Señalar el potencial fascista para la Argentina en la persona de Javier Milei, candidato a presidente por La Libertad Avanza, no es una suerte de tiro al blanco solamente. Quienes lo tenemos perfectamente identificado allí somos conscientes que todo su programa de gobierno resulta horrible, mentiroso, irrealizable; entre una serie de consideraciones que dejo entrever en las notas que selecciono para armar nuestro diario como en los pareceres de buena parte de nuestros columnistas invitados.
Pero volviendo sobre el particular, su propio discurso más que negacionista es de orden reivindicatorio para con la dictadura cívico, eclesiástico, empresarial, militar. Desde ya, el simple hecho de no condenarla con todas las letras, nos pone los pelos de punta. Si a ello sumamos los personajes que forman parte de su espacio, se comprende la militancia a favor del Proceso de Reorganización Nacional de Victorial Villarruel, su candidata a vicepresidenta y una conjurada en este sentido.
He detectado a algunos y algunas muy preocupados por hallar otra forma de decir fascismo sin utilizar tal palabra, que es la que lo sindica claramente. Una parte de esos que ponen en dudas las virtudes del término, son quienes cayeron en las garras sutiles de los relativizadores. Me refiero a sujetos que se desempeñan generando dudas donde hay certezas, con ánimo de desorientarnos en nuestra lucha. Sigamos, asimismo, teniendo en claro el tamaño del enemigo agazapado.
“Los riesgos del escenario político actual
“No se llama locura, se llama fascismo
“La locura es una palabra que en el lenguaje cotidiano se utiliza para referirnos al padecimiento psíquico grave. No nos inscribimos en las corrientes que la criminalizan, ni en aquellas que la romantizan, en todo caso nos importa situarnos desde el respeto que nos merece ese sufrimiento, como psicoanalistas y trabajadoras del campo de la salud mental en particular, y como parte de la cultura humana en general. Afectadas como tantxs de nosotrxs por los niveles crecientes de banalización y de construcción de estereotipos, alzamos la pluma en el intento de iluminar algunos de los resortes de las crueldades y violencias que amenazan y ocurren, hoy, en Medio Oriente, en Ucrania, en Argentina, y en tantos sitios de este planeta cuyo proyecto actual –a contramano del proceso neoliberal y fascista– es no extinguirse. Si hubo tiempos guiados por el sueño de revoluciones y proyectos humanistas, son tiempos, estos, de resistir a procesos de deshumanización creciente y acelerada junto con el derrotero de desintegraciones de recursos de todo tipo. Está en juego la subsistencia. No hemos llegado a este punto a causa de ninguna locura, delirio ni fenómeno alucinatorio. No es la psicopatología humana lo que produjo y produce diariamente este escenario, sino la racionalidad cruel, cuerda, lúcida y orientada en tiempo y espacio, es la perfecta funcionalidad que alberga a la “normalidad” más adaptada.
“Hemos tenido a un Trump, a un Bolsonaro, a un Hitler y un Mussolini, tenemos a Milei aquí, como amenaza latente y más allá por cierto de la realidad electoral, porque encarna peligros que seguirán vigentes, activos, hoy, en estas tierras al sur del continente y del mundo. En esas figuras grotescas que la Historia acuñó encarna la presentación escandalosa y espectacular del sujeto que no reconoce límites para un proyecto y vocación de destructividad. Empoderado por su propio éxtasis. No es locura lo que lo agita y lo que irradia a la masa, es fascismo.
