Como sólo se juzgó a las juntas militares, los empresarios delincuentes y genocidas, los jueces, los medios mafiosos, los ladrones y fugadores de alta gama y guantes blancos; algunos suponen (ante todo este gran inmovilismo gubernamental) que nada ha cambiado, que todo sigue igual…
Durante los seis últimos años, hicieron lo que quisieron y quieren convencernos de que se habrán de depurar solos, cosa que saben que no habrá de ser así nunca jamás y que no lo harán, porque son perversos; porque son cómplices y partícipes necesarios del genocidio y de la dictadura macrista.
Las mafias vigentes; judicial, mediática; de la economía concentrada; de la embajada; de ladrones, evasores y fugadores de alta gama, son “el crimen organizado” en su máxima expresión y a la luz del día; impunemente. Decía que habíamos pasado, de cuatro años de autoritarismo, saqueo y entrega, a un estado de excepción; perdón, me equivoqué, se trata de un estado de indefensión, con un gobierno indeciso, que no cree en el pueblo y lo considera “sin poder alguno” ¡qué tristeza! después de tanta lucha.
El primero de febrero marcharemos todos los que no tenemos nada que ocultar; los ciudadanos libres; porque somos libres, aunque se carezca de libertad, ya que, al manifestarnos, es la misma justicia corrupta, mercenaria y miserable, la que nos condena; corriendo el riesgo, asimismo, de que la infame policía de la ciudad, nos reprima.
Nos reprima, como durante esos patéticos cuatro años y después; cada reclamo nuestro obtuvo, por repuesta, salvajes reacciones (ordenadas por Macri, Rodríguez Larreta, Vidal, Ritondo y toda esa banda de facinerosos) lo votado en ese lapso, se mantiene vigente. Hoy, la disposición de la CSJN (que no responde a la Argentina, pese a los miles de millones, de los que se apoderan, robándole al pueblo; reciben de aquí y de sus amos; pero le sirven al amo) no debe sorprender a nadie. La resaca cortesana, comienza una causa contra ilustres ciudadanos (defensores de la dignidad nacional y del pueblo argentino), como Juan María Ramos Padilla; Luis Angel D’Elía y quien se desempeña como Viceministro de Justicia, Juan Martin Mena.
Seguramente, este desatino vesánico no ocurre en ningún otro país, aunque sea posible en el mundo “libre y democrático”, en que asesinan, a diario, a “supuestas personas”, como son considerados los afrodescendientes; los hispano parlantes, o los “sudakas”; nadie más bestia brutal que ellos, los dueños de vida y hacienda del género humano. ¿Es que, acaso, se ha terminado el camino de las palabras y haya que proceder de la misma manera, renunciando a nuestra condición humana; pensante e inteligente?. Repito que el amo genocida del planeta ha planificado en estos tiempos, un comienzo de golpes blandos (además de bloqueos e invasiones, cuando pueden) que de no obtener su absoluto objetivo, desencadenaría una guerra civil (aunque fuera en medio de una pandemia, concebida y ejecutada, como parte de su programa mundial).
Acaso, “esta cosa”, que son los instrumentos del imperio, desee que los argentinos agoten toda su paciencia y hagan tronar el escarmiento.
Hemos podido; derrotando a los invencibles británicos, en la Reconquista de Buenos Aires; liberando a gran parte del continente, con el Libertador de Libertadores, a la cabeza y -entre otras hazañas-, concretando una utopía, por más de doce años.
Hay que hacer un esfuerzo sobrehumano, de resultar menester, para lograr consolidar la unidad popular, solidariamente, pues esto no debe continuar.
Debemos pensar en grande y por el otro. La vida y el futuro, la existencia es nuestro desafío.
Enero 17 de 2022 (somos Ramos Padilla, D’Elía y Mena, vamos por la CSJN y por la libertad de Milagro y todos nuestros presos políticos.
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.