Solsticio de invierno
Otro viaje al fin de la noche
Parte 10
(viene de la edición anterior)
Para saber qué pasa en realidad, solo me parece que tendría que ver esa peli de Monsters University o algo así.
Así parecen las entrevistas del canal@ sobre policiales. Sus entrevistados… Los temas… Siento que una y otra vez los medios nos alejan de lo real.
Pero ¿qué es lo real?, me pregunto. ¿Qué es verdad y qué mentira?
Si parece el cuento sufí preferido de papá, de los ciegos y el elefante.
No sé por qué cada vez que veo en algún canal las entrevistas a los grandes personajes, solo miro el fondo. Como si nos kisieran meter la figura. Y entonces al fondo no le dan tanta importancia. Y allí está, imagino, algo de lo real. Lo que los camarógrafos, en su día, los saludo, HÉROES, muestran. Sabiendo que corre peligro su vida. Luego del asesinato de Cabezas que aún haya reporteros gráficos y camarógrafos, es para comprender el valor de su laburo.
Cada vez que pasa algo lejano, voy a la tele a ver qué muestran… Si se corresponde con lo que dicen las diferentes radios. Como soy algo fóbica, le huyo a las multitudes. Me conmueven profundamente, pero desde la masacre de Ezeiza, creo, no pude ir a ninguna más. Hubo algunas a las que hubiera kerido ir… Las rondas de las Madres y Abuelas… El Bicentenario… Una vez, pasamos con la Rai por la Carpa Blanca, a donde mandé copias de mis libros, con alguna compañera del gremio pampeano, en solidaridad. Hubiera kerido estar en Chichinales, cuando ese verano estuvo el gremio docente luchando en medio de los mosquitos gigantes, los jejenes, suponía, arañas y toda esa fauna que describo en “Caleidoscopio”. Pero no me dio el cuero.
Pero viajé tanto en este largo invierno de más de siete años de solsticio de invierno grutense… Me fui, vaya a saber cómo, viajando a lugares extraños.
A la madrugada me ponía a escribir. Los surrealistas dirían que así es la escritura automática. Sentí que había estado en esas peregrinaciones a la virgencita de Luján, que jamás haría caminando… Muchas veces me pregunté cómo sería el tema… Si era, que acaso eran todas las veces que me había contado mi hermana cómo iban rezando alegremente, cantando… Y esa llegada, dificultosa, pero felices… Pero sé que así estuve, allí, en tantas caminatas… También fui con los peregrinos de Ceferino, a visitar al santito, que iban a Chimpay en las cabalgatas, con los pendones al viento… Y sentí el frío patagónico colándose bajo el poncho. En realidad con mi vieja roana tucumana regalo de esa colega, la profe de música de Catriel, que me decía que yo parecía el ekeko, ese muñeco boliviano lleno de bolsos y bolsitos llenos de vaya a saber qué.
La ekeka, me sentía, cuando iba con mi mochila al magisterio de Catriel para dar esas clases lejanas. Siempre me pareció que llevaba tantas cosas absurdas… La botellita de agua para la sed, algún tejido, revistas de juegos lógicos, esas fotocopias indispensables, algun libro… El termo y el mate, los cigarrillos…
Y así estuve, lo sé, con los indignados madrileños. Porque lo escribí.
Pasaron tantas madrugadas frías… Cuando me despertaba solamente para escribir era un rito de las madrugadas del domingo ese milagro de escuchar “Los cuatro fantásticos” por la Radio Pública. Nada moviliza más que la excelente música, esas cuatro partes del programa y los comentarios a veces tan absurdos, delirantes, chistosos, que me conectaban con la chispa de mis queridos alumnos pampeanos, tan añorados, lejanos, con hambre crónica… Como si tuvieran una carencia ancestral de guisos de madre y tortas de abuela de Charly García… Alguna vez escribí esos cuentos tan mal escritos, sugiriendo les envíen unas pizzas o mejor aún, supuse, anoche, unas ricas empanadas como aquellas de mamá.