“Se trata, diríamos, de la presentación precisamente elaborada y diseñada con sumo cuidado, del desborde fascista, de su espectacular imagen que atrae y seduce con su poder hipnótico. El fascismo se viste de espectáculo, ello no es nuevo aunque ahora recurra a la tecnología y la ingeniería más sofisticada. Siempre ha tratado de valerse de los dispositivos que el poder tecno-mediático y médico-científico ofrece. Hoy son las fake news y tik tok y las terapias que difunden y proponen anestesia y adaptación para subjetividades mercantilizadas. El holocausto que partió al medio el siglo XX se valió de líneas de ferrocarril, cámaras de gas, dispositivos de propaganda y el cine naciente; los genocidios que aún hoy están disputándose recursos y mapas mientras la sangre humana sigue tiñendo montañas y mares, se valen de armas que día a día se superan, último modelo para la industria de la aniquilación en manos humanas, comunes y humanas. No es carne monstruosa ni la agitación de la locura lo que las sostiene. Son manos comunes y corrientes, como las que ahora teclean estas palabras. Los genocidios que expanden su pólvora de muerte no han terminado de representar una viva amenaza. El Nunca Más que en nuestro querido país rodeado de mares que cargan aún la ceniza de una generación de muertos parecía ser la promesa de límite, de lo que no iba a volver a ocurrir. Sin embargo, nos despertamos cada mañana con viejas novedades negacionistas, tantas que nos hemos acostumbrado a convivir con ellas, tantas que las urnas de la democracia y las armas que están listas, deseosas de poblar nuevamente las calles, están cargadas de ese silencio (un espeso silencio que es al mismo tiempo la desmentida de lo ocurrido como vaticinio de porvenir). Nunca dejaron de estarlo.
“No es locura, queremos decir, el peligro del que cuidarnos, no es la locura. Es el espectáculo del fascismo a cielo abierto y a viva voz, naturalizándose a cuentagotas pero sin pausa. El fascismo sabe leer muy bien el momento en el que puede resurgir, el fascismo lee bien y mejor aún actúa con lo que ha leído. Quiere volver a escribir las páginas de los libros de historia, ama como nadie ese título que le calza perfecto: el fin de la historia. El fascismo se alimenta de desamparo, de desesperación y de incertidumbre, en ese terreno sabe crecer firme y fuerte. Allí florece. Allí también siembra y construye su figura necesariamente antagónica: el chivo expiatorio y demonizado al que promete exterminio. Judíos, negros, subversivos, palestinos.
“No nos preocupa ni nos conmueve el desborde histriónico de los candidatos a genocidas. No nos quitan el sueño sus lágrimas ni lo agotados que están de trabajar incansablemente para el exterminio. Nos conmueve, nos preocupa, nos alarma, el riesgo palpable y creciente en el que nos encontramos todxs nosotrxs. Nos preocupa la indiferencia, el letargo, lo que una de nosotras denominó “la capacidad de no conmoverse” y que es una de las versiones que adopta la crueldad. Nos preocupa y alarma la multitud masificada de seres comunes que pueden consentir una dictadura, que aún hoy, todavía, necesitamos decir que ha sido cívico-eclesiástico-militar. Nos preocupa la normalidad cívica, civilizada, bien ordenada, que ha hecho de las civilizaciones modernas el escenario fértil, por ejemplo, para el surgimiento del nazismo. La muerte asociada a la técnica y a la industria apela en el rubro del espectáculo al saber alienista que hizo de la locura una figura de dos caras: demonizada, temida, y al mismo tiempo seductora. Esa figura que se permite decir, prometer y ejecutar cualquier cosa.
“No son locos. No están locos. Sí están arrojados al impulso que no reconoce antesala en el acto reflexivo, y en ese impulso pueden arrojarnos también a todxs nosotrxs. Sí consideran que el fin justifica los medios, y no solo se valen de los medios que ya poseen sino que los diseñan y construyen, laboriosamente, nos colonizan por fuera y por dentro. El fascismo no es el proyecto de unos locos sino el gobierno silencioso de y para “normales”.
“Lo que está en riesgo, cada vez que el fascismo avanza incluso cuando se disfrace de slogan libertario, es la capacidad de pensar de los mortales. Capacidad de pensamiento. Trabajo de pensamiento, que es ese trabajo que se desliga y opone a las racionalidades instrumentales, entrenadas y eficaces. Pensar es otra cosa. En los actos de pensamiento están siempre presentes los otrxs, el mundo, el cuerpo, con su materialidad sufriente y gozosa, que sueña, sigue soñando, ser territorio de una experiencia digna, de una vida vivible. Esa loca batalla por hacer de la vida algo más que la mera supervivencia.
