La elección legislativa de medio término en la Provincia de Buenos Aires parece una elección nacional. Y es que se trata de la elección de la provincia más grande territorialmente de la Argentina (zona continental), equivalente al tamaño de Bielorrusia, con una población de 17 millones y medio de habitantes, representando el 38% del total nacional.
En un país tan disfuncional geopolíticamente, esta concentración poblacional, de mercado interno, riqueza y electoral representa un muy probable anticipo de lo que serán las elecciones en la gran mayoría de distritos provinciales que se realizará el próximo 26 de octubre. Recordemos que cada provincia puede determinar la fecha de las elecciones legislativas nacionales, haciéndolas coincidir o no, según la conveniencia electoral, con la fecha prevista por el poder ejecutivo nacional.
Con más del 47% de los votos para el espacio “Fuerza Patria”, el nombre con que en esta elección se presenta el peronismo y aliados, la derrota de más de 13% para el partido político del Presidente Javier Milei, en medio de escándalos de corrupción y una economía que no mejora para las mayorías populares, implica repensar el futuro, en particular para el peronismo, que a nivel nacional ya se ve como el gran ganador de las elecciones de octubre.
Sin embargo cabe cuestionarse sobre qué peronismo es el que ganó o podría ganar las elecciones nacionales a medio término del 26 de octubre. Porque los sectores nacionalistas se preocupan porque en este armado político, que es el que hoy permitió la victoria sobre las huestes de Milei, hay personajes muy distintos, con proyecciones, intereses y apoyos internacionales dignos de tener en cuenta.
El ex Ministro, legislador, intendente y candidato presidencial en 2023, Sergio Massa tiene claras conexiones con Black Rock, el fondo de inversiones con proyecciones en las más variadas ramas de la economía y que apoyó abiertamente a Ucrania durante los dos primeros años de la Operación Militar Especial. Wado de Pedro, ex Ministro y actual legislador por el peronismo, fue quien abrió a Mekorot, la empresa estatal de agua potable y saneamiento del Estado de Israel, negocios e intervención con 14 provincias argentinas. El ex ministro de defensa, legislador y actual legislador electo, Jorge Taiana, realizó compras de armamento a estados de la OTAN, con quien Argentina mantiene una disputa territorial con uno de sus miembros principales, el Reino Unido, por la posesión de las Islas Malvinas y otras islas del Atlántico Sur.
Así las cosas, el camino a la victoria para 2027 para el peronismo parece que se va aclarando, siendo el principal referente el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, el economista y ex ministro Axel Kicillof.
El fundador del movimiento nacional que lleva su nombre, Juan Domingo Perón, aclaró en su Manual de Conducción Política que se gana con lo cuantitativo y se gobierna con lo cualitativo. Quizá sea el momento de realizar una necesaria autocrítica para que, de ser posible, en 2027, no vuelvan al poder los mismos que interrumpieron el camino del peronismo en 2015 y 2023, manifestando en los resultados electorales la falta de unidad de concepción política, económica y geopolítica dentro del movimiento peronista.
¿Una “caza de brujas” o purga? Quizá un mecanismo civilizado sea necesario, a fin de evitar los vaivenes de modelo socioeconómico que durante 10 años han generado en la sociedad argentina un clima de desorden, caos y sin vislumbrar un futuro positivo para las grandes mayorías.
Columnista invitado
Diego Flores Burgos
Politólogo egresado de la Universidad Nacional de San Juan. Diplomado en Defensa y Seguridad. Consultor político en el área de políticas y obras públicas


