El destraba lenguas
Aprendí hasta decirlo de corrido
y sin trabarme,
el destraba lenguas
de los tres tristes tigres
que tragando se atragantaban
con el trigo recién trillado.
No era clara mi voz,
estaba contaminada
por tonadas y acentos lugareños.
Tan inhábil que patinaba
en lábiles sílabas
atormentados bisbiseos sibilantes.
Ahora quiero que mis palabras fluyan,
que se deslicen cristalinas, aceitadas
sin tropezar ni atorarse
en difíciles vocablos
de complicado discurso,
ni que se enreden
en el arabesco caprichoso
de una oración contrahecha.
Es que nunca mi elocuencia
tuvo un modesto lugar en tus oídos.
Sólo gestos, miradas
y estas manos
debieron ser mis portavoces,
muchas veces, arrebatados trasmisores
de profundos impulsos desatados.
No me importa si Pablito
clavó un clavito,
qué clavo ni qué Pablito.
Estos ejercicios,
que con fruición ejercito
son condición previa,
y elemental requisito,
para expresar sin errores
lo que hoy vengo a decirte.
Debe ser este mensaje
claro y diáfano como la luz,
la pronunciación tan acorde
como un arpegio, una melodía.
Y su sentido unívoco
preciso e indubitable
como promesa, o juramento,
igual que proclama o reto.
Ese momento ha llegado.
No puedo cometer
el más mínimo error
de dicción, sintaxis,
tonalidad o altura.
Voy a practicar
el último ejercicio.
Puede ser el del suculento tuco,
Truco de un turco truculento y culto
o el de los broches
que para bochorno el bocha
no abrocha ni desabrocha
y no me importa
si Pablito clavó un clavito,
qué clavo ni qué Pablito.
Todo este esfuerzo oral,
este puntilloso ensayo de la voz
ha culminado
y ahora, con el verbo afinado,
suelta la lengua y ágil la palabra;
ahora sí podré por fin decirte
lo mucho que te quiero….
En otoño
Nos conocimos un otoño.
Pasó ella caminando por la tarde,
Sus pasos sobre las pálidas
hojas resignadas,
eran un contraste
a la gris melancolía.
Su gracioso andar le imprimía
un tono de poesía a la vereda.
Después vino el encuentro
Y nos fuimos creciendo y
conociendo en ese otoño.
Era ella una presencia energizante
que a todo mi ser,
ponía en movimiento.
Y cuando entre nosotros
se imponía en absoluto la ternura,
en contados susurros
encontramos la caricia más profunda.
Eran toda mi luz,
sus inquietantes ojos.
Y cuando el sueño o la pasión
bajaban sus enternecidos parpados,
en ese instante eterno
de ocultarse su mirada
era mi mejor puesta de sol,
sobre el horizonte
perfumado de la almohada.
Y así nos convocamos
a un desorden de besos, de cabellos,
dientes de leve mordisco,
fusión de la piel y de las formas
hasta amanecernos en la desnudez
de una tersa mañana
despeinada del otoño.
Porque un verano de cálidos amores
un invierno de estar juntos.
Iniciar un romance en primavera
son imborrables caricias
que nos da la vida.
Pero en otoño… el otoño,
es para amar, para estar juntos,
iniciar o reiniciar, intensos,
interminables romances,
cambiar las hojas, renovarse,
dar vuelta la página
confundirse de amor y de amarillo
en la natural primacía del paisaje.
Reporte de madrugada
Buenos Aires ¡urgente!
en horas de la madrugada,
y en complicidad
con las últimas
brumas de la noche
ha sido perpetrado un acto
de fuerte contenido poético.
Las cámaras de seguridad
no pudieron captar el momento preciso de la inspiración
aunque sí lograron registrar
una espectacular
sucesión de imágenes,
comparaciones y metáforas
que intentaban ocultarse
entre contenidos significantes
y musas trasnochadas.
Según testimonios
de fuentes bien informadas,
se trataría de una organización
de dos o más estrofas
integrada a su vez por versos
con frondosos
antecedentes literarios,
que viene operando
en diversos países
abordando temas como la paz,
el amor, la belleza
y una gran variedad
de románticos delirios.
A pesar de los esfuerzos
por alentar el egoísmo,
el consumismo y la banalidad,
los organismos encargados
de proteger la mediocridad
no han logrado controlar
este flagelo, que amenaza
a gran parte de la población
con hacerles gozar, emocionar,
reflexionar, sentir y pensar también
que quizás es posible
una sociedad más justa,
más humana y tolerante.
¡Ampliaremos!
Columnista invitado
Avelino
Avelino Domínguez es recitador, poeta, dibujante y fileteador. Miembro fundador y primer presidente de la “Asociación de Escritores Independientes Quipus”. Actualmente es vicepresidente del Círculo de Poetas de la Ciudad de Boulogne, Buenos Aires y Cónsul en San Isidro del Movimiento Poetas del Mundo. En 1995 publicó con el seudónimo de “Avelino” el poemario Los Verbos Conjugosos Editorial Argenta Sarlep, que fuera presentado en Casa de Mendoza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ha publicado cuatro poemarios y participado como poeta e ilustrador en catorce antologías publicadas por el Círculo de Poetas de Boulogne. Ha colaborado en tres antologías publicadas por editorial Dunken. También en la antología trilingüe “Senda Poética” editada en Chile por el movimiento Poetas del Mundo, además de en otras tantas editadas en distintas localidades y provincias argentinas. Y es coautor junto a otros siete sobrevivientes de la dictadura del libro No Nos Pudieron publicado por Acercándonos Ediciones, Buenos Aires, Argentina. Difunde también sus trabajos en el formato de video-poemas en su canal de youtube; @videosdeavelino