“No es la locura el peligro, sino la cordura fascista.
“Pagina12.com.ar
“Ana Berezin y Lila María Feldman, psicoanalistas
“2 de noviembre de 2023”.
De las redes sociales
“Profesionales de Salud Mental de la Argentina nos pronunciamos
“Los abajo firmantes, profesionales de salud mental de la República Argentina, sin afiliación partidaria alguna, queremos expresar nuestra profunda preocupación por el impacto que tendría sobre la salud mental de la población, un eventual gobierno de ultra derecha, tal como el escenario electoral actual sugiere como posibilidad para el período 2024-2028. De modo general, queremos alertar sobre cómo la destrucción de las estructuras de cuidado (salud, educación e investigación) así como la retirada o disolución del Estado, generaría caos, desprotección y más sufrimiento a los habitantes de nuestra Nación. Dentro de los ejes en los que consideramos que las medidas propuestas de la ultra derecha radicalizada impactarían, destacamos las siguientes:
“1.La disminución o progresiva eliminación de la atención pública en salud mental (a través, por ejemplo, del achicamiento o desfinanciación de los servicios disponibles), redundaría en un agravamiento de los padecimientos psicológicos y psiquiátricos, así como también una mayor estigmatización, aislamiento y discriminación hacia personas que atraviesan dicho sufrimiento, Del mismo modo, las manifestaciones expresadas acerca del suicidio y las adicciones como “elecciones personales” de la cuales -según plantean- el Estado no debería ocuparse, denota un gran desconocimiento acerca de la complejidad del ser humano, ya que ambas son problemáticas que exceden al individuo y requieren ser tanto pensadas como abordadas en su contexto social.
“2.La libre disponibilidad de armas de fuego que se propone, conduciría inevitablemete a un aumento de las tasas de suicidio (tal como se verificó en diversas ciudades o Estados donde es legal la tenencia de armas en población común), así como también a mayor cantidad de muertes en el contexto de violencia de género o en cualquier escalada de agresión interpersonal. Asimismo, conllevaría a más muertes por accidente, ante la manipulación de armas disponibles en los hogares familiares, sin la capacitación necesaria.
“3.La eliminación o -por lo menos- el vaciamiento de programas y organismos dedicados a proteger y defender los derechos de las mujeres, implicaría una gradual desaparición de las políticas en ese sentido, que abarcan tanto capacitaciones como intervenciones orientadas a mejorar la calidad de vida de la población femenina, históricamente relegada en relación al acceso a derechos. Entre los mismos, destacamos particularmente lo relacionado con la implementación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo -la cual impacta reduciendo la tasa de embarazo adolescente no planificado y de mortalidad materno-infantil-. La abolición del derecho de las mujeres a decidir con autonomía sobre su propio cuerpo, o bien la obstaculización del acceso a los medios a través de los cuales dicho derecho se lleve a la práctica, implicaría que las trayectorias de vida de las mujeres se vean condicionadas por embarazos no planificados, impactando no sólo en la salud mental de estas mujeres sino también en el desarrollo psico-físico de estos hijos e hijas.
“4.La supresión de políticas de protección y apoyo a minorías sexuales y de género bajo el supuesto de la existencia de un lobby LGBTTIQ+, redundará en un aumento de depresión, ansiedad y otras problemáticas psicológicas y psiquiátricas a causa de un aumento de la exclusión y discriminación de personas de este colectivo, población que históricamente se ha visto afectada por el stress de minorías, aislamiento y ocultamiento social, así como también por experiencias de rechazo, bullying, abusos sexuales, ataques y asesinatos.
