Ecologismo sí, pero desde la Geopolítica.
Decíamos que “El extractivismo es incompatible con las 3 banderas justicialistas, pero algunos peronistas ni se enteraron” (1) (2) y esto nos remite inevitablemente a vincular el ambientalismo, el ecologismo y la geopolítica. Desde allí quizás podamos abordar, al menos parcialmente, la “grieta” que hay entre la militancia ecologista peronista (demasiado silenciosa y recelosa hasta el momento) y la de izquierda.
Pensemos: son peronistas, no asambleístas, quienes se aventuran a llegar a Lago Escondido, usurpado por el mafioso inglés (amigo de Macri) Joe Lewis. Quienes hacen eso van no sólo porque el agua es de todos, lo cual es cierto, sino porque además Lewis está posicionado en un área de frontera nacional, y cuenta con un aeropuerto propio, que lo comunica de manera directa con un aeropuerto privado ubicado en línea recta sobre el Océano Atlántico, el cual está a una hora y media de vuelo de Puerto Argentino (Malvinas).
¿Se entiende el triángulo maldito? Se entiende que el agua de Lago Escondido no es sólo el agua sino otra cosa?. ¿Se entiende que la guerra de Malvinas no fue provocada por un general borracho, sino por la OTAN para tener control de nuestros recursos?. Pensemos en El Azufre, al que nos hemos referido muchas veces antes, y en por qué el proyecto incluye un aeropuerto en zona de frontera, y qué relación tiene eso con el cacareado Mendoexit, reflotado ahora por Suárez diciendo que Mendoza se retirará del COIRCO.
No existe secesionismo posible sin un aliado externo poderoso que lo alimente. Estados Unidos alimentó al secesionismo tejano (Texas era parte de México) para tener una excusa para hacer una guerra cuyo resultado fue que los yanquis se quedaron con 8 estados mexicanos. Vean sus nombres, Texas, California, Nuevo México, Nevada, Montana, Arizona, etc… Todo eso era México.
Panamá formaba parte de la Gran Colombia (y más tarde de Colombia) hasta que a algún Cornejo que andaba suelto por ahí se le ocurrió independizarse, y entonces intervino USA y se mandó la gran solución salomónica: crear un país nuevo.
Pero también son peronistas, y ése es el peor problema, quienes de buena fe defienden a la megaminería imaginando que ella traerá desarrollo industrial al país. O quienes piensan que “el fracking de Vaca Muerta nos es necesario para hacer caja para pagar la deuda externa”. No señores, ese extractivismo no genera trabajo genuino, sino regalías, y las regalías se convierten en negocios sucios y “planes”, y los planes mantienen el andamiaje de unas democracia formal, con pocos militantes y muchos punteros.
¿Se entiende por qué la generala del Comando Sur de USA vino a la Argentina a hablar de “NUESTROS” recursos (litio, Vaca Muerta, río Paraná, acuífero guaraní, etc.)? ¿Se entiende por qué ocurrió el golpe de estado contra Evo Morales ayer nomás, en 2019? ¿Se entiende por qué Macri no quiso darle asilo a Evo?. ¿Se entiende que el prófugo Bolsonaro haya ido a USA dirigiendo desde allá un golpe civil apenas asumido Lula? ¿Y el intento de asesinato de Cristina?
Sólo atando estos cabos es que lograremos entender la problemática ambiental, que no es mero ecologismo, sino geopolítica. O pensamos nuestro futuro juntos, u otros lo pensarán por nosotros desde la Bolsa de Nueva York o de Londres.
Esa es la mayor fortaleza del peronismo, que a pesar de ello no ha conseguido enlazarla con lo ambiental cómo sí hicieron Perón hace ’70 años y Yolanda hace ’50 años, lo cual es su debilidad. Las asambleas y la izquierda pasan por la misma situación, pero al revés.
