El colonialismo mental, su elaboración
Segunda parte
“Se confundió civilización con cultura, como en la escuela se sigue confundiendo instrucción con educación. La idea no fue desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado, como quién abona el terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América, trasplantando el árbol y destruyendo al indígena que podía ser un obstáculo al mismo para su crecimiento según Europa, y no según América.”
“Ese es el gran problema argentino: es el de la Inteligencia que no quiere entender que son las condiciones locales las que deben determinar el pensamiento político y económico”.
“Somos una Argentina colonial. Queremos ser una Argentina libre”.
“No existe la libertad de prensa, tan sólo es una máscara de la libertad de empresa”
Arturo Martín Jauretche
“La oligarquía es una minoría ínfima; son dueños de la tierra, pero su mayor poder es el de ser dueños de la cabeza de miles de argentinos de clase media, que, sin tener más tierra que la de los canteros del patio, son defensores de un modelo que no les pertenece”.
«Donde la confusión se produce es en las clases intermedias y dentro de estas, particularmente en aquellos que queriendo constituir la inteligencia argentina son sólo la “intelligentzia”. Este es el hecho que analizo en La Yapa, ampliación de Los Profetas del Odio en su tercera edición, bajo el subtítulo “La colonización pedagógica”. [1]
Tal como lo expusimos, al comentar la PRIMERA PARTE de “LOS PROFETAS DEL ODIO Y LA YAPA” don Arturo Martín Jauretche [1901-1974]; nació en Lincoln, villa cabecera del municipio de igual denominación de la provincia de Buenos Aires. Vivió, hablando en términos matemáticos, las tres primeras cuartas partes del siglo XX. Es importante tener en cuenta “el espacio” y “el tiempo” en que suceden los hechos, y, por ende, los análisis que se hacen sobre los mismos, con el fin de no descontextualizarlos históricamente, pero cabe aclarar, que todo su pensamiento sigue vigente, toda vez que seguimos siendo una “semicolonia” y en algunos casos nos usan de “factoría”.
En el anterior artículo, en el que comentábamos la Primera Parte de “Los profetas…”, decíamos que había sobresalido como polemista y crítico de la cultura argentina profundamente europeizada y por consiguiente de sus propagadores. Tuvo cruces, algunos de grueso calibre, con intelectuales del “establishment y la oligarquía”, entre los que podemos citar a Borges, Sarmiento, Martínez Estrada, Beatriz Guido, Victoria Ocampo, entre otros; y también con el “cambiante” economista Raúl Prebisch.
Norberto Galasso, nos lo recuerda de la siguiente manera: “Jauretche enseñó a ver el mundo con una mirada nacional”. Efectivamente, fue un agudo observador de la realidad y sus conocimientos los fue volcando en las tareas que llevó a cabo como abogado, escritor, ensayista, historiador, sociólogo y político.
El autor, comienza el Cap. I de Colonización Pedagógica afirmando “Así como en El medio pelo en la sociedad argentina – Apuntes para una sociología nacional he querido contribuir a la visión del país desde el ángulo social, lo intentaré en dos libros sucesivos a este, desde los ángulos respectivos de la geopolítica y la política internacional, en uno, y de la economía en otro. Ahora me propongo hacerlo desde la cultura”. Y lo analiza de acuerdo al siguiente detalle:
Cap. I La colonización pedagógica. Cap. II Desubicación de la “intelligentzia”. Cap. III La instrucción primaria. Cap. IV La educación de clases altas. Cap. V La enseñanza superior.
En la obra que nos ocupa, pone de manifiesto el sometimiento ideológico, en general, y en especial el de los sectores medios que generan profesionales universitarios, abogados, contadores, etc.; que protegen los intereses de los “ricos y poderosos” de adentro y de afuera. Generalmente son provenientes de un grupo social que se siente superior al resto de los argentinos.
Describe el andamiaje educativo -en sus tres niveles y ahora con la generalización de los post-grados podemos agregar un cuarto escalón- acompañado por la tesonera colaboración “mediática” de los multi-mentimedios y la tele-basura, tal como los denomina Mempo Giardinelli. En el invalorable “Manual de…” nos avisa “Así es como nos van haciendo zonzos desde chiquitos”
Sobre la “escuela” hace las siguientes observaciones:
– Promueve “un sentido de propia debilidad”.
– Transmite “historias fraguadas y deformes”.
– “La natural enemistad entre vecinos”.