“5.Las expresiones y actos negacionistas respecto de la última dictadura cívico militar de 1976, traería aparejada una fuerte retraumatización de las víctimas directas o indirectas del Terrorismo de Estado de ese período (personas que fueron privadas ilegítimamente de la libertad, torturadas, forzadas al exilio o cuyos bebés fueron robados, igual que personas apropiadas y cuya identidad fue sustituida). Asimismo, ante la renuncia por parte del Estado a los reclamos por la soberanía de la Argentina sobre las islas Malvinas, los grupos de ex combatientes y familiares de quienes perdieron la vida en dicha guerra, quedarían expuestos a discursos y medidas de gobierno claramente retraumatizantes.
“6.La desfinanciación de la investigación (mediante el cierre o privatización del CONICET y de las Universidades Nacionales), afectaría severamente un pilar fundamental para el avance de las ciencias de la salud en general, incluida la salud mental. El abordaje de las problemáticas que abordan la Psicología, Psiquiatría, Neuropsicología, Psicopedagogía y demás disciplinas, requieren cada vez mayor rigurosidad y conocimiento, para lo cual se hace necesaria una formación de los profesionales que cuente con conocimientos precisos y desarrollos actuales, lo cual no puede provenir de otra fuente que de la investigación sobre los diversos aspectos que forman parte de los procesos psicológicos de las personas.
“7.La reducción de la inversión en educación, de la mano de la implementación de una lógica de mercado en el sistema educativo, a partir de la cual la educación es vista como un bien y se busca financiar la demanda (los alumnos) en lugar de la oferta (las escuelas), generaría una merma del acceso a la educación, lo cual repercutiría inevitablemente en la salud mental, dado que -como sabemos- las instituciones educativas son espacios donde de manera directa o indirecta, se llevan a cabo de manera constante tareas de prevención primaria y detección de diversas problemáticas de salud mental en población infanto-juvenil, siendo la implementación de la Educación Sexual Integral el mayor ejemplo, en términos de prevención y detección de abusos sexuales en la infancia y adolescencia.
“8.La negación del cambio climático y minimización de los riesgos que implica la contaminación de las aguas para la salud de la población, niega asimismo las consecuencias en salud mental de esta problemática. Las catástrofes como incendios, inundaciones, y demás fenómenos naturales cada vez más frecuentes en el país y en el mundo -y en las que incide directamente el cambio climático- no sólo conllevan pérdida de vidas sino un daño permanente a la calidad de vida de los sobrevivientes, generando diversas manifestaciones de padecimiento psíquico asociadas al trauma, como cuadros de ansiedad y depresión, principalmente. Lo mismo se verifica ante la cada vez mas creciente cantidad de enfermedades físicas vinculadas a la contaminación de las fuentes de agua y los cultivos, enfermedades que inevitablemente impactan también en el estado emocional de quien las padece.
“9.Las expresiones agresivas, misóginas y discriminatorias por parte de un eventual gobernante, genera -tal como se viene observando- un aumento y normalización de los niveles de violencia en la sociedad, corriendo los parámetros de lo tolerable y generando un modelado y contagio de heteroagresión, favoreciendo una naturalización de la misma. Los discursos de odio (tal como los conceptualiza Naciones Unidas) intentan profundizar la ruptura de los lazos comunitarios jerarquizando el individualismo por sobre la conciencia colectiva, incitando a la violencia. Dentro de dichos discursos, las referencias del candidato representante de la extrema derecha respecto de la supuesta “superioridad estética” que alega detentar, concentra los peores sentidos asociados a discriminación por cuestiones de imagen y apariencia física, que históricamente han favorecido el surgimiento y mantención de numerosos problemas de autoestima y autopercepción en la población, especialmente en niños y adolescentes.
“Por todo lo expuesto, reiteramos nuestro estado de alarma ante la posibilidad de que medidas y expresiones como las detalladas vean la luz hacia su transformación en decisiones concretas de gestión gubernamental y políticas de Estado, implicando una severa afectación del estado mental y emocional de la población. Destacamos finalmente que las decisiones políticas, tanto de las dirigencias como las individuales de cada ciudadano, impactan en la salud mental de la población como conjunto.
“Podés adherir completando el formulario con tus datos”.


