Desde la ventanilla del 51 Expreso al arribar a Plaza Constitución, cerca de las 9 de la mañana, este parecía un día más… pero los grupos de cinco, diez, veinte personas que caminaban con paso cansino hacia el Norte de la ciudad lo desmentían.
Iban solos, sin banderas ni identificaciones partidarias, o de agrupaciones, más una calma absoluta guiaba sus pasos resueltos: decir NO a la suma de poderes que la pomposamente llamada “LEY DE BASES”, popularmente infausta Ley Ómnibus y su DNU subrepticiamente incorporado, intentan dar a este LEÓN de dos mundos ungido presidente del país y su séquito de depredadores “democráticos” y leales a sus mandos naturales: el PODER ECONÓMICO local y mundial.
Decir no al remate del país, al avasallamiento de la Constitución, a la eliminación de derechos ciudadanos, humanos, laborales; a las leyes básicas que nos convierten en NACIÓN para reconvertirnos en republiqueta, iba tomando consistencia metro a metro en la distancia de poco más de dos kilómetros que separaban avenida Brasil de la Avenida de Mayo, por la 9 de Julio, tres horas antes de que comenzase la hora de la marcha convocada por la CGT, las CTA, los Movimientos Sociales, los de Derechos Humanos, y todas las entidades defensoras de esta democracia de 40 años que supieron recuperar de las “fuerzas del abismo” que hoy intentan mancillar al grito de “libertad”.
La Avenida de Mayo, a las 9.30, ya era el epicentro de los grupos que se reunían y avanzaban hacia el Congreso. Miríadas de manifestantes se encolumnaban tras las banderas y pancartas de los cientos, tal vez millares de agrupaciones convocantes, mientras un nutrido operativo policial de innumerables efectivos intentaba marcar terreno con su “Ley Antipiquetes” tratando de hacer marchar “ordenadamente y por las veredas”…
A las 9.50, al llegar a “LOS 36 Billares”, el bar tradicional donde La Oesterheld convocaba, carros de asalto y un nutrido cordón policial “ordenaba” el NO CORTE de las arterias con el resultado de que el pueblo marchara por las veredas mientras su operativo cortaba por completo la circulación vehicular en un oximorón imposible de ocultar o disfrazar de “ORDEN”.
Duró poco más de veinte minutos, a las 10.10, desde las ventanas del histórico bar, las barreras humanas de “las fuerzas del cielo” habían sido rebasadas, y se retiraban en derrota, dejando recluidos sobre las veredas, acodadas en las paredes de los edificios, pequeños grupos de agentes del orden que parecían ínfimos rehenes de la miríada humana que ocupaba las avenidas y las calles adyacentes de vereda a vereda, marchando ordenada y decididamente.
No era una fiesta popular, no era el festejo de un mundial, no era la marcha de los centenarios de la independencia, era el PUEBLO en su expresión más pura EXIGIENDO con las únicas armas que ostenta, la defensa de sus derechos, que sus representantes políticos pongan freno a esa “ley de leyes, y decreto de decretos” que intentan avasallar 200 años de Constitución Nacional.
El despliegue de “los Orcos”…
Martín García y Diego Carbone ya habían dado cuenta de sus cafés y medialunas diez minutos antes de la hora de la convocatoria, a las 10, cuando este cronista arribó, instantes antes que Claudio Orellana y Julio, los primeros en arribar a la cita “oesterheldiana”; para -detrás de los cristales- ser testigos voluntarios del “quiebre del protocolo” y la retirada (ordenadísima) de las fuerzas de choque federales o citadinas, sus escudos, sus carros de asalto, y su fiera omnipresencia a lo largo de la “avenida invadida” por el pueblo. Los primeros cánticos dentro del recinto, orquestados por la tímida vocecita de tenor del inefable Claudio, no se hicieron esperar.
Los manifestantes desbordaban pacíficamente cada metro de la Avenida de Mayo, desde 9 de Julio hacia el Congreso de la Nación, epicentro del acto del pronunciamiento del pueblo, y sus calles adyacentes. El cronista y sus compañeros recordaban otras marchas multitudinarias masivas en la historia reciente… muy pocas la empardaban en nuestra memoria en asistencia, orden y decisión mancomunada. El NO al DNU, NO a la Ley Ómnibus empezaba a ronronear en los cánticos. Los “Orcos”, al decir despectivo del ex presidente, y actual co-gobernante mileísta tras bambalinas, don Miauri Macri, habíamos copado el centro pacíficamente…
El Pueblo Unido…
Cerca de las 11, como es su costumbre, quien escribe anunció su primera ronda de imágenes a lo largo y ancho de la marcha, recorriendo los setecientos metros que lo separaban del epicentro donde confluían las masas. Le era casi imposible avanzar, aún solo, casi no encontraba resquicios de vereda a vereda de la Avenida para avanzar a mayor velocidad que las detenidas columnas, que a paso cansino se iban arrimando al epicentro.