Quienes tuvimos una madre muy buena cocinera, sabemos que debe haber tantas variedades de empanadas como argentinos. Cada lugar tiene recetas totalmente diferentes. No son lo mismo las empanadas tucumanas, con ese sabor a papa y algo dulce, que las catamarqueñas, con exactamente el doble de cebolla que picadillo… Ni las jujeñas de la doctora Cristina Lastre, la pediatra de mi pueblo, con tanto amor que se sentía en todo lo que hacía. Opuesta totalmente al dorima, el Ingeniero Luque.
Supongo que ese apellido, en un lugar donde nadie se ocupaba de los temas de los diarios, tal vez jamás asomó la duda… Se llamaba Luque… Como el del caso María Soledad…
Entonces, nada me resultaba extraño. Vivía en el ranchón pampeano donde parecía que el único problema del invierno era ese frío patagónico sin gas. Y como en el pueblo había calefacción a gas, a los únicos que nos ponía relativamente rayetis era a los que solo dependíamos de cuánta leña se podría conseguir para prender la salamandra.
Y que tuviéramos frío, tanto frío como me contaba la Gubyta hoy, me hizo dudar ya de todo…
¿Estará, realmente en Cipo? ¿Trabajando en la pizzería?
Debe ser que hay temas que a algunos nos angustian mucho. Y a otros, parece, en absoluto.
Como que en la Patagonia, si es real que el gas ahora vale el doble, simplemente porque se venteó, impunemente el gas…
-Son fuegos malos-, decían en el campo.
Es como intentar que alguien pueda prestarle atención a una Patagonia sin calefacción, parece que a los porteños no les mueve un pelo…
Mejor sigo con el recuerdo de la excelente médica pediatra del pueblo, la dra Cristina Lastre. En su revisación a las nenas con esa suavidad y respeto, tan extrañada en otros hospitales públicos. Como su deleite al comentar lecturas. Me fue prestando esos libros que hubiera sido imposible encontrar en un pueblo sin librerías y una biblioteca lejana y distante para mí. Así conocí esa novela apasionante “El sagrado oficio de la memoria”, con esa historia de una familia del Chaco desde que llegaran los bisabuelos a fines del siglo XIX y a quién fui a escuchar en esa maravillosa Feria del Libro de la ciudad de General Roca.
Parecía otro mundo. Una Ciudad de Las Artes, como si fuese revivir el Barrio Universitario.
Cuando me habían contado que existía, que había casas y deptos para alumnos y docentes interesados en el arte, me pareció sería puro verso. Ya estoy tan escéptica, que si no lo veo, no lo creo.
Supongo que ese es el problema. Uno de los tantos…
Debe ser por eso que cuando estaba en el almacén de la vuelta, cuando hubo un pibe que me dijo:
-Por supuesto que tiene valor un mural-.
Lo miré, extrañada. Resulta que Antonio me estaba preguntando qué opinaba de las parejas homsexuales.
-Mire, la verdad me parece que en vez de ocuparse de con kién se comparte el amor, digamos, tal vez sería más importante ver cómo es posible haya desaparecido una pared de un palo verde.
Fue entonces que el pibe me contó que tenían un sitio que vende muy rica comida, akí, a la vuelta.
-¿Dónde?- le pregunté.-¿Muy caro?-.
-Deben ser de los mejores precios locales-.
Como estaba escribiendo sobre las empanadas, me dio ganas de probar, a ver si son para recomendar…
Le comenté que era escritora…
-¿Les va un trueque? Por alguna empanada…-.
Entonces lo miré al Churry, que le encanta salir de paseo… Y fuimos. Llevé, para regalarles uno de mis invendibles libros. “Aguafuertes marinas”. Compré una empanada y me regalaron otra. Riquísimas.
Nada más interesante que ver en la Tele Pública, “Un Tema cualquiera: DONDE HACEMOS LA PREVIA”.