– Infunde «los principios desalentadores de la confianza en la fuerza moral de América”; y la formación mental “es celosamente vigilada para privar del conocimiento de la geografía americana, y aun de la geografía local, para que las nuevas generaciones desconozcan la inmensidad del campo abierto a su acción fácil y fecunda. Tampoco deja ver la posibilidad de integración entre los países del continente para explotar todas sus potencialidades en beneficios de todos y cada uno”.
– Además, la enseñanza “solo tiende a hacer ignorar a las juventudes que toda industria en nuestras repúblicas es y ha sido iniciada y explotada por la inteligencia y el brazo de los americanos y de los pobres inmigrantes llegados de mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX”.
– Además “Persuade de la inferioridad de nuestra inteligencia y de la impotencia de nuestros medios para toda creación en el orden material”.
– Inspira la “admiración y el temor a las naciones dominantes” y oculta “que tales gobiernos tienen por objeto mantener el goce de dichas naciones sobre el fruto de nuestro trabajo y nuestros medios”
La idea de la “colonización pedagógica”, que luego desarrolló de manera pormenorizada, la adoptó del libro de Jorge “Colorado” Abelardo Ramos del año 1954, titulado “Crisis y resurrección de la literatura argentina”, en el que nos dice: “En las naciones coloniales, despojadas del poder político directo y sometidas a las fuerzas de ocupación extranjeras los problemas de la penetración cultural pueden revestir menos importancia para el imperialismo, puesto que sus privilegios económicos están asegurados por la persuasión de su artillería. La formación de una conciencia nacional en ese tipo de países no encuentra obstáculos, sino que, por el contrario, es estimulada por la simple presencia de la potencia extranjera en el suelo natal…”
Y seguidamente agrega “En la medida que la colonización pedagógica -según la feliz expresión de Spranger, un imperialista alemán- no se ha realizado, sólo predomina en la colonia el interés económico fundado en la garantía de las armas. Pero en las semicolonias, que gozan de un status político independiente decorado por la ficción jurídica, aquella “colonización pedagógica” se revela esencial, pues no dispone de otra fuerza para asegurar la perpetuación del dominio imperialista, y ya es sabido que las ideas, en cierto grado de su evolución, se truecan en fuerza material”.
Y para nosotros todo empezó, desgraciadamente, desde temprano, con Bernardino de la Trinidad González de Rivadavia. Siguió con Don Bartolomé Mitre, porteños los dos. La “epopeya colonizadora” de las mentes y los sentimientos contó con la colaboración de dos ilustres “alquilones” [2]. Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi. Tanto el primero como el segundo en sus últimos días empezaron a admitir y confesar sus errores. Fueron descubriendo el tremendo daño que habían provocado con su accionar cipayo. La maquinaria política, cultural, educativa y mediática se ocupó de ocultar tal actitud, y cuando no lo pudieron hacer, los tergiversaron.
Ambos dos no tenían muy buen concepto de los “argentinos”. El Maestro Inmortal, criollo, nacido en la provincia de San Juan decía que “argentino era anagrama de ignorante”. Autor de gran cantidad de frases célebres como “Civilización y barbarie”. Los civilizados eran los culturalmente europeizados, especialmente los afrancesados y los anglófilos. Los bárbaros eran el gauchaje, los caudillos federales que salieron en defensa del pueblo y de la soberanía nacional y todos los que no pensaban como ellos. Alberdi, tucumano él, criollo del interior profundo afirmaba que “el más instruido de nuestros hombres resulta “inculto y selvático, al lado de un obrero inglés o francés que muchas veces no conoce la o”. [3]
En “Los profetas …”; el autor, hace una lista de más de treinta personas, entre las que se encuentran escritores, historiadores, periodistas, educadores, filósofos, artistas, profesionales de distintas disciplinas, etc.; que fueron dejados en la penumbra y/o mal interpretados por comulgar con las ideas del “Nipo-Nazi-Fasci-Falanjo peronismo, todas estas ideologías fueron utilizadas para desprestigiar al movimiento popular asociándolo con el autoritarismo” [4]
“¿Ud. tuvo alguna vez la oportunidad de salir de la Argentina? ¿De conocer a la gente de otros países, más allá de los atractivos naturales o turísticos del lugar (como playas, la nieve, etc.) Para mí, una de las cosas más sorprendentes de conocer otras sociedades fue que no encontré ninguna en la cual las personas hablaran tan mal de su propio país como en la Argentina, Y tan cotidianamente. Tampoco es frecuente el pánico que se percibe aquí entre los sectores medios progresistas a sentirse parte de una nación, la Argentina”,” …cuán profundamente argentino es insultar diariamente a la Argentina. … gran parte de nuestra cultura nacional, gran parte de los rituales cotidianos que llevamos a cabo, involucra escuchar o enunciar la expresión que país de mierda. A veces la trocamos por argentinidad al palo” [5]
Entonces, vemos causa-efecto. Cuando se producen hechos delictivos, casos de corrupción -en al ámbito estatal porque del empresariado no nos enteramos casi nunca- fallas en los servicios públicos, etc., inmediatamente le echamos la culpa a: “este país de mierda” [6]. Las iras, las quejas, ciudadanas, salvo honrosas excepciones; en lugar de dirigirse a la aerolínea respectiva, a los amigos de lo ajeno o al corrupto funcionario que hace del soborno su modo de mejor vivir, se arrojan sobre el país, es decir sobre nosotros, sus habitantes y compatriotas del que suelta la frase y parece no pensar que en el fondo se está auto-calificando, o descalificando. La respuesta es sencilla: porque la colonización pedagógica, hija de la dependencia económica y el consecuente apocamiento nacional, nos ha forjado de esa manera.
