Los bancos en la Argentina y el sistema financiero.
Antes del denominado “Rodrigazo”, que fue el plan pergeñado por los grandes bancos y empresas del país que se beneficiaron con una devaluación del 160 % (el precio del dólar paso a ser de un día para el otro de $ 10 a $ 26, el 4 de junio de 1975) [1], y desde que se creó el Banco Central de la República Argentina en 1935, los bancos captaban ahorro del público y prestaban a las personas y a las empresas mayoritariamente donde estaban radicados, por lo que cumplían el rol de reasignar recursos de aquellos que tenían capacidad de ahorrar y los que requerían créditos para la vivienda, para el consumo o para producir y, mayormente, se realizaba en la misma localidad donde se captaba el depósito.
En 1974, con la existencia de más de 800 entidades financieras distribuidas en todo el país, mayoritariamente eran cajas de créditos y sociedades cooperativas, el total del préstamos al sector privado sobre el PIB (Producto Bruto Interno, que es la cantidad de bienes y servicios finales que produce el país) fue del 41,55 % y la Argentina era la Nación más integrada del continente, donde menor diferencia había entre un pobre (y una familia pobre) y un rico (y su familia); la tasa de desocupación abierta era del 4 % y la pobreza era del 6 %.
La dictadura militar, con su reforma financiera de 1977 en su esencia aún vigente, hizo que en el año 1990 quedaran solamente 170 instituciones bancarias, que a su vez contaban con 985 sucursales y con 132.500 empleados. De las cuales 31 entidades eran consideradas locales de capital extranjero, pero no eran significativas en cuanto al volumen de depósitos ni de créditos, aunque debe considerarse que cumplían un papel relevante en el comercio exterior.
Gran parte del ingreso de capitales del exterior a nuestro país desde abril de 1991 (Plan de Convertibilidad) se canalizó en el sistema financiero local, lo que es fácilmente demostrable observando la evolución de los depósitos captados por las entidades financieras del país, quienes al 31 de diciembre de 1990 en pesos y en dólares recibían imposiciones por unos 8.520 millones de pesos (en pesos $ 5.132 millones y en dólares U$s 3.388 millones) y en diciembre de 1994 recibían 48.859 millones (de los cuales eran en dólares U$S 23.181 millones y en pesos $ 22.678 millones).
Al Plan de Convertibilidad se le sumó el proceso de privatización de la banca pública provincial y municipal que estuvo apuntalado por las instituciones multilaterales de crédito. Gran parte de esta reestructuración fue financiada por el Banco Mundial y el BID. Los compradores fueron, en general, grupos nacionales que operaban anteriormente en la banca mayorista, sector muy afectado por las sucesivas crisis de liquidez y la universalización de los bancos. Estos banqueros buscaron “refugiarse” en las provincias, con una estrategia de negocio centrada, sobre todo, en las comisiones cobradas por servicios financieros a los diferentes Estados provinciales y en el pago de los haberes previsionales.
El sistema financiero hoy
Las sucesivas crisis financieras concentraron aún más el volumen de depósitos y créditos en los grandes bancos del sistema financiero local, de manera tal que en noviembre de 2022 quedaban en pie 79 entidades financieras, de las cuales 64 eran bancos; de ellos, 51 de capital privado y 13 públicos (incluidos los oficiales nacionales Banco de la Nación Argentina y BICE, 10 provinciales y el municipal de Rosario). El crédito total al sector privado era del 11 % del PIB y la pobreza superaba el 40 % de la población alcanzando a 18,800 millones de personas, con el agravante de que más de la mitad de los niños de la Argentina son pobres.
Siempre con los datos de noviembre 2022, del crédito que representa el 11 % del PIB, se destina un 4,7 % del PIB para préstamos personales (42,7 % de los préstamos otorgados) que financian principalmente descubiertos en las tarjetas de débito y de crédito y solo queda 6,3 % del PIB para financiar a las empresas (créditos comerciales).