Donde los adolescentes con el Bahiano van contando cómo surgen esos pedos gloriosos que llevan a la onda reviente. Y cómo y por qué luego nacen los pibes… Vaya a saber con kién y cómo fue…
Y entonces, a ver, ¿Cómo han sido formados los pibes? Mientras las nenas tenían la onda de las princesitas de Disney, hacían cosas con arte o solo manualidades… Ellos, los pibes, copados con esa mezcla de las pelis ultraviolentas, A MATAR Y MORIR, los jueguitos de cómo estrolarse, mucho fútbol, la onda porno de las revistas antes y hoy las pelis…
Sólo las madres y docentes sabemos algo… Somos pocos quienes hemos dicho simplemente, NO, GRACIAS…Bancándonos cada epítetos: salame, cana, comehostia o testigo… Terrible. Víctima del bulling seguro.
Alguna que otra vez conté lo terrible que fue caer de las alturas al superbajón…
Como lo recordé el otro día, cuando vino el Facu para pedirme un cuchillo y una rejilla, para cortar las pizzas que estaban vendiendo para el viaje para el concurso de patín artístico.
Le doy un cuchillito.
-No tengo cuchilla.-le explico –tenía una, pero la verdad es que me dan alergia. Te imaginás lo que fue saber que mi medio hermano usó la cuchilla de casa para matar unos viejitos artistas, Lino Palacios y su señora. Que los llevó a su casa su sobrina, que fue la única que estuvo 20 años presa. En la Cárcel de Ezeiza estudió Sociología, leí en alguna noticia del diario. Salió, dicen, en la tele, en un programa “Mujeres asesinas” que no vi, pero me contaron.
El Facu, que es un adolescente muy lindo, me miraba…
-¿Te contó tu mamá? Está en uno de los libros que encuadernamos akí. Le faltan unas páginas, pero otra vez te lo presto, si vos kerés.
Recordar esas historias del libro-karma es revivir, otra vez, todo.
No es fácil. Una de las correctoras que tuve, el otro año, me había enseñado que al revivir, podría darme cuenta de algo. Lo más importante fue que gracias a ella pude retomar el hacer terapia. Porque no conocía dónde ni con kién hacer terapia. Porque me contó su historia, con esas cosas terribles que parece son ya comunes, habituales, de la vida de cada joven en la Argentina de hoy.
Supongo que fue la historia de Ángeles, otra adolescente que termina trágicamente lo que me llevó, otra vez, a escribir una y otra vez la misma historia, interminable…
Porque me había sumergido, otra vez en ese silencio obscuro de preguntarme para qué escribir. Si desaparecen hojas de lo escrito. O todo, directamente, como lo último que escribí, la novela “EL ARTE TODO LO CURA” que creí podría ser el guión para una peli por el feroz atropello al Hospital Borda. Exigiendo tratamiento digno para todos, víctimas y victimarios de la dictadura a hoy.
Esos hospitales que este año cumplirían 150 años y que son unos edificios hermosos. Los que yo conocí, al menos, del Hospital Moyano, con ese parque de árboles centenarios y pajarillos que cantan libremente… Mientras, encerradas, están las locas que suponía muchas eran desaparecidas, a kienes habrían encerrado allí, dejándolas en ese estado absolutamente terrible que yo vislumbré, apenas, cuando fui a buscar a mi primer terapeuta, al salir de la cárcel-manicomio, el doctor Ricardo Pardal, que me ayudó tanto a salir adelante. Tal vez haya llevado alguna copia de “Caleidoscopio”, el único libro que está en proceso de edición por la Universidad Nacional del Comahue de Neuquén.
En mi novela perdida, la última, había supuesto podrían filmarse, allí, en el Moyano, esas imágenes. Dudaba, entonces, cómo hacer para que los derechos de autoría se dividan entre…
Y se perdió todo. Es inútil. Escribir, otra vez, para qué…
Pero algo, nuevamente, me hace click. El tema de Ángeles, por ejemplo. ¿Y SI FUESE JUSTAMENTE QUE POR ESO SE BORRÓ TODO? No alcancé a corregir lo escrito y así, desapareció… Misteriosamente…
Pero lo peor es que justamente por haber leído en Página 12, hace añares, al ingeniero Ariel Garbaitz, sabía que NADA DESAPARECE, EL PROBLEMA ES QUE NO SABEMOS CÓMO BUSCARLO…
Pero no es que estaría, supongo, en la CIA. Eso ya es per se. INTERNET FUE CREACIÓN DEL PENTÁGONO…Entonces, ¿podemos creer que no sabrían del posible atentado a las torres gemelas? Alguna vez lo escribí…Porque decían en algún lado, en algún programa de la tele o alguna noticia del diario, que solo estaban los pobres sudakas o del tercer mundo, indocumentados, tal vez, muchos. Porque ¿kiénes cobraron los juicios para exigir la indemnización? Obviamente los que tenían todo en blanco.
