Relatos desde el
Camino de Santiago
Puente la reina
¡Amigos! ¡Me río y disfruto mucho con los mails que me mandan!
En primer lugar, me cuestiono por qué hay gente que parece disculparse por no tener envidia de lo que estoy haciendo (se supone que no cualquier viaje es “envidiable”, ni cualquier viaje podría ser hecho o copiado por cualquier persona). Gracioso, pero también da para pensar. Se las dejo picando.
También me encantan los consejos pseudo-maternales. Por supuesto que:
- estoy entrenado
- tengo abrigo suficiente
- tomo vitaminas
- sé a dónde voy y en qué condiciones lo hago, etc.
¿O acaso creen que soy TAN inconsciente? Of course not, babies.
Mi alemán ya es IMPRESIONANTE, no se imaginan las charlas que tengo todo el tiempo. Además me encuentro cada vez con más alemanes que me hablan y hablan sin parar.
Les escribo desde Puente la reina, que es un pueblito encantador. Hoy ha habido sol todo el día e hizo un poco de calor, así que la cosa fue mucho más disfrutable. Pude entonces caminar toda la mañana (22 km), llegar y almorzar, hacer una siestita en el pasto, dar una vuelta, pintar una acuarela de la iglesia de Santiago (que me dejó muy conforme) y hasta hacer un breve concierto improvisado en la iglesia de la Santa Cruz.
He traído una flauta (una soprano Ganassi para los que puedan imaginarla), y fui hoy a esa iglesita de piedra, donde todo reverbera sobremanera. Tras un rato de improvisar en el primer modo me dediqué a tocar “hits dóricos”, que sonaban maravillosamente bien. Fue un momento de relax y consuelo total. Luego dí un par de vueltas acompañando a unos italianos a comprar remedios (muy simpática experiencia), y volví al albergue a cocinar para un grupito para el que había prometido hoy una comida casera (comer tanto sándwich, o comida de lata cansa un poco). Devoraron con fruición, aunque estaba un poco salado, y la verdad es que yo también comí suficiente.
Ahora, mientras todos se acostaron, me vine a mandar mails, tras haber escrito un rato en mi cuaderno. Tomo mate en el que me regaló Gabriela Galván, y mantengo el agua en un termito que era de mi abuela. En mi i pod suenan las Symphoniae Sacrae de G. Gabrieli. El mundo hoy es bello, la vida me sonríe y Santiago me bendice desde su caballo, y por un instante deja de matar moros (que aprovechan y se escapan por los bosques de hayas donde cantan los cuclillos).
Saludos a todos. Primavera navarra a full.
Ramiro
PUENTE LA REINA, 4 de mayo de 2009
Ramiro Albino
Músico, periodista y especialista en comunicación visual. Desarrolla una extensa labor de estudio y difusión de la música preclásica, con especial interés en el repertorio colonial americano, a través de su actividad artística y pedagógica que lo ha llevado por toda la Argentina y numerosos países de Europa y América. De manera paralela se dedica a la docencia y a la investigación, y colabora con importantes medios de Buenos Aires. En Instagram y Twitter: @ramiroalbino