Hemos sido “educados” durante años, y no sólo durante el ciclo escolar, en el obsecuente catecismo de que todo lo importado, sólo por el hecho de serlo, es superior a lo nuestro. Eso nos lo inculcaron desde la cuna y sigue vigente hasta nuestros días. [7]
Rodolfo Puiggrós decía que aquello que Don Arturo denunciaba en “Los profetas del odio” hoy se ve claro en notas, mensajes y hasta editoriales de los grandes medios de comunicación.
La obra “El medio pelo en la sociedad argentina” tuvo alta repercusión, alcanzó más de diez ediciones en pocos años. Sacó al autor del sótano en el que había sido confinado por el “gorilaje”. Rompió el silencio que le habían impuesto los “cultos” hasta entonces. Saltó a la vidriera y con libros, ensayos, artículos, reportajes, etc.; influyó notablemente en la “nacionalización” de las clases medias, a partir de 1966.
Por entonces, realizó un viaje por provincias del interior y regresó entusiasmado porque a sus conferencias iban muchachos y muchachas jóvenes, pero también militantes y cuadros y veteranos. Alguien le opuso: “No se fíe, don Arturo, de estos últimos: burro viejo no agarra trote…”. La respuesta fue inmediata: “Es cierto, pero hay una excepción: cuando son las calles las que empiezan a trotar y entonces trotan todos, los burros jóvenes y los viejos…”
Poco después el “cordobazo” iniciaba un proceso de alza de masas que conduciría al gran triunfo popular del 11 de marzo de 1973.
Al poco tiempo -el 25 de mayo-, al asumir H. J. Cámpora como presidente, nuestro Ilustre Compatriota, no estaba en los balcones de la Rosada sino modestamente, en el balcón de una casa particular, en la esquina de la Diagonal Sur e Hipólito Yrigoyen, con sus ojos verdosos y su lacito federal, contento del triunfo, sin reparar en la invitación que no había llegado.
Él sabía, y esa convicción había signado su vida, que lo personal resultaba minúsculo y que lo importante era integrar la inmensa caravana de “sus paisanos”, a cuyo triunfo Él había concurrido con su larga y consecuente lucha. Coincidía son el “Oscuro Coronel” [8], “Primero la patria, después el movimiento y por último los hombres”
Y no se cansaba de “avivarnos” “Hay un sólo problema: el coloniaje. Hay una sola solución: la emancipación nacional”. “Pero se sigue adoctrinando sistemáticamente en la enseñanza de la historia para lo cual los réprobos son los que defendían la soberanía y los próceres los que la traicionaban para fines institucionales.”
Jauretche no era pesimista y respecto de esto decía “El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”.
La historiadora Araceli Bellota afirma “lo de combatir alegremente no es ornamental, porque frente a los destinos que construyen los poderes hegemónicos para entristecer a los pueblos, esto es central y revolucionario”.
A casi cuarenta y nueve años de su muerte, el legado de Don Arturo, su aguda forma de pensarse y pensar a los argentinos sigue vigente. De hecho, al final del “Manual de zonceras” hay páginas en blanco, una invitación a animarse a “pensar en nacional” y sumar nuevas zonceras al debate. Para que esa forma de mirar el mundo siga viva. O nos decía no sea un fuego que agoniza, sino que “está ardiendo la brasa y hay que soplar la ceniza”.
Araceli también nos recuerda que “por suerte esto ha mejorado, por ejemplo, con la creación de nuevas universidades en el Conurbano”. Y cita el caso de la Universidad Nacional de Lanús, donde existe una cátedra obligatoria de pensamiento nacional que deben cursar los estudiantes de todas las carreras.