En los bancos privados, la venta del Banco Río SA de los Pérez Companc al grupo Santander de España y de los bancos Francés y Crédito Argentino al grupo Bilbao-Vizcaya cambió el eje de la situación y el capital extranjero entró a predominar en los depósitos y en los créditos de la banca privada.
Con solo ver los estados contables de los diez primeros bancos privados por volumen de depósito captado y cómo lo reasignan, se demuestra la ineficacia del sistema y lo gravoso que significa para la economía argentina.
Columna: Horacio Rovelli, economista y docente de la UBA, 12 de marzo de 2023
Nos basamos en la información que es publicada por el BCRA con considerable atraso; en el mes de marzo de 2023 recién terminaron el informe de las Entidades del Sistema Financiero Argentino al mes de noviembre 2022, pero este demuestra palpablemente que el principal negocio de las entidades privadas más grandes es prestarle al BCRA, en Leliqs (Letras de Liquidez del BCRA) y otros encajes remunerados, y al Tesoro de la Nación, que se imputa contablemente en el rubro “Títulos públicos y privados”.
También se observa que el Banco de la Nación Argentina, que es el primer banco del país, al mes de noviembre 2022 captaba la suma de 4.577.077,4 pesos, acrecentando notablemente su participación en el sistema, dado que representa el 84,4 % del total que reciben de depósitos las diez primeras entidades privadas, siendo su función la de apuntalar la producción, particularmente a las pequeñas y medianas empresas y promover las exportaciones argentinas
Los bancos privados utilizan la autorización para funcionar para captar depósitos de la población y, en lugar de asumir riesgos, se posicionan en títulos (principalmente del mismo BCRA) y del Tesoro de la Nación. Excluidos los bancos BBVA y el Citi Bank (que igual el porcentaje es importante), los demás bancos tienen (y sobre todo el Credicoop) más títulos que crédito. Con ello no sólo obtienen fuertes ganancias, sino que -sobre todo los bancos privados más grandes- recibieron y reciben órdenes de sus depositantes para realizar operaciones de CCL (contado con Liqui) y dólares MEP (Mercado Electrónico de Pago de la Bolsa de Comercio) en todos estos años, que es una operatoria encubierta con la liquidez con que se quedan (por eso el ratio efectivo y depósitos en bancos / activos es del 24,11 % a noviembre de 2022). [2]
Los bancos privados más grandes tienen la llave de la operatoria del comercio exterior con lo que significa en la doble contabilidad por la sub facturación de exportaciones y de sobre facturación de importaciones y, a la vez, recibieron depósitos en dólares a noviembre 2022 por 19.657 millones de dólares, de los cuales prestaron al sector privado 3.625 millones, constituyendo con su encaje a engrosar las reservas internacionales brutas del BCRA.
Los 10 principales bancos privados captan el 40,05 % de los depósitos, de los cuales seis son extranjeros y se debe contemplar, además, que el Fondo de Cobertura BlackRock posee el 18,8 % del paquete accionario del Banco Galicia y Buenos Aires SA y 14 % de participación en el Banco Macro SA, que son considerados por el BCRA como bancos locales de capital nacional.
Por ende, se trata de un sector fuertemente internacionalizado y su poder reside en su capacidad de captar depósitos de la población y elegir financiar al Estado, principalmente vía BCRA, comprar títulos del Tesoro de la Nación o apostar a operaciones de compra y venta de divisas presionando sobre el tipo de cambio.
El sistema financiero local se costea en un 70 % con depósitos, ya que un 29 % del total del pasivo y del patrimonio neto son depósitos a la vista, un 27 % son depósitos a plazo y el restante 13 % son depósitos en dólares, conformando un fondeo bancario fundamentalmente transaccional y de corto plazo, de allí que al posicionarse en Leliqs a siete días y en menos plazo en los pases pasivos, reduce fuertemente sus riesgos.
