El ejercicio de poner todo en dudas viene bien, al menos por un momento. Digo, puesto que el humor siempre está a tiro de la simple mueca de la sonrisa, esa que decidimos activar compartiendo comentarios filosos, chistes lisos y llanos, encuadres inesperados aplicados a hechos de la rutina diaria. Pero también hay una cuota de ejercicio que torna la vida más llevadera y para la que podemos predisponernos. Quizás esta es la receta más recomendable de todas.
Vivir atentos a encontrarle esa otra vuelta a la vida, que se halla oculta en cada pliegue de la existencia. Pasamos el tiempo transidos de anécdotas divertidas que a veces no nos permitimos siquiera disfrutar. Pero el ojo avisado de humoristas e ilustradores luego mostrará el recorte de ese instante único y entonces volveremos a entender que nada es para siempre, ni lo bueno ni lo malo. Encontrarnos con nuestros familiares y amigos siempre es ilusión de sonrisas.
Son esos buenos momentos los que nos reconcilian con la convivencia, aquellos que hacen distintos cada uno de ellos. Tu-Humor Benigno vibra en esa frecuencia y es un espacio que convoca para el análisis crítico, poniendo en solfa algunas de las piezas del juego. Un gesto bien logrado en el contexto del diálogo de globitos de una viñeta, quizás nos acompañe a lo largo de las horas, mientras buscamos otro y otro más. Para eso también nació esta nueva revista de humor.