Al llegar a la intersección de Luis Sáenz Peña – Paraná, apenas pudo superar el embudo que se abría hacia la Plaza de los Dos Congresos… y en Rivadavia a la altura del Teatro Liceo, le fue imposible avanzar, sin encontrar resquicios entre la marea humana que era ejemplo de orden y resolución, aún sin la “custodia” de los uniformes azul-negro o morado de las fuerzas de seguridad que a esa altura, habían hecho mutis por el foro, para ocupar algunos espacios de las calles laterales.
Por Paraná y Bartolomé Mitre, hacia el Congreso, las columnas avanzaban casi tan nutridas como la principal… a las 11.45 había retornado a la Avenida, y frente al Gaumont, no poudo avanzar más… las veredas eran contracarril de la marcha principal, y miles de personas intentaban hallar sus columnas… las banderas eran cientos, miles, lo apretujado del pueblo dijo que sería imposible llegar al Congreso, hasta que una decidida avanzada de Camioneros creó un canal de a dos en fondo, que pudo dejarlo al pie del escenario.
Lo conmovieron las imágenes imposibles de narrar, más que desde las fotos que acompañan estas líneas. La imagen de la Virgen, portada por sus fieles, escoltada por la de la Santa del Pueblo, Evita, casi al pie del escenario, lo hizo estremecer.
Más adelante, como en una última resistencia, una línea de policías a lo ancho de la entrada del Congreso intentaba “liberar” el tránsito de Entre Ríos – Callao hacia la vereda de la Plaza, mientras las columnas de esas avenidas, interminables, avanzaban ordenadas y resueltas. Minutos más tarde, debieron replegarse al contorno del Congreso de la Nación. Eran las 12.30, la convocatoria, ya a su hora de inicio, había colmado la Plaza de los Dos Congresos, y las calles aledañas, las avenidas confluyentes, las paralelas y las perpendiculares, desbordadas como ríos de su cauce por una tormenta inesperada, estallaban de PUEBLO que se pronunciaba.
Mientras tanto, el LEÓN de dos mundos intetaba con su guardia pretoriana minimizar la contundencia de la convocatoria. Su Ministra de Seguridad daba notas triunfalistas de retórica de escaño, defendía “la libertad” de quien quisiera “trabajar como gente de bien que quiere al país y el cambio, a la decadencia”, y los medios “de las fuerzas del cielo” minimizaban la existencia de cientos de miles, de millones de personas, que a lo largo y ancho del país decían a las “leyes del imperio” NO PASARÁN.
Con la últimas fotos de las calles, feliz, casi en éxtasis, el cronista regresó al punto de encuentro de su agrupación a las 13.30… le fue casi tan difícil el regreso como la ida, a contramano de las olas humanas que se acercaban por las calles adyacentes hacia el Congreso.
A las 14, en Los36, La Oesterheld estaba a pleno. El plan de acercarnos hacia el Congreso con nuestros pósters de los “héroes de la Patria y el Pueblo” era imposible… y la manifestación propia fue en el querido recinto, con consignas y cánticos, fotos, aplausos, himnos y vivas, coreados por toda la concurencia durante las dos horas siguientes, hasta que el Acto principal finalizara.
Amigos, compañeros, el pueblo, se acercaba a saludar.
Fue un día, y una tradición de la liturgia peronista: LA RESISTENCIA, POR LA PATRIA.
Compañeros… y camaradas, y correligionarios, del pueblo, y por la Patria…¡SALUD!
¡EL PUEBLO UNIDO, JAMÁS SERÁ VENCIDO!
24 de enero de 2024
Columnista invitado
Juan Rozz
Historietista, guionista, cuentista, escritor. Columnista en Revista TUHUMOR, edición digital, colaborador en NAC & POP Red Nacional y Popular de Noticias. Autor del libro “Historias de Desaparecidos y Aparecidos”, Acercándonos Ediciones. Creador de “El Caburé Peña de Historietistas” y “El Caburé – Cooperativa Editorial”. Creador, productor radial y columnista de “Gorilas en La Plaza” – EfeEmeUnydos. Colaborador en “Rebrote de la Historieta Argentina”. Colaborador en “Web Guerrillero” – Periódico Digital Internacional. Colaborador en “Museo de la Palabra” – Fundación César Egidio Serrano.
Foto: Juan Rozz