Al contrario de lo que interesadamente los grandes medios y esencialmente los especializados en temas financieros sostienen, el principal destino de la emisión monetaria no es el financiamiento del déficit fiscal y menos que menos la asistencia a la población en planes sociales (AUH; AUE; Tarjeta Alimentar, etc.); la impresión de billetes, básicamente, es para sostener el pago de los intereses de los denominados “Pasivos Remunerados” del Banco Central de la República Argentina, que son los pases pasivos, las Leliqs, y las Notaliqs. [3]
El total del pasivo remunerado por el BCRA al 28 de febrero 2023 es de 11.282.833 pesos, la tasa de referencia que le paga el BCRA por esas inmovilizaciones es del 75 % nominal anual para las Leliqs y las Notaliqs (da una tasa efectiva anual del 102,7 %) y del 72 % para los pases pasivos [4], por ende el BCRA le va a abonar a los bancos de interés en el año 2023 no menos de 10.000 millones (es un tercio del presupuesto total de la administración nacional del corriente año 2023), y es casi la suma que se presupuestó para pagar a los 7.124.215 jubilados y pensionados nacionales (incluidas las fuerzas armadas y de seguridad) de 11,4 billones de pesos.
El acrecentamiento de las inmovilizaciones (encajes remunerados) es del 852,1 % entre diciembre 2019 y el 28 de febrero 2023, constituyendo un serio problema para la economía argentina, que el gobierno premia con nuevos favores como el de comprar títulos públicos, que con ellos se pueda constituir el encaje legal o efectivo mínimo y hasta la cláusula de “opción de liquidez” para que puedan convertir esos títulos en pesos antes de su vencimiento.
Es más, en el canje de títulos de deuda del Tesoro de la Nación en pesos que vencían en los meses de marzo a junio de 2023 por 4,34 billones de pesos, realizados el 9 de marzo 2023, los diez bancos privados más grandes tuvieron la mayor participación, pero a cambio el BCRA mediante el Comunicado A 7717 le permite utilizar como encaje o efectivo mínimo dichos títulos canjeados (se refiere a la parte de encajes no remunerados, que de esta forma lo es porque los paga el Tesoro de la Nación). Y por el Comunicado A 7719, los dos con fecha 9 de marzo 2023, el BCRA le permite a los bancos (insistimos que los diez bancos privados más grandes no cumplieron con la ley 25.246 de Encubrimiento y Lavado de Activos y deberían haber exigido a los compradores de divisas en el período 2016-2019 el origen de los fondos y no lo hicieron) distribuir dividendos por el 40 % de lo que ganan. Alicia Castro agrega que lo único que falta es que le permitan comprar dólares con esas utilidades.
Entre los bancos y los jubilados dijo que se quedaba con los jubilados. A los primeros les asegura una tasa de interés mayor que la inflación y a los segundos, busca que el gasto total sea licuado por la suba de precios, de allí que desciende año tras año el gasto previsional sobre el presupuesto total y sobre el PIB.
Elcohetealaluna.com
12 de marzo de 2023
Columnista invitado
Horacio Rovelli
Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.
Notas
[1] El mentor de las medidas fue Ricardo Mansueto Zinn, hombre del Grupo FIAT y del grupo Azcuénaga, que fue el viceministro de Celestino Rodrigo y luego jefe de Gabinete de José Alfredo Martínez de Hoz.
[2] Y el ratio de liquidez total (cuenta corriente + efectivo+ Leliq + Notaliq + Nocom + Pases netos + Títulos para integración de encajes) / Depósitos Total es de 73,1 %.
[3] Pases Pasivos son préstamos de las entidades financieras al BCRA de 1 a 6 días. Leliq de 7 a 29 días y Notaliq de 30 y más días. No tienen ninguna utilidad, sólo la de sacar dinero de circulación y por esa razón el BCRA le paga un interés.
[4] Los bancos les pagan a sus clientes por depósitos a plazo fijo a 30 días una tasa del 67,13 % nominal anual y, para los depósitos de mayor volumen la tasa Badlar es del 68,25 % nominal anual, según informa el BCRA al 3 de marzo 2023.