Me desperté cuando por la Radio Pública el conductor del excelente programa que pasa muy buena música clásica, a veces, cuenta la historia de Monseñor Angelelli. El obispo de la Rioja vilmente asesinado, parece, en un simple accidente de tránsito… Por su Opción Preferencial por los Pobres… Y me despertó el julepe cuando preguntó si alguien recordaba algo…
Porque había quedado muy preocupada por el papelón de la tele local, donde mostraban anoche a un pescador que mostraba, akí, en el mar, cómo pescar con lombrices…
LO ESTÁN INCINERANDO, ES UN KEMO TOTAL… ¿Kién va a ir a pescar allí, con lombrices? Y el reportaje donde explicaba dónde vendían mosca para pescar… PARA PESCAR GILES…
¿Cuántos años llevo akí?… He visto alguno que otro viejo lobo de mar… Y a pibes que sí, conocen del mar…
Porque hay secretos que son para unos, los pares, nomás. “La G.C.U. Gente Como Uno”, diría Landrú en esas viejas revistas “Claudia” de los años ’60. Dividía las clases sociales según diferentes parámetros: la clase A comería sushi, por ejemplo; la clase B, jamón; la clase C, paleta; la clase Z, mortadela…
Pero son secretos que no se conocen, ni se divulgan, así como así.
En los encuentros y los concursos de pesca están los que saben.
Me imagino si me preguntara alguno de los que creen que si uno no va a pescar así, allí… ¿Qué me va a hablar de pesca?
DE LA PESCA DE LOS GILUNES.
Me lo imagino a alguno, medio muerto de hambre, que se imagina que para pescar basta con…
El que alguien le dijo, allí venden lombrices… Y vos comprá en… La mosca…
Las miradas de los que te jedi… Akí, papita p’al loro, un gilún con guita… Solo con la mirada… Esas miradas de truco o mas aún de póker…
-Vos sí que sos un as… Esto era un clavo, invendible… Me lo dejó alguno… Para la carnada…
Porque así era mi medio hermano, el Wares, en “ANTÓN PIRULERO”. Pablo Zapata Icart, cuando asesinó a esa pareja de ancianos con la cuchilla de la cocina de casa. Por INCAA TV pasaron el documental “Claudia”, la vida de Claudia Sobrero. Una de las tantas novias que tuvo y que por una noche pasada de rosca pasó 20 años años en la cárcel de Ezeiza. Cuando le muestran las fotos de los diarios del asesinato se lo ve a Pablo.
El pibe, un rubiecito hermoso, fachero, muy buen bailarín, era de los que entran y salen de la cana por ser de familia con guita y poder.
Entonces habrá creído que su mamá lo iba a sacar a la mañana, como siempre. Pero una cosa es ser menor y otra, fatídica, ya mayor. Los pibes que entran y salen de la cana por tenencia de drogas, afanos o… Una cosa es ser menores de 18 años. Y otra ya mayor… La diferencia está simplemente en un detalle, los abogados que tienen los unos y kienes solo padecen la ausencia de defensor oficial. Vaya si lo sabré…
CUANDO NADIE ME KISO DEFENDER EN EL TEMA DEL RECURSO DE AMPARO, reiterado tantas veces, al derecho de atención psi con especialización en DD. HH. para las víctimas del terrorismo de Estado y de Malvinas.
