Comprendo a Sócrates, quien nos legó un pensamiento fundamental, pero no escrito. Muchas veces observamos, con dolor -es cierto-, las acciones de esa especie de animales rastreros, venenosos, miserables, odiadores y mendaces, que exceden todos los límites.
Tal circunstancia, nos abate -aunque sea, momentáneamente-. Su prostitución mental, no tiene escrúpulos. Maniobran sistemáticamente, ante el asombro de todo un pueblo. En tanto Lucky Luciano y su socio, emiten una sentencia sin sentido alguno; sin prueba alguna; infame e inaceptable -por su ilegitimidad absoluta– y tres rufianes -que le roban millones, al pueblo argentino, para ejecutar prácticas tan miserables-, sentencian sin siquiera leer tanto disparate y -por lo tanto-, sin corregir nada.
Otro tribunal, de mafiosos -de bajo nivel, obsecuente y subordinado-, castiga la dignidad y honestidad del Juez Carzoglio, destituyéndolo, por negarse a cumplir órdenes de Macri, Magneto y toda la mugre (apañada por EE. UU., a través del virrey Stanley). Es sintomático -además-.
Persiguen y encarcelan a lo mas granado de nuestra gente; a quienes tanto hicieron, por el país y por el pueblo. No les alcanza con robarse todo; con manejar la droga y el crimen organizado. Con robarse 30 mil millones de dólares -periódicamente y con el gobierno mirando al norte-, contrabandeando, a destajo, por nuestros puertos y el Paraná.
Haciendo -día tras día-, los jueces y la CSJN, desaparecer miles de millones de dólares (de “gastos reservados”, viáticos, comisiones, sueldos exorbitantes; negativa a pagar tributos; jubilaciones millonarias, todo por servir a la mafia -son una mafia-y a EE. UU., que los convoca, de vez en cuando, para recibir directivas, en persona).
Esos felones, que no son minoría, por cuestiones de intereses -como diría Pirandello-, son de lo mas infame que deambula por el país (en la Patagonia, defienden los intereses extranjeros y la invasión y enajenación de los poderosos, mientras persiguen, torturan, encarcelan y matan, a originarios, bancados por la justicia federal y respaldados por policías y fuerzas de seguridad).
Puede ser que haya algún país, con una degradada justicia, como esta caterva de carroñeros, con toga. Es difícil, por su dimensión. Es la herramienta mafiosa de la mafia. No lo hacen -solamente-, porque “están obligados”. Es su propia naturaleza. Son una especie vil y sin posibilidades de cambio.
Por ello, se prestaron a la dictadura cuatriañal del macrismo, gozando, hoy, de un estado de excepción, muy prolongado. Solo el pueblo puede lograr la vuelta al Estado de Derecho. Solo el pueblo, puede terminar con esta metamorfósica justicia de la ilegalidad y la ilegítimidad, que denosta la Constitución y mancilla el derecho.
La justicia del contrario imperio, que impone que hay 47 millones de culpables, hasta que demuestren su inocencia, hasta la justicia “creativa”, de Bonadio, quien, además de causar tanto daño (como algunos de estos), se murió, sin ser juzgado y legando a su familia, todo su patrimonio mal habido, por “enriquecimiento ilícito”. Ninguno de estos personajes es mejor; el que no lo emula, lo supera.
Son imprescindibles -¡ya!- los tribunales populares (muchos jueces y fiscales, seguramente, los integren, por su condición humana y profesional). Mientras tanto, el pueblo debe imponer su derecho a elegir sus candidatos, contra la decisión norteamericana y de la mafia que la representa en la Argentina (Macri y su banda -sus aliados políticos, también lo son-, el “diablo Éttore Magnetto y sus 400 medios; la economía concentrada; la CSJN, los jueces y fiscales secuaces y todo el cipayismo; los mercenarios y los sicarios). ¡Ahora o nunca!
Sin Cristina no hay Democracia, no hay país, no hay independencia, ni justicia social. Debemos estar, vivir y creer.
10 de marzo de 2023
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.