Sui Generis, hubo un tiempo que fue hermoso
Tercera parte
(viene de la edición anterior)
“A lo largo del mes de diciembre de 1972, la revista Pelo realizó la tercera edición del festival B.A. Rock, en el estadio del Club Argentinos Juniors, en el que participaron casi todas las bandas y solistas más importantes del rock nacional de ese momento, que además iba a ser filmado por el director Aníbal Uset. Jorge Álvarez y la gente de Microfón consiguieron que Sui Generis fuera incluido a último momento en las actuaciones y en la película (que se estrenaría al año siguiente), aun cuando no estaban contemplados en el programa original. Sui Generis actúo en la última de las tres jornadas, el 16 de diciembre (la del 9 de diciembre se postergó por lluvia), e interpretó un solo tema, «Canción para mi muerte», ejecutada por Charly García, Nito Mestre, Paco Prati y Alejandro Correa. Por un defecto de filmación, las escenas en las que aparece Sui Generis debieron grabarse dos veces, razón por la cual algunos de los músicos aparecen con ropa distinta.
“El 8 de febrero de 1973 se lanzó la película Rock hasta que se ponga el sol. Sui Generis aparece en el minuto 37 del film, luego de la banda Orión’s Beethoven. Las imágenes se concentran en Nito Mestre, ubicado solo en el centro del escenario, con Charly García atrás a su izquierda en el piano, de espaldas al público. Poco visibles se encuentran el baterista Paco Prati y el bajista Alejandro Correa.
“Simultáneamente con el estreno de la película, en febrero de 1973, Microfón lanzó un disco simple (Microfón 3850), con la versión en vivo de «Canción para mi muerte» grabada en el festival, acompañada en el otro lado por «Amigo vuelve a casa pronto».
“El álbum tuvo mucho éxito especialmente entre las adolescentes mujeres, y Sui Generis fue uno de los primeros grupos de rock argentino cuyas canciones se tocaron en los fogones de los campamentos juveniles y en las reuniones de estudiantes. La banda transmitía un mensaje poético y sutil, con historias fácilmente comparables con cualquier vivencia cotidiana de los adolescentes, siendo así la primera banda de rock argentino de aceptación masiva. La voz de Nito Mestre otorgaba brillo y cierto toque melancólico necesario para crear atmósferas muy expresivas. Con Francisco Prati en batería, y Alejandro Correa en bajo, Sui Generis comenzó a presentarse en vivo.
“Entre noviembre de 1972 y abril de 1973 estalló la masividad de Sui Generis. Fito Páez, que tenía 9 años en ese momento reflexiona así:
“”Charly inventa una nueva manera de contar el mundo pop, renovándolo, refrescándolo y dándole gravedad y gracia. Antes estuvieron Manal, Los Gatos, Almendra, pero es Charly el que instala la idea pop en la gente. Esto es innegable. Lo ha hecho con una gracia muy divina y con una originalidad única”.
“A la vez, algunos roqueros históricos, salieron a criticar por «blandos» a esos dos adolescentes de aspecto desgarbado. Pappo dijo que Sui Géneris «ablandó la milanesa». Spinetta también declaró que Sui Generis no le gustaba, porque le parecía una temática infantil (la asimiló a las canciones de María Elena Walsh).
“Argentina transitaba en ese momento los instantes previos a una breve reconquista de la democracia sin proscripciones, con las elecciones de marzo de 1973, en un contexto de casi tres décadas de dictaduras. Esa generación ha sido conocida como «la generación setentista», caracterizada por un fuerte idealismo juvenil, con banderas como «la liberación», el Che Guevara, la militancia política y la revolución sexual. El pelo largo para los varones era una bandera generacional. Charly no tenía en ese momento ningún compromiso político definido, más allá de una fuerte rebeldía contra la hipocresía de los «adultos», los prejuicios sociales o las rigideces del sistema educativo, pero no pasaba lo mismo con María Rosa Yorio, o con Jorge Álvarez, que tenían una postura definidamente de izquierda, que incluía la simpatía por las corrientes del peronismo revolucionario.
“En abril de 1973 Sui Generis sorprendió a propios y extraños con una multitudinaria convocatoria de adolescentes al realizar su primer recital solos en el teatro Astral, uno de los más importantes de Buenos Aires, ubicado en la avenida Corrientes. Un artículo de ese momento, de la revista Pelo, destaca la presencia de «muchachas que no son las habituales dentro de los recitales, habían concurrido en racimos de cuatro o cinco», convocadas por canciones en las «que se entremezclan el amor de verdad, la ternura como auténtico gesto de entrega». El éxito abrumador de «Canción para mi muerte» generó en ese momento una especie de malentendido temático y musical, que tendía a encasillar al dúo fuera del rock, dentro del género pop romántico. Nito Mestre reconocía esta situación en un reportaje de 1973:
“”Muchas chicas que nos vienen a hacer reportajes para revistas de colegios se asombran de que nosotros tengamos ideas políticas y otras cosas; muchas creen que nosotros somos personajes románticos, sufridos lectores de poesías o empedernidos intelectuales. El público en general cuando escucha nuestro show se asombra de no encontrar lo que esperaba pero no se decepciona”.