El kirchnerismo y el lulismo están haciendo lo que Perón reclamó en 1953, cuando en una cena de camaradería de las FF. AA. definió a los recursos naturales como un tema de Defensa Nacional.
La Barrick Gold no sólo contamina, sino que además tiene un ejército privado que no deja transitar a los argentinos por caminos y rutas que son públicas. Alguna vez hemos visto una cabalgata turística del entonces gobernador Gioja con tres banderas: la argentina, la de la empresa y la de Canadá.
Yolanda Ortiz perteneció a aquel mundo donde los líderes políticos, a quienes llamamos “estadistas”, pensaban geopolíticamente al país. La Tercera Posición, trasladar la capital a Viedma, la creación de una moneda común. Todos son problema geopolíticos/ambientales.
Pero para avanzar en ello hay que “educar al soberano”. Como también dijimos, necesitamos la creación de un nuevo sentido común, sobre todo para los que ocupan cargos públicos.
La vieja discusión de que “en la edad de piedra se practicaba la minería, las puntas de flecha se hacían con minerales”, argumento ya refutado, genera en los militantes un enojo comprensible pero estéril. No se trata de atacar a la minería que promueve nuestro desarrollo industrial, sino a la megaminería de capitales extranjeros que no quieren que nos desarrollemos industrialmente.
¿Un proyecto ecologista va a afectar negativamente al proyecto industrialista?. Hay asociaciones ecologistas, algunas de mucho renombre y con respaldo financiero internacional, que colaboraron con el “macriato” y que siguen denunciando algunos temas pero miran para otro lado en otros.
Decíamos que la designación de Yolanda al frente de una secretaría dentro de la estructura del Ministerio de Economía, era toda una declaración de principios: no se puede siquiera pensar la economía sin la naturaleza. Las tres banderas justicialistas son la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social; las tres son parte de una misma única verdad: sin independencia económica de las grandes potencias no hay soberanía política y por lo tanto tampoco justicia social.
¿Combatir la minería es un slogan creado en los tanques de pensamiento del imperialismo?. ¿Para que no tengamos fábricas ni industria?. Es posible que así sea. En la entrega anterior decíamos que “Ser exportadores de materias primas e importadores de manufacturas hace que la economía sea dependiente y enclenque. Si hay tres sectores básicos en Economía, ellos son 1) la producción de materias primas, 2) la industria, 3) los servicios. Cuando falta lo del medio, no hay independencia económica posible. Sabemos que en los círculos allegados al poder se está discutiendo si estar en la ruta de la seda de los chinos traerá aparejado una reprimarización de la economía. O sea, ¿dejaremos de ser meros productores de materias primas para yanquis e ingleses para serlo de China? ¿El actual acuerdo con Brasil supone desarrollo industrial (y ecologista) para AMBOS países??? ¿La recreación de un mercado interno no se quedará en el desarrollo de un modelo capitalista consumista y por lo tanto enemigo del ambiente?. Esto fue planteado en 2015 por algunos técnicos del kirchnerismo, que advirtieron que el modelo hacía agua por ese lado”.
Luego, viene de allí la importancia de llevar a la educación ambiental.
En 2006 la empresa Río Tinto empezó a apadrinar a la principal escuela secundaria 4-018 de Malargüe, conocida como “La Minera”, porque siempre formó técnicos mineros. Ese año esa misma escuela cerraba la modalidad Ambiente (3), con la excusa de que “no hay matrícula suficiente (2). En realidad, quienes trabajamos allí sabemos que a los padres se les decía “no inscriban a sus hijos en esa modalidad, porque la van a cerrar”. O sea que se trató de una “falta de matrícula” artificialmente creada. Los más sagaces alcanzaron a entender que el tal padrinazgo y el cierre eran un mismo problema: si se forman técnicos mineros, no puede haber técnicos ambientales. No eran los ambientalistas los que establecían la “grieta”…
La reforma constitucional del ’94 y la ley de inversiones mineras que dejó Menem no pueden pensarse separadamente. La primera fue resistida por un solo convencional, Monseñor Jaime De Nevares, quien nos honró con su amistad durante décadas. Daba a las provincias potestad sobre los recursos naturales, o sea que alentaba el “Mendoexit”, por ejemplo. La segunda prohibía al Estado invertir en emprendimientos mineros.