La Defensora Oficial de San Antonio Oeste, no porque mis ingresos son mayores del mínimo. Pero tampoco abogado pago… Basta que comience a explicar cuál es el tema…
La persona más clara fue la abogada de Mujeres Grutenses, la señora de Fabio, el bibliotecario y periodista grutense.
Porque tenía dos recursos de amparo casi simultáneos, el de la China y el del mural de Páez Vilaró…
Otra vez había sido rechazado… Y alguna vez un pibe, Oficial de Justicia, con aire de estudiante de derecho, me había explicado que simplemente tenía que poner “Apelo, en disconformidad”…
Eso me había angustiado con Pablito… La abogada, su jefa, le había dicho que lo iba a nombrar de Oficial de Justicia.
-Pablito, ¿no te parece algo extraño un puesto así, en una Mendoza con una facu de Derecho?-.
Recordé esos diálogos con Ivannita, ayer.
Está cuidándole el nene a una piba estudiante de Derecho, buena piba, me contó ella. Pero le resulta demasiado metida en temas que solo dependen de ella…
Está con medicación psikiátrica, del Hospital de Usuahia. Pero una doctora le hizo una infiltración para la artrosis en el hombro. Y está sin nada de energía… Además otra vez, con infección urinaria…
-¿Leíste del indispensable recurso de amparo? Te lo mandé, ayer, por el face-.
-Si, pero, sabés, yo ya no tengo fuerza para nada…-.
Las imágenes más terribles desfilaron ante mí… Cada uno de los que conocí con esa vibración, de aura angélica, diría, destrozados por los que practican EL TIRO AL PICHÓN como me dijo alguien una vez en la feria artesanal cuando yo tenía un puesto…
-¿Y eso qué es?-.
-Un deporte, muy importante- comenzó la charla contándome que él, también, era de La Pampa.
Surgieron, entonces, esas imágenes de APUNTEN, TIREN ALLÍ…
A Ivannita, por ejemplo. La imagen de una buena piba, que ya ni sabe qué hacer, en kién creer, que se siente más sola que un hongo, en Usuahia, en medio de la nieve, el frío… La hija es un sol y es su fuente de energía y fortaleza. Su ex kiso kitársela y ella la peleó con todo. Y allí, seguro, el tema…
Era el final del partido de la Copa Libertadores y no lo escuché… A ver si me voy a enganchar en el fútbol, otra vez, y me olvido que lo URGENTE ES LA ATENCIÓN DE IVANNITA ANTES QUE SE MUERA SOLA ALLÍ…
Si ya lo escribí, en la novela perdida en el ciber espacio, pero además, en el face, en msj y llamadas por teléfono, le hablé a la esposa de su padre, que es la Secretaria de Turismo de Usuhaia, onda, usted se dará cuenta, señora, que es un papelón que me diga que no puede enviarle un avión… ES URGENTE..
Pero ella, además cree en los pibes de la Cámpora, que son quienes la conocen. Y son dejados de lado en todos lados. Solo en Capital y Santa Cruz les dieron un buen lugar en las listas… Después de todo lo que hicieron… En las inundaciones de La Plata, por ejemplo.
Yo, obviamente ya lo había escrito…
Es parte del tiro al pichón. A cortar el perejil antes que crezca. Que pierdan ese entusiasmo y alegría del SE PUEDE, TODOS JUNTOS SOMOS MÁS.
Sigo con la historia de mi medio hermano. Lo llevaron preso a la Cárcel de Caseros, la que tiraron abajo con los mismos explosivos, tal vez, del ex Albergue Warnes y el sistema de implosión de la AMIA y las torres gemelas, tal vez. Creo que nunca se siguió la pista de los explosivos usados localmente, tal vez de algunas empresas mineras criollas, porque la Minera Cholino de 25 de Mayo usaba explosivos para sacar la ventonita, que sonaba a la kriptonita de Superman.
