velocidad era, más o menos, la máxima permitida.
Y qué mejor ocasión que esta carrera de autos, otra vez el Dakar haciendo mierda tanto trabajo de cuidar el medio ambiente… Para los juicios a los responsables de las carreras de autos en la capital, a las empresas y funcionarios que se olvidaron de la fragilidad de los ruidos y todos esos temas que al inyenieri solo le añaden una medalla más a su histórico me ne fregismo, con una sonrisa para la foto.
Un tema clave ante el safari local… No sé por qué supuse que habría algunos contreras que estarían atentos al tema de los autos pasando a toda velocidad sobre ese espacio tan cuidado por la www,fundacioninalaufquen.org.ar
¿Quiénes firmaron la autorización de pasar sobre la zona de las aves playeras y los restos arqueológicos de tumbas mapuches o tehuelches del cerro Banderita? Supuse sería para cobrarles a los funcionarios responsables de dicha autorización.
Porque me había invadido una tristeza tan absoluta con la sensación que nada podría impedirlo. Pese al aporte de donaciones de millones de dólares, supuse, al visitar ese lugar. Y la excelente atención de unas pibas que explicaban con suma dedicación todo sobre las distintas aves playeras. Estaban preocupadas, entonces, porque parecía se terminaba su trabajo.
Fue tan inoportuno que justo hayan elegido para el safari el tiempo de los turistas internacionales a Puerto Madryn para ver el apareo de las ballenas… Poco tiempo antes de las vacaciones de invierno… Llegada de tantos que sufren de solo imaginarse algún pichoncito de ave playera pisada por los vehículos que pasan, raudos… ¿Cuánto deberán pagar los responsables del safari y los funcionarios que se olvidaron de la zona protegida DE LAS AVES PLAYERAS QUE VIENEN VOLANDO DESDE CANADÁ?…
Además, la destrucción del Patrimonio Histórico-Cultural por ese mural de Páez Vilaró que vaya a saber dónde estará y en qué estado…
-A lo mejor está arrumbado en ese depósito de materiales cerca de La Marea y la Prefectura -me dijo alguien-. Porque allí dejaron abandonado ese mural de la reproducción de la casita de Tucumán, que según una noticia del diario le habría costado al Municipio no sé cuánta guita, miles de pesos. Otros me habían dicho que era un adefesio biónico, una simple copia de alguien que habría hecho algún negociado con no sé kién…
Pero el otro año habían quitado hasta los carteles que indicaban que aquí también había ballenas. Como parecía que todo estaba igual, supuse alguna rara confabulación de vaya a saber quiénes contra Las Grutas.
Mientras voy corrigiendo, me imagino lo que debe haber sido el adefesio biónico de haber sacado las auténticas pizarras, para poner una gran ballena azul, del hermoso edificio del Correo Central. Y vaya a saber si alguien logra salvar la preciosura del edificio que está cerca, al lado del Congreso… No me kiero imaginar el espanto de kienes llegan del exterior y ven una gran ballena azul… Y dónde fueron a parar las auténticas pizarrras… Se deben haber tirado a la basura… Y después vendidas a valor oro para alguna edificación en Nordelta o algo así… La destrucción del Patrimonio arquitectónico porteño, pero como el Correo Central era de Nación, hay varios funcionarios que deben haber firmado todo, la demolición de parte del edificio, la reconstrucción y ¡LA GRAN BALLENA AZUL!. Por supuesto, cada funcionario responsable, debe hacerse cargo con su patrimonio personal de haber aprobado lo que debe haber quedado… Vaya a saber cómo, porque aún no pude verlo por la tele… Dicen que La ballena azul tiene una acústica excelente, que es la mejor zona para conciertos y… ¿pero tenían que tirar abajo medio edificio tan bello? ¿No podían haber hecho otro edificio nuevo? Supe de la restauración del edificio del Colón y cómo lograron salvar viejos programas de los tachos de basura… Cómo los bailarines habían planteado que el piso tenía no sé qué, cemento, creo, que les hacía daño a las puntas de las zapatillas de ballet…
En las Jornadas de Patrimonio Cultural y Natural en La Universidad de la Pampa, de noviembre de 2014. explicaron que hay funcionarios responsables del patrimonio en cada provincia y en la nación. Y además hay un presupuesto para dicha tarea. Una millonada en la provincia pampeana, donde es el 1 % del presupuesto para Obras Públicas. Ignoro quiénes serán los responsables en el tema del mural de un artista de prestigio internacional como Páez Vilaró, de la ex Delegación Municipal grutense.
