Las guerras se enseñorean del mundo.
Las guerras y sus ángeles de la muerte.
Alertas los misiles rusos, quizá los más destructivos, los que preanuncian el fin de la humanidad. Atentos los de la NATO, igualmente letales, esperando no perder su oportunidad de hacer tabla rasa con la historia.
Wernher Von Braun se estremece en la eternidad de los tiempos torturado por el monstruo que ha creado para el avance de la humanidad que puede destruir a la humanidad. Pero a la par se redime a sí mismo de todo pecado que lo atormente razonando que de no haberlo hecho él, otro hubiera sido su ilustre creador. Y sería ese otro quien habría gozado de las mieles del triunfo y la inmortalidad de su nombre en la memoria de esa mismísima humanidad que puede arribar a su autodestrucción merced a su aporte.
Paradojas de la humanidad, y su judaico – islámico hábito de la auto expiación.
Ocho décadas más tarde de Von Braun, o miles de ellas desde el advenimiento de esas creencias salvajes de la Ley del Talión, vuelan los misiles en Medio Oriente entre Israel, Gaza y Cisjordania, en un teatro de salvajismos reiterados que tiene el tamaño de La Matanza, en Argentina. Tal vez, la nueva matanza de otra conquista invasora tiña mares de sangre en reemplazo y réquiem para un mísero riachuelo.
¿Quién fue el primero, el más inhumano, el defensor o el agredido… el que sistemáticamente mata para sobrevivir, o el que hace de ello su bandera y lucha, teniendo por estandarte el principio de acción y reacción tan presente desde tiempos inmemoriales en esta humanidad deshumanizada?
Como un hato de arpías, los cruzados de la OTAN dicen ser salvaguarda del mundo civilizado. El mundo libre aguarda su intervención para que los rebeldes de Palestina sean solo un mal recuerdo. Y que más tarde, en un funeral temprano, los deudos y sus acreedores repartan los restos hechos girones de una última mortaja.
Surcan el cielo misiles, ahora imaginarios, más prontos a ser reales en los cielos donde titila la lejana Cruz del Sur. La cabeza de playa está consolidada. Sea cual fuere el resultado, como en medio oriente, la suerte está echada.
Aquí los cercados, vilipendiados y odiados por el poder del Gran Norte, repliegan sus huestes, silenciosas, tal vez aguardando un milagro de urnas por misiles. Porque los milagros, o las desgracias, siempre provendrán del Norte.
Pareciera no haber un sur posible, aunque lo sugieran viable. Tal vez los Brics salvadores no sean suficientes, y una A perdida nunca llegue a incorporarse.
Dios y el Diablo juegan este ajedrez macabro, un TEG milenario que sacude los cuatro puntos cardinales uniéndolos en una danza fantasmal, donde las alianzas de oro, de gas, de petróleo, de litio… o de simples y cristalinas aguas pueden convertirse en vida o muerte, a un tris de escaques estallando.
El fantasma del apocalipsis busca implacable sus nuevos cuatro jinetes. Ellos están allí, sardónicos, sarcásticos, amos del todo y de todos, mefistofélicamente sonrientes.
Ríen como hienas, porque fuere cual sea el resultado de la partida, ELLOS siempre saldrán ganando. Y nosotros… nosotros, los eternos ELOÍs, no seremos mucho más que una vieja frase recurrente: solo “daño colateral”.
Noviembre de 2023
Columnista invitado
Juan Rozz
Historietista, guionista, cuentista, escritor. Columnista en Revista TUHUMOR, edición digital, colaborador en NAC & POP Red Nacional y Popular de Noticias. Autor del libro “Historias de Desaparecidos y Aparecidos”, Acercándonos Ediciones. Creador de “El Caburé Peña de Historietistas” y “El Caburé – Cooperativa Editorial”. Creador, productor radial y columnista de “Gorilas en La Plaza” – EfeEmeUnydos. Colaborador en “Rebrote de la Historieta Argentina”. Colaborador en “Web Guerrillero” – Periódico Digital Internacional. Colaborador en “Museo de la Palabra” – Fundación César Egidio Serrano.