Pero… ¿es posible hoy una reforma constitucional con el nivel supremo de ignorancia de temas jurídicos y políticos en la población argentina y en su clase dirigente?
Yolanda, en ese contexto, pudo avanzar en pocos temas pero que, para esa época, eran revolucionarios.
Repasemos lo dicho en el artículo anterior.
En 1972 prestó especial atención al “Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” de Perón; “la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera” y apelaba a una necesaria transformación de las conciencias: “La concientización debe originarse en los hombres de ciencia, pero sólo puede transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos”.
Muchos años más tarde la misma Yolanda diría que “Perón tuvo una visión como ningún estadista, vio muy claro que el tema del ambiente no era un problema más, sino ‘el’ problema. Planteamos que no era posible que las empresas no considerasen el ambiente: si se llevaban las ganancias, no podían dejar arruinado el ambiente de donde sacaban las materias primas”, sostuvo al prohibir la habilitación de las empresas que no declararan qué destino tendrían sus desechos.
Promovió la educación ambiental para la construcción de una sociedad consciente y en equilibrio con la naturaleza. “Lo primero que hice fue un convenio con el Ministerio de Educación, porque para mí era el componente de mayor valor estratégico para cambiar los hábitos y la visión de desarrollo”. Pero eso también terminó en el tacho de basura
Y aquí viene la madre de todas las preguntas: ¿quién imparte la educación ambiental? ¿las mismas petroleras?. Si sabemos que en muchos municipios ocupan las direcciones de ambiente personas que antes trabajaron en una minera o una petrolera (Malargüe, por ejemplo). ¿Qué confianza podremos tener, si nuestras advertencias, formuladas ANTES de la sanción de la ley 7722 fueron sancionadas en lugar de ser escuchadas (3)?
¿Sabía usted señor lector que en una feria de ciencias allá el 2007, la entonces directora de Educación Verónica Bunsters, ahora a cargo del semanario ultramacrista SER Y HACER, organizó la feria anual de ciencias y designó como jurados, para los temas ambientales, a funcionarios de Río Tinto, y eso con ayuda de una persona que hoy colabora con la senadora Quiroga, minerista y peronista a ultranza?
¿Sabía usted, señor lector, que en Malargüe, los actos del Día del Ambiente, en junio, son generalmente organizados por la Escuela Minera 4-018, o al menos lo eran en aquellos tiempos difíciles?.
¿Sabía usted, señor lector, que las asambleas nunca se solidarizaron con quienes denunciamos el cierre de esa modalidad de estudios y otras lindezas por el estilo (4) ?. La grieta en el campo popular también se nota mucho en eso…
Lo que referenciamos en primer lugar nos obliga a decir que somos pesimistas respecto de que la Ley Yolanda sea debidamente aplicada en Mendoza. No al menos mientras el cuidado del gallinero siga a cargo del zorro (Mingorance & Co).
En la próxima nos metemos de lleno en la Ley Yolanda.
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, docente jubilado y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua. Agrupación Luis Barahona, Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares, Malargüe.
Notas
- https://marcelosapunar.com/2023/01/08/quien-se-acuerda-de-yolanda-ortiz-por-carlos-benedetto/
- https://marcelosapunar.com/2023/01/20/quien-se-acuerda-de-yolanda-ortiz-y-de-peron-parte-2-por-carlos-benedetto/
- https://sinpelos2011.files.wordpress.com/2016/05/hcd-res-100-2007.pdf
- https://sinpelos2011.wordpress.com/2014/10/24/en-mendoza-se-sigue-violando-la-constitucion/2-la-nacion-5-7-07-y-cds/