En estos tiempos pre-electorales, nada más interesante que recordar “La conspiración de Acuario” de Marilyn Ferguson… Un mismo objetivo, la ecología social, por ejemplo, en cada uno de los partidos y frentes.
Tener la posibilidad de comprar a muy buen precio los libros de Galeano en los kioscos, es para aprender de kién sabe tanto de eso que parece tan lejano, como esa unión de los ideales de los verdes y los militantes sociales.
Porque ya sabemos que la coloratura política depende de tantos factores como por qué alguien es hincha de un club de fútbol. Esta lamentable comprobación fue totalmente empírica, en la feria del trueque del pueblo, cuando eran un éxito total las pulseritas con el nombre, a libre elección del color.
Solo allí entendí lo que había leído de una politilóga francesa: LA POLÍTICA ES EMOCIONAL. ¿QUÉ DIJO MENEM?: SIGANME, NO LOS VOY A DEFRAUDAR, POR EL SALARIAZO Y LA REVOLUCIÓN PRODUCTIVA…
-Al nene, hágale una amarillo y azul, porque es de Boca-.
-Para el futuro nene, una de River, por supuesto-. -El señor venía con la señora, embarazada y unos cinco nenes de distintas alturas, todos con gorritos rojiblancos y me daban su nombre que anotaba para hacerlo allí o para la próxima feria del trueque…
El fondo de un color, las letras del otro… Para algunos, solo celeste y blanco, aire de nosotros, peronistas a muerte, Rosas y Menem y Perón, un solo corazón. Algunos pibes, con la remera negra del Che:
-A mí, una roja y negra, por supuesto-.
Mientras les enseñaba a los pibes cómo hacerlas, charlaba del tema de si, acaso, supondrían que algunos de los chicos podrían cambiar de club de fútbol.
-En absoluto. Todos lo somos. Siempre ha sido así-.
(continuará)
Columnista invitada
Lucía Isabel Briones Costa
“Mi pecado fue terrible: quise llenar de estrellas el corazón de los hombres” decía el poeta… Desde los lejanos años de estudiante del profesorado en Historia en la Universidad Nacional del Sur, dediqué mi vida a la educación. En los tiempos previos a la dictadura de 1976 enseñaba en una vieja aula de la Facultad de Agronomía el bachillerato de adultos, tarea compartida con los compañeros, casi todos presos políticos después en Bahía Blanca. Cuando era rector Remus Tetu se hizo una razzia contra docentes, no docentes y estudiantes, especialmente contra los alumnos de Humanidades, Sociología y Economía. Estaba terminando mi carrera, cursando las últimas materias cuando fui detenida y puesta a disposición del PEN, el Poder Ejecutivo de la Nación, durante tres años y tres meses, hasta diciembre de 1978. Estuve en las cárceles de Villa Floresta, Olmos, Devoto y los tres últimos meses en la U20, la cárcel dentro del Hospital Borda, donde un prolijo tratamiento con drogas psiquiátricas hizo borrar totalmente mi memoria. Así me dejaron en libertad, diciéndole a mi padre: “Su hija es irrecuperable, será un vegetal hasta el día de su muerte. Que Dios les de la Santa Resignación”. Gracias a haber encontrado la ayuda adecuada pude recuperar, poco a poco, la razón perdida. Y me fui a La Pampa, donde fui docente de escuelas primarias y secundarias en la pequeña localidad de 25 de Mayo y en el Terciario de Formación Docente de Catriel, Río Negro. Recién en 1997, pude terminar mi profesorado en la Universidad del Comahue, para cuando mis compañeras de promoción de la Universidad del Sur ya estaban por jubilarse. Luego comencé la maestría en Historia Latinoamericana de los siglos XIX y XX, la cual se interrumpió cuando la Universidad no podía pagar a los docentes, varios doctores en Historia. En ese tiempo de docente rural comencé a escribir narrativa, tarea que continué al jubilarme en el bello mar de Las Grutas, en Río Negro. Seguí escribiendo con la alegría de dar un legado en su educación a mis hijas: la mayor psicóloga y la menor, maestra y profesora de Historia, ambas egresadas también de la Universidad del Comahue.