Mi medio hermano se suicidó, ahorcándose, cuando iba a cumplir 18 años. Su nombre, Pablo Zapata Icart, jamás salió en los medios, parece. Para que su familia no vea cortada la carrera política, tal vez. A lo mejor por ser de la provincia de Santa Cruz, ya se estaba gestando la carrera de los K…
Del otro pibe, su amigo, un morochito cuyo nombre ni recuerdo, vaya a saber… No debe haber tenido abogados. O tal vez El Gordo, el dr Jorge Irineo, también lo habrá defendido a su amigo. Pero si sé que ella estuvo presa 20 años en la Cárcel de Ezeiza. Por una noche de pedo y pastillas, tal vez, y un asesinato brutal de dos ancianos. Tal vez imaginaron solo un apreté y sueltan toda la guita. Con la casa llena de cuadros, tal vez. ¿Cómo nos van a decir que solo tienen esta miseria? Con esto, ni para una jarra loca alcanza. Y vamos, suelten la guita.
Ahí iría el tema del sr kioskero, deme su dinero que yo ni trabajar, ni estudiar kiero. Esas son giladas.
Alguna que otra vez lo escribí y lo conté. Y así, chau de la escuela. Como si tuviera que sentir en mis orejas, …Estamos rodeados de viejas amargas.
Esos sí que son temas tabúes. Para héroes o heroínas, nada más.
Entonces, mejor sigo con el tema empanadil. La doctora Cristina vivió con su familia, cuando llegaron de Jujuy, en una de esas casas para los doctores y enfermeros que tiene el pueblo. Para que si deciden trabajar allí, nada fácil, por cierto, les daban, entonces, su casa. A los docentes, también. Porque algunos no se bancan la vida en un pueblo patagónico. Y regresan a sus lugares, amigos, familia. Los que logramos el arraigo, vaya a saber por qué, somos luego como yuyos. Pertinaces y porfiados.
Escucho con saudade, esa mezcla de nostalgia con tristeza y amor, el hermoso poema de Ricardo Nervi musicalizado por Cortéz: “La Pampa es un viejo mar”… Si usted no conoce el sur y piensa que es un desierto… No ha visto ese viejo mar…
Cómo extraño, entonces, ese frío patagónico que a la vez nos fortalece. ¿Será eso lo que me hace dormir con la ventana abierta y así nunca más tuve asma? Pero recordé la sabiduría del dr Siebert, de la Clínica de Vías Respiratorias de Neuquén. A donde me derivó el dr Juárez, porque eran padre e hijo asesores de la Organización Panamericana de la Salud. Y como ya tenía antecedentes de neumotórax, en Bs As, con estudios en el Hospital Tornú y neumonía, con internación en el Hospital de 25 de Mayo, me derivó a donde me hicieron un pilón de estudios.
-Lo suyo es asma de origen alérgico-.
-En el mar jamás tuve asma, doctor-.
-Pero con el tiempo, tendrá otra alergia, al pescado, a los mariscos…-.
-Doctor ¿usted kiere decir que la alergia irá conmigo, como LA SOMBRA?-.
Con aire piola se sonrió el dr.
-Así es-.
-¿Pero cuáles son los factores desencadenantes?-.
-Hay algunos factores genéticos, constitucionales…-.
-No recuerdo haber tenido familiares con asma en mi familia cercana. Sí, una tía, artista, Susana León Barreto, por cuya asma la familia se mudó a Córdoba, Villa Allende. Luego se comentó que habría sufrido un acoso o abuso familiar, de kién decía “Para qué buscar mujeres afuera, si en la familia las hay tan lindas”. No le conté, entonces, por supu, que era virginiana, de mi día, el 21 de septiembre, era la tía Susana de los León Barreto de Villa Allende, Córdoba. Artista plástica de mucho prestigio, me contó mamá. Hacía pinturas de vanguardia que nadie entendía. Pero fue profesora de Bellas Artes en Córdoba. Tuvo asma, tal vez alérgica, típica de kienes somos de ese antipático signo de Virgo. Alergia al turraje tengo ahora, me diagnostico. Cada vez que siento una onda densa de otariez, me broto-.