“Musicalmente, desde 1967, se había ido desarrollado principalmente en Buenos Aires, una original corriente de «rock nacional», así llamada entonces, con letras en castellano, que tenía como exponentes máximos hasta ese momento a Los Gatos, banda liderada por Lito Nebbia; Manal (Medina-Gabis-Martínez); y Almendra, liderada por Luis Alberto Spinetta; sin desconocer la importancia de otras bandas decisivas, como Vox Dei y su histórica ópera La Biblia; Arco Iris, liderada por Gustavo Santaolalla; y la línea «blusera» que encabezaba Pappo. Sui Generis comenzaba el camino de instalarse en el mismo nivel, y Charly García a encumbrarse como máximo exponente del movimiento, junto a Spinetta.
“Confesiones de invierno (1973)
“En octubre de 1973, Sui Generis lanzó su segundo álbum: Confesiones de invierno. La intención del álbum era dejar en claro ante su público que Sui Generis era una banda de rock y corregir todo malentendido sobre el perfil de la banda. «Nosotros no queremos defraudar al público», sintetizó Charly cuando explicaban en ese momento de qué se trataba el álbum.
“Se trata de un disco mucho más cuidado que el primero, que debió ser grabado «a escondidas», cuando el sello no creía que Sui Generis pudiera tener éxito. «Fue un disco mucho más pulido», dice Mestre. En ese año ambos músicos habían crecido, ganaron en experiencia y adoptaron una conducta más profesional. El disco está grabado en ocho canales, en los estudios de RCA. Contrataron a Eduardo Zvetelman para que hiciera arreglos de orquesta y a Juan José Mossalini para que tocara el bandoneón en «Cuando ya me empiece a quedar solo». Entre los músicos invitados estaban David Lebón y Juan Rodríguez. Billy Bond participó como mánager de grabación. El álbum exhibió una renovada manera de afrontar la composición y la elaboración de los arreglos instrumentales. El álbum tiende a un estilo mucho más roquero, como en “Mr. Jones”, “Rasguña las piedras”, y “Bienvenidos al tren”, pero también conservó el atractivo de las baladas como “Aprendizaje” y “Un hada, un cisne”.
“El título del álbum lleva el nombre de la «canción del mismo título», un tema intimista que Charly le pidió a Nito ejecutarla solo, y que refleja los miedos y los sacrificios que implicaba lanzarse a la vida de artista, contra la opinión de su familia:
“Me echó de su cuarto, gritándome
“”No tienes profesión”
“Tuve que enfrentarme a mi condición
“En invierno no hay sol.
“Y aunque digan que va a ser muy fácil
“Es muy duro poder mejorar
“Hace frío y me falta un abrigo
“Y me pesa el hambre de esperar.
“Confesiones de invierno
“Al igual que en Vida, nuevamente el álbum está compuesto por canciones que pasaron casi en su totalidad al cancionero popular. En primer lugar «Rasguña las piedras», un desgarrador canto de libertad que la revista Rolling Stone y la cadena MTV consideraron como la tercera mejor canción del rock argentino. La acompañan otros temas clásicos del cancionero de Charly García, como «Cuando ya me empiece a quedar solo», «Bienvenidos al tren», «Lunes otra vez», «Aprendizaje» y «Tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto rey imaginario, o no».
“El disco tuvo una venta excepcional y ratificó que la masividad explosiva de Sui Generis del último año, no se debía a un malentendido, ni a un hit ocasional. El éxito del álbum desvaneció los miedos y las inseguridades de Charly, sobre la posibilidad real de vivir de la música, volcadas en la canción que dio el título del álbum.
“”Con Vida vendimos una cantidad de discos bastante inusual para lo que era el rock [de Argentina]. Entonces se dio como un fenómeno de apertura. Y nosotros teníamos que capitalizar eso. Así fue que compuse una serie de canciones que después trabajamos con Nito, buscando que Confesiones… tuviera otra tónica. Que fuera más personal. Queríamos dar algo más que la música y la letra. Buscamos experimentar. Yo quería tocar con una orquesta, y lograr parecido a lo que hace Elton John, ese sonido denso. En cuanto a la temática, es posible que haya significado la toma de una posición política. Pero lo que pasa es que en el primer álbum yo no tenía ningún tipo de conciencia política. Desde ese punto de vista, Vida es más fresco, pero tiene barandas ideológicas. Es válido porque refleja la adolescencia de un tipo. Creo que en ese sentido muestra fielmente el momento por el que yo atravesaba. Y Confesiones… es más maduro políticamente”. Charly García”.
(continuará)
Nota: Con información de Wikipedia