(viene de la edición anterior)
Se la ve coo siempre, entusiasta al contacto con el pueblo que la ama. Pienso cada palabra que escribo, desde siempre. En este caso sopeso cada sílaba tratando de conarte lo que ví hasta hace unosm minuos. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner ocupa su lugar con holgu, de pie, de frente, y con una sonrisa que cauiva a propios y ajenos. Ese es uno de los conflictos que se presentan puertas adentro de la|||||||||||||||||||||||||||||||||||||| ||||| (por aquí acaba de pasar Pacha, mi gatita, que evidentemente quería marcar presencia- .
«Una altura que marca con nitidez la jerarquía de su liderazgo irremplazable» son algunas de las palabras que utiliza el periodista y escritor Horacio Verbitsky para retratarla. La líder que dicta cátedra e impacta en propios y ajenos como nadie. Me refiero incluso a la figura recién llegada a Casa Rosada, cuyo destino de abominable aparece prefijado en todos y cada uno de los hechos que leva adelante. Esto, mal que me pese, puesto que entiendo que comprende perfectamente bien respecto del dolor extendido que causa.
Volviendo a Cristina, nadie puede hacerse el distraído, y más allá de algunas defecciones -que poco importa recordar, a esta altura de los acontecimientos- las imágenes la muestran ocupando el lugar que le corresponde a la virtud que la destaca, que es la de opinar desde la oposición que representa. Lo digo a pesar de la Escuela de Judas, que siempre se las arregla para tratar de esmerilarla, cada vez más a la mirada de todos. Le bajan el precio permanentemente, sumándose a los corifeos que la ultraderecha tiene siempre listos para demonizarla.
Al tratarse de la persona de quien por definición abomina el sistema, así ella misma se haya expresado a favor de un «capitalismo serio», algo que por supuesto no comparto ya que tal cosa es imposible, funciona como la enemiga número 1 del Poder real , al que se permitió y se permite cuestionar. Lo hizo durante los 12 años y medio en los que se encontraron a carga de los destinos nacionales con el ex Presidente Néstor Kirchner. Asimismo, cuando no le temblaba el pulso para empujar la lapicera a favor de las amplias mayorías populares durante sus dos mandatos.
Lo pongo en estos términos porque, aunque digan lo que digan, ocupa un lugar único en millones de corazones de argentinos y argentinas que vimos que hizo posible un sinnúmero de conquistas políticas y sociales que marcaron por siempre los jalones de lo que nos han legado los mejores gobiernos. Todo lo demás son comentarios -en el mejor de los sentidos-, u operaciones lisas y llanas orientadas a retrotraernos a enclave colonial, algo que la mayoría de nuestro pueblo deplora, más allá de las apuestas de esta ultraderecha venal.
Cristina está proscripta, algo que los verdaderos demócratas no debemos tolerar. Nunca ni por motivo y respecto de cualquier ciudadano o ciudadana. Para eso la sacaron del medio, también con las complicidades del fuego amigo, que las mas de las veces actúa como el peor de los enemigos. Pero su obra de gobierno queda allí, a la vista, clara y contundente. Sobre esa base hablamos, más allá del peronómetro que intenta detentar Guillermo El 0,8 % Moreno y otros aprendices eufóricos de la Escuela.
Desvergonzados quienes van a los medios a hablar pelotudeces (Cristina dixit) cuando nuestro pueblo quizás reclama unidad, certezas, respuestas ante las crecientes angustias. Habemus acto de reaparición de la lideresa argentina, quien una vez más sentó sus posiciones y las defendió con el cuerpo. Lo demás es hojarasca, incluso aquellos y aquellas que aparentemente hablan en su nombre, para luego negarla muchas mas de tres veces. Lo que puede un cargo público, que algunos cambian de discurso sin ruborizarse y, encima matan al mensajero.
(continuará)
La yapa será siempre la misma, una de sus destacadas intervenciones públicas que hicieron historia. En este caso Cristina hace la inauguración del Microestadio Néstor Kirchner, el 27 de abril de 2024.
Pacha, mi gatita