Me pasó, anoche, al ver ese programa de a24, creo,”BENDITA”. Se borró, me parece, lo que escribí. Porque imaginaba podría ser alguien así, el que te jedi. Imposible, obvio. Pero nada mejor que los que analizan por esos programas como los de plagio para los textos, supongo habrá otros para la música. Hay estilos, compases… Y tal vez alguno de los que estaban anoche con esos chistes tan graciosos, no creo hayan usado todas las veces un forrito.
Otra, la alergía surge imparable, a veces es solo al apagar el pucho en el cenicero, una bella escultura, pero copia del jamaiquino con esa larga melena enrulada del creador del reagge, ya fallecido.Y ese rostro tan parecido a la periodista de 6/7/8 y las mañanas de Radio Nacional… A Deep, el actorde “Piratas del Caribe”… A Mickael Jacson el fallecido autor de las millones de copias de “Triller”… A mi colega el profe de Historia Daniel Oxalde… A…
O al escuchar los alegres compases de Carmina Burana, recordando las bellísimas escenografías y las danzas de varios estilos con hermosísimos vestuarios basados en esa obra compuesta y representada mientras los nazis iban encerrando en las pocilgas infames del ghetto de Varsovia, a los judíos que arrancaron de sus casi milenarios sitios para luego llevarlos a quemar a los hornos crematorios y hacer jabón de lavar con lo que quedara de los esclavos de la WW, los laboratorios Bayer y haber pasado por los siniestros experimentos científicos de doctores como Mengele, hoy emulados por los biogenetistas, las operaciones de trasplante y extrañas pruebas de fertilización in vitro, en óvulos robados a mujeres nativas cruzadas con la simiente de los toros gran campeón macho como se vislumbraba en los apasionantes programas del agro de Alejandrito Cánepa, de los sábados a la matina de Continental, con ese aire del candidato todas las fichas allí, del intendente de Tigre que pasara todo informatizado al Ansés.
(continuará)
Columnista invitada
Lucía Isabel Briones Costa
“Mi pecado fue terrible: quise llenar de estrellas el corazón de los hombres” decía el poeta… Desde los lejanos años de estudiante del profesorado en Historia en la Universidad Nacional del Sur, dediqué mi vida a la educación. En los tiempos previos a la dictadura de 1976 enseñaba en una vieja aula de la Facultad de Agronomía el bachillerato de adultos, tarea compartida con los compañeros, casi todos presos políticos después en Bahía Blanca. Cuando era rector Remus Tetu se hizo una razzia contra docentes, no docentes y estudiantes, especialmente contra los alumnos de Humanidades, Sociología y Economía. Estaba terminando mi carrera, cursando las últimas materias cuando fui detenida y puesta a disposición del PEN, el Poder Ejecutivo de la Nación, durante tres años y tres meses, hasta diciembre de 1978. Estuve en las cárceles de Villa Floresta, Olmos, Devoto y los tres últimos meses en la U20, la cárcel dentro del Hospital Borda, donde un prolijo tratamiento con drogas psiquiátricas hizo borrar totalmente mi memoria. Así me dejaron en libertad, diciéndole a mi padre: “Su hija es irrecuperable, será un vegetal hasta el día de su muerte. Que Dios les de la Santa Resignación”. Gracias a haber encontrado la ayuda adecuada pude recuperar, poco a poco, la razón perdida. Y me fui a La Pampa, donde fui docente de escuelas primarias y secundarias en la pequeña localidad de 25 de Mayo y en el Terciario de Formación Docente de Catriel, Río Negro. Recién en 1997, pude terminar mi profesorado en la Universidad del Comahue, para cuando mis compañeras de promoción de la Universidad del Sur ya estaban por jubilarse. Luego comencé la maestría en Historia Latinoamericana de los siglos XIX y XX, la cual se interrumpió cuando la Universidad no podía pagar a los docentes, varios doctores en Historia. En ese tiempo de docente rural comencé a escribir narrativa, tarea que continué al jubilarme en el bello mar de Las Grutas, en Río Negro. Seguí escribiendo con la alegría de dar un legado en su educación a mis hijas: la mayor psicóloga y la menor, maestra y profesora de Historia, ambas egresadas también de la Universidad del Comahue.


