En los últimos meses supimos que el Papa Francisco había intervenido la Orden del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) (1). Muchos respiramos aliviados, luego de las cosas que debimos publicar en este medio hace poco más de cuatro años (2).
En los últimos días supimos que, lejos de reconocer la autoridad espiritual del Papa, el IVE seccional Malargüe sigue en la misma de siempre: nos cuenta un católico practicante residente en Mendoza capital que, habiendo visitado la ciudad sureña y asistido a una misa por la muerte de Francisco, quedó sorprendido al escuchar una homilía cargada de odio: se rindió homenaje a Juan Pablo II y Ratzinger y se expresaron esperanzas sobre el nuevo papa, aún no designado, sin mencionar al “monstruo” Bergoglio.
¿Por qué les duele Francisco? Porque intentó hacer lo que el papa ficticio Cirilo I de Las Sandalias del Pescador (3), de la película estrenada en 1968 en base a un libro de Morris West escrito en 1962 y donde se reivindica la figura de Pierre Teilhard de Chardin a través del Padre Tellemond, un personaje no central, pero clave en la película.
Eran tiempos del Concilio Vaticano II, cuando la Iglesia empezó a dialogar con la ciencia (eso pedía a los gritos Teilhard), con el marxismo, con el Psicoanálisis, con otras religiones. Nuestro injustamente olvidado Enrique Dussel publicó un par de cositas sobre estos temas.
Espíritu y materia no son dos cosas distintas, son la misma cosa. El espíritu es energía, decía Teilhard, y la energía es materia a la velocidad de la luz, decía Einstein. Ciencia y Fe estaban confluyendo.
Teilhard de Chardin fechó su libro EL FENOMENO HUMANO en Pekín, año 1941. Luego la Iglesia lo censuró y no escribió más, hasta su muerte en una capilla de New York en la Pascua de 1955; fue luego de celebrar misa de Pascua, pero 70 años antes de la muerte del otro jesuita, Bergoglio, que había adoptado el nombre de Francisco en homenaje a un monje de Asís que fue precursor, hace casi un milenio, del ecologismo, y de la opción por la pobreza. Eso plantea el padre Tellemond en la película que recomendamos: aceptar que la Teoría de la Evolución no nos es ajena, y que no somos la cúspide de la creación, sino apenas un eslabón, y que la Historia tiene un por qué. El eslabón posterior a nosotros será más evolucionado, más espiritual, y tal vez sea un producto voluntario de nuestra especie.
Teilhard, como muchos jesuitas, había abrevado en el Taoismo. Por eso en la película, a sólo 13 años de la revolución comunista de 1949 en China, ese país, aún pobre, hambriento, aparece como catalizador de un inevitable cambio mundial. Sesenta años más tarde vemos en esa película una profecía.
Había dicho que la materia inerte (a la que llamaba “pre-vida”) también evoluciona… unos elementos se convierten en otros; esa es la litosfera, rodeada de una atmósfera, dentro de la cual hay una biósfera. Dentro de ella se está desarrollando una noosfera, una esfera del conocimiento. Luego el individualismo no tiene sentido…. Somos parte de un todo, meras partes de un todo. Los otros animales, como decía San Francisco de Asís, son nuestros hermanos, como el Sol y la Luna. Hermanos, sin jerarquías.
Hace unos años, antes de la pandemia de COVID, paseaba por mi barrio un curita joven. Pude ver que, en realidad, eran varios, repartidos estratégicamente. Estaban “misionando”, quizás para competir con los Testigos de Jehová.
Yo salía de casa a pasear a mi perra, y me abordó uno de ellos, acompañado de un laico, ambos jóvenes, muy jóvenes. Me dijeron que querían hablar conmigo para explicarme algunas cosas de la fe y amablemente les agradecí. Les dije que estaba al tanto de su prédica, que había estudiado en colegio de curas, que mis hijos habían sido bautizados por el obispo De Nevares pero que, salvo esa amistad y el pensamiento teilhardiano, me había alejado de las religiones formales. Un apóstata. Un buscador de verdades eternas no encorsetado en dogmas. Claro, los pibes no me entendieron
Entonces empecé a preguntarle algunas cosas sobre Teilhard, “que pertenecía a la misma orden que el padre Ramiro Saenz, tu superior”. Y no sabía de quién le estaba hablando… No sabía qué eran los jesuitas.
Entonces me disculpé, ya que la perra estaba impaciente, pero antes de irme me preguntaron el nombre, se los di, me dijeron que nunca habían oído hablar de mí (aún sabiendo yo que a menudo en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario se reúnen a rezar por la salvación de mi alma “marxista”). Les di mi nombre y les dije “su jefe sabe quién soy”, y nos despedimos amablemente.
Hoy, si no existiera la pereza mental dominando el mundo, cualquiera puede ver qué pensaba Teilhard, sólo preguntándole a la Inteligencia Artificial (4). Ahí veremos qué Iglesia está en debate. Hay optimistas y hay pesimistas, hay quienes festejan la muerte de la “encarnación de Satanás”.
Lo que está en discusión es otra cosa, no sólo los nombres de los papables. Mientras en el mundo se discute todo ésto, en Argentina se vota a Milei y su RIGI y en Malargüe el Instituto del Verbo Encarnado, aún intervenido, reza para volver al Medioevo.
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, profesor de Historia jubilado y presidente de la Federación Argentina de Espeleología (FAdE). Escritor y periodista. Co-fundador de la Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares (2007) y de la Agrupación Luis Barahona (2018), Malargüe. Colaborador de nuestro diario desde -casi- los orígenes, en temas históricos, políticos y ambientales. Para conocer toda su producción mirá aquí.
Notas
⦁ https://www.mendozapost.com/sociedad/vaticano-intervino-el-verbo-encarnado/
⦁ https://marcelosapunar.com/2021/01/22/carlos-benedetto-3/
⦁ https://m.ok.ru/video/7476868614703
⦁ META AI: Pierre Teilhard de Chardin fue un jesuita francés, paleontólogo, filósofo y teólogo que vivió en el siglo XX. Es conocido por sus contribuciones a la teoría de la evolución y su intento de integrar la ciencia y la fe. Ideas clave- Evolución: Teilhard de Chardin creía que la evolución era un proceso fundamental en el universo, que abarcaba desde la formación de las partículas subatómicas hasta la emergencia de la conciencia humana. – Noosfera: Introdujo el concepto de “noosfera”, que se refiere a la esfera de la conciencia y el pensamiento humano, que se desarrolla y evoluciona en paralelo con la biosfera. – Punto Omega: Teilhard de Chardin propuso la idea de un “Punto Omega”, un punto de convergencia y unificación final del universo, donde la conciencia y la materia se unifican. Obras- “El fenómeno humano”: Esta obra es considerada una de las más importantes de Teilhard de Chardin, donde presenta su visión de la evolución y el lugar del ser humano en el universo. Legado: Legado- Influencia en la ciencia y la filosofía: La obra de Teilhard de Chardin ha influido en la ciencia y la filosofía, especialmente en la búsqueda de una integración entre la ciencia y la fe.- Visión holística: Su visión holística del universo y la humanidad ha inspirado a muchos a considerar la interconexión de todas las cosas.