Sin ir más lejos, en estos días, vemos la tenaz negativa de Todos por El cambio, oposición del actual gobierno, a dar cuórum para tratar el proyecto de ley que permita la creación de ocho nuevas universidades en el conurbano bonaerense. Tal vez piensan y creen, como Mariú Vidal, que “…los pobres no llegan a la universidad”. [9] Pero “…no hay que llamarse a engaño compañeros” como decía Perón, la exgobernadora y su élite son los que no quieren que los “negros” lleguen a las casas de altos estudios.
Conclusión
Ganaron la Batalla de Caseros y paulatinamente fueron ocupando los lugares desde donde se diseña, organiza y gobierna la cultura, la economía, las finanzas y la política. Se adueñaron de un país al que, paradójicamente, ODIAN.
Seguimos en el próximo artículo con la tercera parte.
Columnista invitado
Amadeo Hugo Robert Gilaberte
Contador por la Universidad Católica Argentina. Magister en Energía por la UNCuyo, Facultad de Ingeniería. Obtuvo la graduación de Magister habiendo desarrollado la tesis en la disciplina “Análisis y Gestión de Riesgos Tecnológicos”. Diplomados en UNCuyo, Facultad de Ingeniería: en Análisis y Diseño Energético; en Administración Energética; en Planeamiento Energético. Curso de Eficiencia Energética por la Fundación Pro-ambiente. En la Fundación de Alta Dirección recibió las siguientes capacitaciones: Curso Negociación Avanzada. Diplomado en Programación Integral de Management 2003. Diplomado en Administración de Empresas 2000. Resolución de Problemas y Toma de Decisiones. Seminario Internacional de Marketing Estratégico. Estilos y Estrategias del Nuevo Management por la Extensión School Harvard University. Seminario de Logística Universidad Gentulio Vargas Brasil. Inició su carrera laboral en la Gerencia de Ingeniería de Obras de Y.P.F. Oficina de Planeamiento. Continuó en Gas del Estado desempeñándose en la Administración Comercial. Permaneció con el mismo cargo en la Distribuidora de Gas Cuyana en la Gerencia Comercial. Luego pasó a Gerencia Administrativa Financiera, de la mencionada empresa, hasta su jubilación. También se desempeñó como Perito de la Corte Suprema de Justicia de Mendoza en juicios comerciales, civiles y laborales. Hizo los aportes, que a continuación se detallan, en el Boletín del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Mendoza: “Calidad”, Boletín del CPCE Mza., May. / 08; con E. Bustamante, “Clusters”, Boletín del CPCE Mza., Oct. – Nov / 07; “Trazabilidad-Del campo a la mesa”, Boletín del CPCE Mza, Jul / 07. Exposiciones realizadas: “Monóxido de Carbono – El asesino silencioso” – Jornadas Internacionales de Energía. 16-17 de abril/10 – Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Ingeniería; “Matriz Energética Nacional y Provincial – Diagnostico y Propuestas” Conferencia Debate en la Universidad Tecnológica Nacional de Mendoza – 15-05-2017.
Notas
[1] Jauretche, Arturo Mano a mano entre nosotros, Buenos Aires, Peña Lillo Editor, 1969, pág. 124.
[2] Alquilones: con este mote eran denominados los provincianos que se aporteñaban y ofrecían sus servicios a la oligarquía agrícola ganadera, financiera y exportadora del puerto de Buenos Aires. [Diccionario RAE: 1.m mote. Sobrenombre que se da a una persona por una cualidad o condición suya]
[3] Jauretche, Arturo Los profetas del odio y la Yapa, Buenos Aires, Ediciones Corregidor. Pág. 105-106
[4] Ídem.
[5] Grimson, A. (2012) “Mitomanías Argentinas” Como hablamos de nosotros Mismos. Buenos Aires. Siglo Veintiuno Editores. Pág. 13
[6] https://lateclaenerevista.com/este-no-es-un-pais-de-mierda-por-hugo-presman/
[7] https://www.youtube.com/watch?v=Ys9GlRowehI Promoción de la apertura de las importaciones de Martínez de Hoz durante la última dictadura cívico militar.
[8] “Oscuro Coronel”, así denominaba J. A. Ramos al Gral. J. D. Perón, para que no lo aplaudieran, toda vez que cada orador nombraba al General empezaban los aplausos y no quería apropiarse de lo que no le correspondía.
[9] https://www.revolucionpopular.com/radio/-vayan-a-trabajar-hdp–denuncian-que-jxc-no-quiere-sesionar-y-votar-la-creacion-de-8-universidades_a63ed5827a02efc5c2a066017


